El adiós del primer presidente de la democracia española
Fotografía: alertadigital.com.

Fue primero la persona y después el político que condujo a España al mayor cambio de su Historia, que consiguió derribar el monopolio de poder y la censura para dar lugar al pluralismo y el diálogo. Adolfo Suárez, presidente del Gobierno entre 1976 y 1981 y tutor de la democracia y la Constitución ha fallecido hoy, 23 de marzo, a las 15:00 horas en la clínica Cemtro de Madrid tras una larga lucha contra el alzheimer a los 81 años de edad. España despide hoy al gran político que no daba porcentajes, sino que se dirigía a los españoles diciendo: “Agradeceré busquen siempre las cosas que les unen y dialoguen con serenidad y espíritu de justicia sobre aquellas que les separan".

La vida de un “político de raza”

Suárez: "El poder se tiene mientras se ejerce y su única legitimidad es la entrega total al servicio de los demás"

Adolfo Suárez González nació en el pueblo deCebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932. Hijo de un procurador de tribunales de tendencia republicana y de un ama de casa, nunca se caracterizó por ser buen estudiante, sin embargo siempre pareció contar con un talento innato para las relaciones sociales y el liderazgo. Acabaría titulándose en Derecho por la Universidad de Salamanca.

La vida le pondría delante del que sería supadrino político, Fernando Herrero Tejedor, secretario general del Movimiento Nacional en el penúltimo gobierno de Franco. Doctorado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, pasa a formar parte de la Secretaría General del Movimiento, en 1958. Dentro de su carrera profesional, se encuentra a Suárez comoprocurador en Cortes por Ávila en 1967, gobernador civil de Segovia en 1968 e incluso director general de Radio Televisión Española, cargo que ocupó desde 1969 hasta 1973. En 1975, fue nombrado Ministro Secretario General del Movimiento en el primer Gobierno de Carlos Arias tras la muerte de Franco.

En 1976, el Rey Juan Carlos le encargó a Suárez la formación de un gobierno que acabara definitivamente con el sistema franquista, para ello se rodeó de un grupo de políticos, de ideologías diferentes y en muchos casos contrarias entre sí, que de un modo u otro habían llegado a la conclusión de que la democracia era el único camino viable para España en ese momento. En este grupo político se encontraban antiguos defensores de la Falange, socialdemócratas, liberales, etc, que estaban dispuestos a seguir a Suárez en su travesía hacia el proceso democrático. Hicieron falta solo dos años y medio para que el político de Cebreros desmontase el régimen franquista, contando con el apoyo y la ayuda del Rey, el PSOE, el Partido Comunista de España liderado porSantiago Carrillo, y optase por una recién nacida democracia que se igualase a la del resto de países occidentales.

El primer presidente de la Democracia Española

Adolfo Suárez, ejemplo de diálogo y consenso, fue nombrado a los 43 años presidente del Gobierno de España en sustitución de Carlos Arias Navarro, puesto que ocuparía desde el 5 de julio de 1976 hasta su dimisión el 29 de enero de 1981.

Junto con Torcuato Fernández, presidente de las Cortes, se volcó en una nueva ley que permitiese transformar el régimen desde su propia legalidad hacia un sistema no totalitario, así se creó la Ley de Reforma Política, que constituía el certificado de defunción de la dictadura de Franco. Un mes después, esta ley sería aprobada en referéndum con una participación de un 77,7% de los ciudadanos y un apoyo del 94,1% de los que habían colocado ante las urnas.

Esta ley tenía como objetivo primordial garantizar a los ciudadanos el libre ejercicio de elegir a sus mandatarios, es decir, de llevar a cabo elecciones democráticas. Suárez prometió entonces que ningún partido sería excluido de poder presentarse ante el pueblo, sin embargo los militares habían dejado muy claro que esto no podía ser aplicable al Partido Comunista Español, grupo que contaba con mayor capacidad de movilización en la calle. El presidente del Gobierno decidió tras una conversación con Carrillo, legalizar el PCE.

Esta decisión convirtió en negativa la percepción de todos los políticos hacia la figura de Suárez, al que culpabilizaban de la inestabilidad que por aquel entonces se apoderó de España y de la violencia que parecía inundarlo todo, con los atentados de ETA o los secuestros del GRAPO. El único político que manifestó de forma pública su afecto por el Presidente fue Santiago Carrillo, el mismo que entraba en España con una peluca para evitar que le reconocieran y que califico a Suárez como un “anticomunista inteligente”.

