Recuerden su nombre. En España, es un absoluto desconocido, pero en Canadá, su país de origen, es todo un fenómeno. Con una corta pero exitosa carrera tras de sí, que le ha valido el halago de la crítica y el público canadiense, ahora Dan Mangan afronta ambiciosos proyectos que le puedan granjear el reconocimiento internacional.
El vancouverense trabaja ya en la banda sonora de la adaptación, a cargo de Peter Chelsom, de la novela Hector and the search of hapinnes. El estreno del filme está previsto para el próximo año y, a tenor de los nombres que figuran en los créditos (en el elenco de actores encontramos a artistas de la talla de Cristopher Plummer, Simon Pegg, Toni Colette o Jean Reno), a buen seguro será un éxito de taquilla. Además, Mangan ya cuenta con una docena de canciones que estarán incluidas en su próximo disco. A pesar de no haber desvelado la fecha de lanzamiento, ha confesado que el próximo álbum romperá con la dinámica de los anteriores. Mangan se ha cansado de “hacer cosas monas” y en su nuevo trabajo experimentará con una música más alternativa que, según comenta, toma elementos de Radiohead y Peter Gabriel.
Su progresión ha sido fugaz desde que publicara su primer disco en 2007. A su álbum debut, titulado Postcards And Daydreaming le siguieron el luminoso Nice, Nice Very Nice y el más serio, aunque quizá sobreproducido, Oh Fortune, trabajos que confirmaron el talento de este joven músico y le valieron el respaldo de la crítica y dos premios JUNO, el máximo galardón concedido en Canadá en el campo musical.
Mangan es el ejemplo perfecto de artista hecho a sí mismo. Empezó su carrera a los 20 años (ahora ha cumplido 30) autoproduciéndose y gestionando él mismo la venta de su primer EP, y ofreciendo conciertos en pequeñas salas mientras asistía a la Universidad. De esas pequeñas salas, Mangan ha pasado a actuar en festivales como el de Glastonbury o el Sundae.
La música de Mangan está influenciada por artistas como los Beatles, Nick Drake, Van Morrison y Bob Dylan. Sus canciones recuerdan, de alguna manera, a las sencillas y emotivas melodías de artistas como Glen Hansard y Damien Rice, y se ha sabido rodear de buenos músicos que saben vestir su música con los arreglos precisos. Si a esto le añadimos su intuición para incorporar a cada disco un par de canciones idóneas para las radios temáticas, un verdadero talento para escribir letras originales y sentidas y su voz cálida y rota que recuerda vagamente a la del vocalista de Mumford and Sons, obtenemos un cóctel explosivo.
Síganle de cerca porque promete sentar cátedra en la música independiente. Si logra dar con éxito su próximo paso en su carrera, reinventándose para explorar posibilidades más experimentales de la música, probablemente confirme lo que algunos ya sabemos: que tiene el talento necesario para ser un verdadero referente de aquí a unos años.
