Gracias por todo James
James Gandolfini (1961-2013). Foto: HBO.

Es curioso el vínculo que uno puede llegar a tener con una persona a la que no conoce, ni ha visto jamás, por el hecho de haber disfrutado viéndole interpretar un rol determinado en una película o, especialmente, en una serie de televisión. James Gandolfini (New Jersey 1961-Roma 2013) es una de esas personas, un actor enorme, lleno de humanidad, ternura y violencia, capaz de crear el mejor personaje televisivo posible: Tony Soprano. El pater familias estresado, el hijo acomplejado, el jefe impaciente, el tío cariñoso, el asesino cruel. El capo deprimido.

"Sobran las palabras" se estrenó después de la muerte del actor por un ataque al corazón

Es por eso que uno se acerca a Sobran las palabras (Nicole Holofcener, 2013) con precaución, con nostalgia por lo perdido ¿Tony Soprano cierra su carrera con una comedieta menor? Y sí, la historia es muy ligera: relaciones de pareja, hijas que dejan el nido, un malentendido amoroso…nada nuevo, nada pretencioso. Una peli divertida, tierna sin caer en el pasteleo y con dos actrices en el elenco que son una pequeña debilidad también: Julia Louis-Dreyfus -la Elaine de Seinfeld- y Catherine Keener, la novia de Steve Carrell en Virgen a los 40.

James se despide así, llevando a la snob de su hija a la universidad, regateando el mal de amores, comilón, maniático, divertido, desordenado y humano, probablemente James estaba mil veces más cercano a este 'Albert' que trabaja en el museo de la TV que al capo mafioso que le hará inmortal. Gracias por todo James, y hasta siempre.

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