Un vistazo oportuno a 'One Breath', de Anna Calvi
(Foto: thewoundedjukebox.com).

El pasado, y ya un tanto lejano, 7 de octubre publicaba nuevo álbum, One Breath, y esta semana Anna Calvi ha traído la gira de presentación de este su segundo trabajo por tierras españolas. Tras pasar por Barcelona, Madrid, Valladolid y San Sebastián, esta noche, en Vigo, en el marco del Festival SINSAL, la cantante inglesa se despedirá de nuestro país, a buen seguro habiendo dejado huella. Porque la de Anna Calvi es una personalidad singular, seductora y poderosa. Así lo demostró su debut, Anna Calvi (2011), merecedor de la aclamación unánime de la crítica, así como de encendidos elogios de prestigio, como el de Brian Eno, quien calificó a Calvi como “la mayor cosa desde Patti Smith”. Y al margen de este comentario que no es más que anécdota hiperbólica, lo cierto es que la llegada de Anna Calvi ha supuesto la entrada en de una mujer en esta habitación atestada de chicas adolescentes que es el pop-rock actual, y eso siempre es de agradecer.

Con One Breath, Anna Calvi sigue y consolida la estela alumbrada con el primer disco, un cóctel empapado de distorsión guitarrera, atmósfera oscura de sueño o pesadilla ciertamente deudora del universo de David Lynch, grandiosidad épica, y todo señoreado por una voz carnosa como pocas en el panorama actual y que oscila entre el insinuante susurro y la explosión de plenitud casi lírica, sin perder jamás un ápice de sensualidad. Y es que la voz de Anna Calvi es un atributo suficientemente peculiar como para llegar a acaparar el protagonismo completo. Una voz dominante, un punto andrógina, de grave sinuosidad y ancho vibrato, a medio camino entre Siouxsie Sioux y David Bowie (e incluso más cerca de este último). Suddenly, el tema que abre One Breath da buena cuenta de todo esto.

Con Siouxsie Sioux o con P. J. Harvey ha sido comparada Anna Calvi, quien con este segundo disco se postula firmemente como nueva dama del rock, enfundada, como aquellas dos, en una imagen bien fijada y estudiada: la inglesa se presenta en sus conciertos siempre con un sofisticado conjunto de pantalones altos oscuros y blusa vaporosa, conformando un resultado con aires de los años 50. Pero esta cuidada y estratégica apariencia jamás cae en una vana impostura, como puede ocurrir con otras figuras coetáneas como Lana del Rey. No, sobre esta imagen prevalece la música y Anna Calvi asoma, siempre guitarra en mano, como una verdadera fuerza arrebatadora, como corrobora esta versión en directo del segundo tema de One Breath, Eliza.

Como se aprecia en esta actuación, Anna Calvi se encarga también de la guitarra solista, algo que no suele ocurrir entre las cantautoras del rock (ni tampoco entre ellos). Y es que la cantautora inglesa es además una consumada dominadora de las seis cuerdas, cosa que acredita su insólita multiplicidad de talentos.

Sin embargo, más allá de la explosividad y de la grandilocuencia, en One Breath también hay lugar para el sosiego. El de Bleed into me, un tema que navega sobre un tranquilo vaivén de guitarras reverberadas, un océano de sonido por donde se desliza la voz sensual de Calvi acompañada por un coro que canta un motivo que se repite a lo largo de la canción. A medida que la canción avanza, se va adentrando cada vez más en las profundidades de ese océano—“go deeper deeper deeper…” (2:19)—y la voz de Calvi se va robusteciendo cada vez más hasta límites casi operísticos, para terminar perdiéndose, como toda la canción, en el silencio.

Hasta aquí, tres temas representativos de los once que componen One Breath, esta segunda entrega del talento turbador de Anna Calvi.

Lista completa de temas de One Breath:

  1. Suddenly
  2. Eliza
  3. Piece by Piece
  4. Cry
  5. Sing to Me
  6. Tristan
  7. One Breath
  8. Love of My Life
  9. Carre Me Over
  10. Bleed Into Me
  11. The Bridge
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