El Rock Laietano, cuando lo progresivo aterriza en Barcelona
Foto: Logo de la sala Zeleste. | Fuente: gencat.cat.

Pocas personas recuerdan hoy en día lo que fue y sigue siendo uno de los movimientos musicales más importantes de nuestro país. A finales de los años 60 España aún vivía bajo el franquismo, el cual marcaba los pasos y características de la industria musical. No obstante, no todos los jóvenes se nutrían de las mismas fuentes. Algunos de estos muchachos catalanes cruzaban los Pirineos para llegar a Francia y poder adquirir discos cuya venta estaba prohibida en España. De esta manera, los sonidos del Rock Psicodélico y del Rock Progresivo, que triunfaban en países como Gran Bretaña, Alemania y Francia, llegaron a los oídos de unos muchachos sedientos de algo nuevo y diferente con lo que deleitarse. Artistas como Bob Dylan, Janis Joplin y bandas como Cream, Pink Floyd o Gong llegaron a territorio español sembrando el germen de una nueva forma de entender la música. La semilla del underground barcelonés.

Por aquel entonces la escena musical barcelonesa se encontraba dividida en dos grupos, según su forma de entender la música y sendo papel en la industria, y la importancia de la Generación Beat llegaba a su fin, no sin haber impregnado hondamente en las mentalidades juveniles y alternativas. El Rock Laietano -Laietà en el catalán original- surge en Barcelona como alternativa a esas dos corrientes musicales. Por un lado, el Pop de grupos como Los Sirex, con The Beatles como modelo a seguir, el castellano como idioma de sus letras y un carácter comercial, representativo de la música que sí toleraba el régimen. Por otro lado, la Nova Cançó de Els Setze Jutges o Lluís Llach, herederos de la Chançon Francesa y con el catalán como idioma vehicular para defender y reivindicar la supervivencia de la cultura catalana en tiempos del régimen.

Hartos de estas dos corrientes politizadas, un grupo de músicos barceloneses, gustosos del Rock-Folk norteamericano de cantantes como Bob Dylan y pertenecientes a ambientes musicales alternativos, se unen con el claro objetivo de crear una alternativa a la música predominante. Así es como nace Grup de Folk, un conjunto formado por estos jóvenes entre los cuales destacan Albert y Jordi Batiste, Pau Riba y Jaume Sisa. Aunque la formación fue variando a lo largo de su breve carrera, comprendida entre 1967 y 1968. Su estilo, aunque bebía de Els Setze Jutges, era más festivo y no tan político como éstos. Además, en lugar de inspirarse en la Chançon Francesa, Grup de Folk rescataba canciones típicas catalanas y versionaba temas de artistas de Folk norteamericanos. Todo ello en lengua catalana, rasgo que demostraba su defensa por la cultura y lengua catalanas. Una vez desapareció la formación, muchos de estos integrantes serían quienes encabezarían el movimiento del Rock Laietano y grupos como Maquina!, Om o Pan y Regaliz.

Las bandas de Rock Laietano surgían y se disolvían en poco tiempo, algo ya implícito en el carácter en estas formaciones y que ocurría en otros países como Inglaterra y su Escena de Canterbury. El inconveniente con el que estas bandas se encontraban en España era el Régimen franquista: las discográficas no apoyaban a las bandas que distaban del estilo hegemónico. Por este motivo los músicos del movimiento underground barcelonés crearon la asociación Els 4 Vents -los 4 vientos en castellano-, encargada de publicar y apoyar a las bandas alternativas emergentes. El Rock Laietano no era, pues, un simple estilo musical, era un movimiento contracultural que se autogestionaba y luchaba por darse a conocer. Gracias a la iniciativa de Els 4 Vents, bandas como la ya mencionada Maquina! o Cerebrum vieron su trabajo publicado. El estilo de éstas distaba de su predecesor Grup de Folk, pero ya era Rock Laietano en sí mismo, aproximándose al Rock Progresivo y Psicodélico tan exitoso de la época.

De hecho, este estilo era una mezcla un tanto peculiar y muy arraigada a la cultura catalana, pero seguidora de las bases musicales del Rock experimental que sonaba por toda Europa. Las canciones del Rock Laietano se identificaban con el Rock Progresivo europeo y su base jazzística, pero incorporando de forma homogénea elementos e instrumentos típicos de la música catalana y mediterránea. El resultado acabó siendo una versión muy particular del Rock Progresivo cantada tanto en catalán como en inglés, y siendo una muestra más de su carácter experimental, libre y sin prejuicios. Una de las bandas que también surgió en esta época, concretamente en 1974, y que aún está en activo actualmente es La Companyia Elèctrica Dharma. Esta formación, nacida en el barrio barcelonés de Sants, es una de las más importantes dentro del panorama musical catalán y es conocida incluso en los EEUU.

El ambiente en el que este movimiento surgió y creció fue el bar Zeleste, situado en la calle la Argenteria de Barcelona, y en el que cada noche se podía disfrutar de conciertos de todos los estilos. Pese a estar durante un tiempo sin actividad debido a la disolución del conjunto Maquina! y de la asociación Els 4 Vents, el movimiento underground barcelonés volvió a surgir con más fuerza en 1972. Todo ello fue gracias a la aparición de la discográfica Edigsa y a la inauguración de la sala Zeleste. Este local no imponía ninguna condición para poder tocar en su escenario, su criterio se basaba en la libertad y el respeto por la música. Gracias al ambiente de esta sala, los músicos del Rock Laietano tuvieron una hogar donde experimentar y crear de forma libre, conviviendo con otros artistas y estilo que nutrían su bagaje e influencias.

Tal fue el éxito de este movimiento que la sala Zeleste, la discográfica Edigsa y músicos del movimiento, como La Trinca, organizaron el Festival Canet Rock. La primera edición se celebró durante el 26 y el 27 de Julio de 1975 en Canet de Mar -localidad catalana del Maresme- y asistieron más de 40.000 personas, siendo la más exitosa de todas. Las 3 ediciones siguientes se sucedieron de 1976 a 1978, incluso a principios de 2014, la revista Enderrock anunció que se celebraría una nueva edición del festival este mismo año, conmemorando su 36 aniversario. Durante sus 12 horas de duración, por su escenario pasaron un sin fin de artistas que compartían el carácter experimental y contracultural típico de la época, así como la defensa por la lengua e identidad catalanas. Debido al régimen franquista, el festival se celebró sin permisos del gobierno, pero fue todo un éxito. Incluso en Diciembre de 1976, el director de cine Francesc Bellmunt estrenó su film documental Canet Rock, con imágenes de esta primera edición. Dicho evento se inspiraba en el Festival de Woodstock estadounidense, claro referente para los estilos contraculturales tanto españoles como europeos.

En definitiva, toda una muestra de que la psicodelia también llegó a nuestro país de forma exitosa y talentosa. El Rock Laietano marcó un antes y un después en el panorama underground catalán y europeo, convirtiendo a Barcelona en el escenario que, junto a Sevilla dentro del Rock Andaluz, sirvió de matriz para un sin fin de bandas revolucionarias de la historia músical española.

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