Las reformas de Suárez continuaron trasladándose de la palabra a la práctica. El que parecía ser “el político repudiado” suprimió el Movimiento, legalizó los sindicatos, preparó una nueva legislación laboral, disolvió la Organización Sindical franquista y distribuyó su patrimonio, entre muchas otras medidas que cambiaron completamente un país que llevaba en sus espaldas 40 años de represión.

El 15 de junio de 1977 su partido Unión de Centro Democrático triunfó en las primeras elecciones legales, ya que contó con el apoyo de más de 20 millones de españoles. El siguiente paso que llevó a cabo Suárez fue acercar la Constitución al pueblo español, a la que se oponía la mitad del futuro Partido Popular, y que terminó siendo aprobada por el 59,4% de la población.

La revista TIME tuvo como protagonista de la portada del 27 de junio de 1977 a Adolfo Suárez bajo el título “España: Gana la Democracia”, dando a conocer a todo el mundo al hombre que por delante del Rey había traído la igualdad y la paz a España.

La andadura de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno acabó el 29 de enero de 1981, anunciando por televisión su dimisión a toda la ciudadanía siendo tajante al decir: “Mi marcha es mas beneficiosa para España que mi permanencia en la presidencia” y velando de nuevo por el futuro de la nación que antepuso al futuro de su partido y de su persona sentenciando: "No quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez mas, un paréntesis en la historia de España”.

“Al suelo todo el mundo”

Tras la dimisión de Suárez ocupó su puesto Leopoldo Calvo Sotelo. La sesión de investidura para anunciar el nuevo poseedor del cargo se celebró el 23 de febrero en el Congreso de los Diputados. Una vez iniciada la reunión, el Teniente Coronel Antonio Tejero entra en la sala gritando: “¡Al suelo todo el mundo!” y disparando hacia el techo del inmueble.

Esta es la viva imagen del golpe de Estado del 23F en el que se pudo apreciar la valentía y el carisma del desbancado Suárez, que al contrario que el resto de políticos no se escondió bajo su asiento, sino que intentó detener el abordaje del coronel Tejero diciendo: “¡Pare esto antes de que ocurra alguna tragedia, se lo ordeno!”. Se vio apoyado por su ministro de Defensa, Gutierrez Mellado y Santiago Carrillo.

El héroe del golpe de Estado, Adolfo Suárez, había renunciado a la presidencia del país, pero seguía manteniendo un papel activo en la política española. Tanto es así, que en 1982 creó un nuevo partido, el CDS (Centro Democrático y Social). Suárez, al mando de este grupo, saldría elegido diputado por Madrid en 1982, 1986 y 1989.

En 1991, tras observar los malos resultados obtenidos en las elecciones municipales,anunció su dimisión como presidente del CDS y su marcha definitiva de la política para dedicarse a su familia. Cinco años más tarde recibiría el Premio Príncipe de Asturias por la gran importancia de su aportación a la Transición Española.

La gran lucha de Adolfo Suárez

En mayo de 2001 falleció su mujer, María Amparo Illana, a los 66 años tras no superar un cáncer de mama. Esto fue un golpe muy duro para el ex-presidente, que se desvinculó totalmente de la esfera social tras ser visto por última vez el 2 de mayo de 2003 en un mítin para apoyar la candidatura de su hijo mayor a presidente de Castilla-La Mancha por el Partido Popular.

La memoria de Suárez comenzó a desvanecerse tras aparecer los primeros signos de alzheimer, enfermedad que hizo que no fuera consciente de la muerte de su hija mayor en 2004 y que ocasionó que el Presidente que de verdad pensó en un futuro mejor para España y lo llevó a cabo no fuera capaz de reconocerse como el gran protagonista de aquellos años en los que dio al pueblo la voz que le habían quitado. La llama del hombre que dio vida a la frase: “El futuro no está escrito porque solo el pueblo puede escribirlo” se desvanecía sin remedio.

Hoy se conocía la noticia de la muerte del primer presidente de la democracia de la mano de Fermín Urbiola, portavoz de la familia. No se han hecho esperar las reacciones y declaraciones que hacen referencia a la figura de Adolfo Suárez en las que se le recuerda como “el hombre que enseñó el camino de la reconciliación y el diálogo” siendo “una persona excepcional” y “un maestro de políticos” y cuyo legado siempre “ocupará un lugar esencial en la historia de España”. Toda la ciudadanía dice adiós a “un político de los que ya no quedan”, un hombre que prescindiendo de ideologías políticas y contando siempre con ideales humanos “puso a su pueblo antes que a él mismo”.

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