El PSOE, Franco y la ley antitbaco

¿Qué es una cortina de humo? Una maniobra con la que consigues que algo que te perjudica no sea visto desviando la atención hacia un punto que o no te perjudica o te perjudica menos que el objeto ocultado. Eso parece que es para el PSOE el dictador Franco: humo denso. Ayer había una votación de una propuesta de UPD sobre el presente y el futuro y al PSOE se le desgajó el PSC de la disciplina de voto para tener su propia disciplina de voto. Antes de que ningún periodista les preguntara sobre estas dos disciplinas, el partido (en dos) de la mano de Odón Elorza, decidió jugar a las tabas con los huesos de Franco. ¿Siguen siendo un partido político con un único discurso? Y el astrágalo subía, lanzado al aire. ¿Por qué no proponen medidas para que la creación de empresas no sea una locura de papeles, funcionarios poniendo sellos y ventanillas la mitad de ellas estrechas y medio cerradas? Y como respuesta otro huesito del dictador de nuevo al cielo, a ver si tapa el sol para no ver nada. ¿Le importan al PSOE los parados, los impuestos abusivos? ¿Le importa al PSOE que la crisis se haga eterna? Y la calavera de Franco girando en el aire, para recogerla y que siga el juego como respuesta.

Si para que todos los problemas se solucionaran bastaba con sacar unos huesos de un sitio y ponerlos en otro, podían haberlo hecho antes. Ya que conocían la fórmula para que vivamos hoy mejor, que Zapatero no lo hiciera en sus ochos años de gobierno no deja en buen lugar al anterior presidente ni a su partido. Si ese era el remedio, ¿no se le puede pedir responsabilidades al PSOE por no haberla ejecutado cuando pudo, manteniéndonos por su negligencia en una crisis que puede llevarse por delante a una generación entera?

Salvo, claro está,  que en realidad nunca quieran enterrar a Franco del todo, o desenterrarlo, para que siempre puedan desplegar una cortina de humo con la forma de su papo descolgado cuando no encuentren respuestas satisfactorias a preguntas que les haga la ciudadanía sobre el presente y el futuro. No sé si habrán calculado la maniobra completa, sopesando la posibilidad de que un golpe de viento les disipe la humareda. Si eso ocurre, ¿qué harán entonces, cuando alguno empiece a concluir que el PSOE siempre espera a estar en la oposición para pedir al gobierno que haga lo que ellos no quisieron hacer, para así no quedarse sin muleta? ¿Seguirán jugando con las tabas entonces, dejando que cale la idea de la inutilidad de los socialistas para el gobierno? Entierren, desentierren, quemen y esparzan las cenizas por donde les apetezca, echenlos a los perros si con eso piensan que derrocan retroactivamente al tirano, hagan lo que quieran con los huesos del dictador pero hagan, que lo único que consiguen es aburrir con el tema, corriendo el riesgo hasta de banalizar a Franco con tanta espera loca.

En la novela del premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, “Esperando a los bárbaros”, se da vueltas todo rato a esta idea. La angustia paralizante de la espera sin que llegue nunca el desenlace a esa espera, porque jamás sucede lo que todo el mundo sabe que va a suceder. A ver si hay suerte y por fin un político socialista nos libera de la angustia de esperar y  deja de anunciar continuamente las cosas que va a hacer para empezar a anunciar las cosas que ya ha hecho. Eso sí que sería conseguir el sosiego para la ciudadanía. La juventud que busca un futuro mejor ya no está para los juegos de tabas que se les ofrece, la juventud que no quiere perderse en laberintos sin salida hace tiempo que descubrió el videojuego en 3D.

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