Si recordamos los maestros del gremio del cine animado pensaremos, sin duda alguna, en Walt Disney. En 2012, John Kahrs estrenó Paperman, una de esas historias dulces que nos hacen soñar despiertos. Un cortometraje de siete minutos reconocido en los Oscar en su edición de 2013, así como en los Premios Annie de la International Animated Film Associaton. Además, la película fue compañera de ¡Rompe Ralph! en los cines.
Paperman empieza de la misma forma y continúa desarrollando la trama que Fernández Armero nos regalaba en El Columpio, aunque de una forma menos recíproca. Ambientada en Nueva York de mediados del siglo XX, John Kahrs recrea una historia que más de uno ha idealizado en sus días, la conexión entre dos personas desconocidas. Un guión original adaptado a una visión dulce y sencilla del amor. Amor entre dos desconocidos unidos por aviones de papel.
En contraposición, nos encontramos con Invention of love, un cortometraje ruso de nueve minutos dirigido por Andrey Shushkov. Influenciado por los trabajos de Lotte Reiniger y la historia de Jasper Morello (nominada a los Oscar y dirigida por Anthony Lucas), Invention of love retrata el amor de una forma completa y radicalmente opuesta al retrato norteamericano. El planteamiento gráfico, ya muy diferente a Paperman, nos lleva a un mundo surrealista y mecánico, donde los engranajes lo gobiernan todo, incluidos los propios sentimientos y hasta la propia vida.
Sin embargo, aunque el propio de la obra haga referencia, Invention of love destaca por ser una reflexión que va más allá del propio concepto amoroso, llevándonos a planteamientos que distan entre lo emocional y lo real, la evolución humana o los mecanismos que la controlan. Un cortometraje muy especial y con una calidad que, aunque no reconocida, sin duda consigue que el público se pare a pensar y no se limite a dedicar, simplemente, unos minutos al entretenimiento.
En definitiva, dos propuestas, dos definiciones, dos visiones del amor. Una estadounidense, clásica, y otra rusa, con trasfondo.