Antonio Orozco, Dos Orillas
Foto: lovemusik.es

La principal característica de Antonio Orozco es la de ser un creador de melodías, ondas musicales que desgarran una espumosa orilla salpicada de sueños de tinta sobre la arena, pluma y guitarra que compone el dulce secreto de la piel de la vida. Aquella que en la pleamar de su nuevo trabajo navega por las Dos orillas para expresar su novedosa forma de ver, oír y escuchar la música. Es sin duda un paso más adelante en su carrera en la que quiere contar y cantar descubriendo caminos desconocidos y nuevas maneras de escribir y componer. Quizás el Antonio que se nos muestra es mucho más comercial, pues puede llegar a todo tipo de públicos con este trabajo, pero por su cabeza jamás pasó intención alguna de perder su esencia. Porque Orozco, su autenticidad, su duende y su música, siguen siendo los incesantes sueños de aquel niño que respiraba bocanadas de lunas llenas en un rinconcito de Hospitalet de Llobregat, donde se bebía las músicas e historias que le contaban sobre payos y gitanos, convivencia vestida de fiesta en las ursaonenses calles de Sta. Ana, Caldenegros y la Farfana.

Ese joven de barrio que con quince años decidió que los armónicos de su vida discurrían por las bajas cuerdas del flamenco, y los ángulos únicos de su guitarra. Pues prometen ser sus canciones maravillosos preámbulos de lo que le queda por crear, aquello que nos aguarda a las Dos orillas de su nuevo trabajo, producido por los habituales Xavi Pérez (Jere, Diego Martín) y John Caballes además del poseedor de once Grammys Rafa Sardina (Michael Jackson, Shakira, Alejandro Sanz).

Porque quién es Dos orillas, dos orillas es él, es la orilla que tu orilla mira, es la piedra mientras tú eres la arena. Es Orozco y la canción será lo que quieras ser tú por la sencilla razón de que el artista Llegará para rematar la obra, con esos versos musicalizados de optimismo, y un mensaje rebosante de positividad que nos invita a mirar siempre hacia adelante apoyándonos en el báculo de los abrazos más cercanos.

Orozco y sus Dos orillas es ya disco de platino y Eres es la canción, la letra que más le representa, es música con alma, como una lluvia fresca en pleno abril, pues Orozco es un diseñador de sueños y maquetas a medida para el corazón, un artista que hace uso de la música como el aire para su vida. Poeta que canta al amor huyendo de pretextos y grita en Toda mi verdad que el tiempo es todo nuestro y lo pasará contigo. Porque es Temblando por la música, ese aire que respiramos, esa musa que es amor cuyas armonías desgarran silencios de ausencias que van a parar a las Dos orillas. Una mullida almohada sobre la que soñar, canción que da título al disco y en la que Antonio no cabe duda que habla sobre sí mismo. Trovador del amor y el desamor que en Volver a empezar, preso de un tiempo sin dueño, busca sin cesar un lugar en el que guardar aquellos recuerdos.

Las canciones tienen la maravillosa capacidad de suministrar a la gente los recovecos más bellos de la vida en cada verso, en los que luego se reconocen. Para Antonio la palabra puede ser verdugo y la guitarra brocal de pozo sin alma, pero cuando el verbo nace de la boca de las musas, susurrando armonías como el mar sobre la arena, la música es barquilla de sentimientos que rasgan las olas hacia un rumbo y horizonte de expresión plena. Son los pensamientos impresos de una vida entregada a la creatividad, canciones eternas, emociones empapadas de vivencias de un artista y alfarero de la música, la palabra. Siempre fue mucho más fácil amar que imaginar ser amado y aunque la imaginación constituya el poderoso aprendizaje previo del proceso de nuestros sueños, la verdad de los versos no son nada sin Aire ni alma, sin esa llave que guarda tu tiempo.

Y aunque Sé que te perdí, Quiero Volver a empezar para que en la encrucijada de este tiempo surjan las Voces que faltan para denunciar que cuanto más tiempo sin voz. Voces que se levantan sobre templos sin dueños, rebosantes de historias propias destinadas hacia el corazón de una gente que en las diez canciones de Dos orillas, no tiene otro remedio que interiorizar su rabia para hacerlas suyas.

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