Buscapé (Alexandre Rodrigues) es un poblador de Ciudad de Dios y narra la historia de sus días creciendo en la comuna brasilera. Su relato conmovedor lleno de esperanza, es pieza importante en el desarrollo de la cinta. Buscapé habla de las personas con las que creció, como los niños inocentes se convierten en delincuentes por defecto. Las armas son el pan de cada día y el más débil no sobrevivirá.
Zé Pequeño (Leandro Firmino), otro habitante de la comuna, creció para matar y robar, su naturaleza es evidente. En la adolescencia se convierte en el más temido de los delincuentes, en el amo y señor de Ciudad de Dios. Su palabra es ley, de lo contrario, no vives para contarlo. A pesar de su juventud, Zé Pequeño es un avezado criminal que sólo tiene tolerancia por su mejor amigo Bené (Phellipe Haagensen), un adolescente querido por muchos por su manera de ser pero también con la misma cruz de apoyar la violencia cotidiana.
La historia de Buscapé y Zé Pequeño, van de la mano en la narración pero con dos direcciones distintas. Mientras que Zé busca la gloria delincuencial junto a su pandilla de niños matones, Buscapé sueña con convertirse en fotógrafo y alejarse de su comuna para bien. Aunque al crecer rodeado de vandalismo, pobreza extrema, asesinatos, tráfico de drogas, etc, pareciera imposible pensar en alejarse de Ciudad de Dios.
Foto: Vertigo
El director premiado Fernando Meirelles ha explicado varias veces lo que pretendía hacer con el filme, el mensaje que deseaba transmitir sobra la exclusión social en su país. Y deja claro que es muy importante para él pensar que la cinta haya podido transformar la realidad. Y la realidad es cruda, rayando en lo escéptico por lo caótico y violento de sus actos.
Aunque curiosamente no fue considerada en los Oscar como Mejor Película Extranjera, sí obtuvo cuatro importantes nominaciones: Mejor Director, Guión Adaptado, Fotografía y Montaje. Como Mejor Cinta Extranjera, sí obtuvo nominaciones en dos importantes premios: Globos de Oro y Premio BAFTA.
Ciudad de Dios es tensa y enredada, nos lleva al extremo de la tirantez y la barbarie. Tristemente, nos hace cómplices de sus personajes. La manera como es narrada es lo bastante clara como para no confundir las historias pues son varias y con distintos personajes, teniendo dos principales para poder llegar a los conflictos y a los desenlaces de manera adecuada.
Esta obra de arte es definitivamente una parada obligatoria para los amantes del cine. Aunque el tema principal es la violencia dentro de una comunidad, también encontrarán mensajes enriquecedores bastante claros y una producción de altísima calidad.