'Los Juegos del Hambre': irregular pero contundente
Katniss Evergreen, interpretada por Jennifer Lawrence. Foto (sin efecto): picturista.wordpress

Llega a nuestras pantallas Los Juegos del Hambre: En Llamas(The Hunger Games: Catching Fire, 2013) y qué mejor momento para echar la vista atrás y refrescar la memoria con su sorprendente primera entrega. Hace ya poco más de un año que se estrenó en nuestro país y lo cierto es que segundos y terceros visionados no le hacen un favor a la última película del siempre interesante Gary Ross.

Es Los Juegos del Hambre (The Hunger Games, Gary Ross, 2012) una cinta bipolar. Es decir, se circunscribe en el club de blockbusters de calidad, pero también se pliega sobremanera a las exigencias del público más generalista y termina cayendo en incongruencias y tópicos de peligrosa condición. Por un lado tenemos un punto de partida sentido, que no original, en base a una distopía que recuerda a muchas otras ya narradas anteriormente.

El diseño de producción exprime al máximo los 78 escasos millones de dólares que costó (aspecto que se nota en no pocos momentos del film) y Ross se muestra firme y coherente tras las cámaras. Pero el guion, firmado por el propio director, la autora de las novelas originales (Suzanne Collins) y el guionista Billy Ray; se deja llevar no pocos momentos por la incongruencia y la falta de cohesión entre secuencias. Todo va muy rápido a pesar de sus dos horas y diez minutos de duración y los personajes, a excepción de la valerosa Katniss Evergreen, carecen de un trasfondo palpable y se adscriben al mero cliché.

Pero Ross oculta todos esos defectos con una realización inspirada: por un lado se apunta el movimiento tembloroso de la cámara en los momentos más tensos y que tienen que ver con el Distrito de la protagonista y los propios Juegos (el tramo más emocionante y logrado). Y por otro, siendo estos los momentos más aburridos y redundantes, deja entrever una corrección y una elegancia excesivas en todo aquel momento que se entrega a la presentación de la trama en la ciudad del Capitolio. Decisión que fue criticada en su momento especialmente por malinterpretar esa vibración de las cámaras con el caos y la confusión. El director de la maja Pleasentville (1998) arriesga y termina ganando.

Los “peros” recaen en la vacua y oportunista crítica político-social recubierta con mil y una capas de lujo hollywoodiense. La represión, la evidente separación entre clases, el poder de la televisión y el obvio paralelismo de los Distritos con un campo de concentración Nazi son metáforas que funcionan en el ámbito adolescente pero que se quedan a medio camino para la percepción más adulta en su desfachatez y falta de gusto. Toda esa preparación del terreno, que se come más de una hora de película, cae continuamente en el melodrama fuera de lugar, siendo por comparativa muy superior todo aquello que se narra en la siguiente hora y media: la supervivencia.

Así, la primera parte de Los Juegos del Hambre termina funcionando como entretenimiento gracias a su arrojo audiovisual y su retrato de aventuras y supervivencia, pero se queda a medio camino en su vertiente más emotiva y social. El reparto, de campanillas, cumple como era esperado: Stanley Tucci, Woody Harrelson, Jenny Kravitz, Toby Jones, Elizabeth Banks, Wes Bentley y Donald Sutherland cubren lo establecido con sus cuantiosos cheques. Los que se dejan la piel, por la cuenta que les traía, son Jennifer Lawrence y Josh Hutcherson. La primera campa a sus anchas y confirma el talento que ya se había adivinado en la imprescindible Winter’s Bone (Debra Granik, 2010) y el segundo está un escalón por debajo pero se deja llevar por la energía de su compañera.

En definitiva: se trata de una película a la que el tiempo, no por su carencia presupuestaria si no por las irregularidades de su guion, le irá restando enteros a cada año. Se disfruta en su justa medida, pero no deja toda la huella que debiera. Lo más inspirado, un Gary Ross que sufrió limitaciones de todo tipo, le cede su puesto en la segunda parte a Francis Lawrence (Constantine, 2005). A partir de hoy descubriremos si la saga ha ido a mejor o si se siguen cometiendo los mismos errores de esta irregular primera parte.

VAVEL Logo