Bruce Willis: el comediante más duro de Hollywoodland (I)
Bruce Willis, en su inolvidable papel de John McClane. Foto: objetivocine.es.

Camaleónico, duro, gracioso, cínico, estelar, héroe,..., los apelativos se quedan cortos para describir a éste polifacético actor nacido en la pequeña pantalla y que ha logrado convertirse en una de las más firmes estrellas del celuloide norteamericano, a base de trabajo, esfuerzo y una considerable dosis de riesgo, en la que ha sabido combinar como nadie, las superproducciones con proyectos independientes y de menor calado, interpretando personajes de todo tipo, sin hacerle ascos a ningún tipo de género, a pesar de lo arriesgado de cada uno de sus proyectos, demostrando que sin valor no hay gloria.

Sus orígenes

Walter Bruce Willis nació en la localidad alemana de Idar-Oberstein, un 19 de marzo de 1955.

Su madre, Marlene, era una empleada de banca alemana, mientras que su padre, David, era un soldado norteamericano destinado en el país germano.

Bruce es el mayor de 4 hermanos: Florence, David y Robert – éste último falleció en el año 2001 víctima de un cáncer de páncreas.

En el año 1957 su padre abandonó el ejército y se trasladó la unidad familiar a la localidad norteamericana de Nueva Jersey, donde comenzó a ejercer como soldador y trabajador en una fábrica.

En 1972 sus padres se divorciaron y el joven Bruce comenzó a manifestar algunos síntomas de tartamudez, al comenzar sus estudios de secundaria en el Pens Grove High School, que le valieron el apodo de Buck-Buck.

Sus primeros pinitos en el teatro

Con el fin de superar sus problemas de habla, Willis comenzó a realizar una serie de ejercicios dirigidos a reforzar su confianza en sí mismos, bajo la tutela de un especialista en el habla en la escuela de teatro Jerry Rockwood.

Una vez superados sus problemas, comenzó a participar en distintas obras escolares, llegando a ser nombrado presidente del consejo estudiantil de teatro.

Tras graduarse en el año 1973, comenzó a trabajar en la fábrica DuPont Chambers Works, de Nueva Jersey, puesto que abandonó tiempo después tras la trágica muerte de un amigo y compañero de trabajo durante el turno de éste en la fábrica.

A raíz de ese suceso coqueteó con el alcohol y se aficionó a la música, comenzando a tocar la armónica en un grupo de R&B llamado Loose Goose.

Poco después comenzó a trabajar como guarda de seguridad en la planta nuclear de Salem, para posteriormente dedicarse a la investigación privada.

Se matriculó en la Universidad de Montclaire, centrándose en su formación como actor dramático, lo que le valió ser elegido para interpretar en el teatro La gata sobre el tejado de zinc, papel por el que recibió numerosos elogios de los críticos.

En 1977 decidió abandonar sus estudios universitarios y mudarse a la Gran Manzana, donde compartiría vivienda con la futura actriz Linda Fiorentino y buscó empleo en el West Bank Café, en Manhattan Plaza.

Durante ese tiempo estuvo presentándose a numerosas audiciones, hasta conseguir un papel en una obra off-Broadway, titulada Heaven and Earth y posteriormente formó parte del reparto de la obra escrita por Sam Shepard, Fool for love; como paso previo a su aparición en numerosas obras teatrales neoyorkinas y a su debut como imagen de la marca comercial Levi’s, en algunos anuncios para televisión.

Sus primeros coqueteos con la gran pantalla

En 1980 participó como extra en una producción del mítico Frank Sinatra, titulada The First Deadly Sin (El primer pecado mortal, dirigida por Brian G. Hutton, en la que compartió pantalla además de con la Voz, con Faye Dunaway, James Whitmore, David Dukes o Brenda Vaccaro.

En la película, Sinatra encarnaba a Edward X. Delaney, un conflictivo policía neoyorquino empecinado en dar caza a un peligroso psicópata asesino.

En el mismo año participó en A Guru Comes, una película dirigida por el cineasta germano Rainer Erler.

El film se centra en la vuelta a casa de un hombre, procedente de Florida, a donde acudió para visitar a su familia, a los cuales encontró muertos en extrañas circunstancias.

El peso de la cinta recaía sobre Wolfgang Reichmann y Eric P. Caspar.

Un año después participaría en el thriller de Sidney Lumet, Prince of the City (El príncipe de la ciudad), con un breve cameo.

La película contaba con la presencia de Treat Williams, Jerry Orbach o Bob Babalan.

El argumento del film se centraba en la figura de un policía neoyorquino de origen italiano, Daniel Ciello, que para librarse de una investigación del departamento de asuntos internos, decide colaborar para sacar a la luz una serie de casos de corrupción.

El propio Sidney Lumet volvería a conceder un pequeño papel a Willis un año después en su drama judicial The Veredict (El Veredicto).

El film le permitió compartir pantalla con un grande como Paul Newman, al que le acompañaban entre otros, James Mason, Charlotte Rampling, Roxanne Hart o Jack Warden.

Newman daba vida a Frank Galvin, un abogado en la cuesta debajo de su carrera, adicto al alcohol y que sobrevive gracias a algunos casos de poca monta. Sin embargo un viejo caso sin resolver de su pasado, se vuelve a cruzar en su camino, presentándose como una excelente oportunidad para volver a los grandes casos por la puerta grande.

Poco después abandonaría nueva York para instalarse en la soleada California, donde comenzó a presentarse a numerosas audiciones para algunas series de televisión.

De esta manera en el año 1984 logró participar en un episodio de la exitosa Miami Vice (Corrupción en Miami), que llevaba por título No Exit, correspondiente a la primera temporada.

Willis interpretó en esta ocasión al traficante de armas Tony Amato.

Luz de Luna le abre las puertas de la fama

Tras resultar rechazado para formar parte del reparto de la película de Susan Seidelman, Desesperatly Seeking Susan (Buscando a Susan desesperadamente), protagonizada por la megaestrella de la canción pop, Madonna, se presentó al cásting para hacerse con el role del descarado detective privado, David Addison en la serie Moonlighting (Luz de Luna), en el que se vio obligado a competir con 3.000 candidatos.

Tras hacerse con el papel, Willis se afianzó como uno de los actores de comedia con más futuro en el mundo de la televisión, en gran parte debido a la química existente con su compañera en la pantalla, Cybill Shepherd.

La serie se mantuvo en emisión durante 5 temporadas (1985 – 1989), en las que se rodaron un total de 66 episodios.

La trama giraba en torno a los casos resueltos por la agencia de detectives Luna Azul, perteneciente a la inexperta Maddie Hayes y que cuenta con el sagaz detective David Addison, como principal solución para la solución de los casos. La tensión sexual en ocasiones no resuelta entre ambos protagonistas fue sin duda uno de los factores del éxito de la serie.

En el año 1985 participó en el episodio titulado Shatterday, perteneciente a la popular serie de televisión The Twilight Zone (Más allá de los límites de la realidad).

Su gran oportunidad para dar el salto al celuloide

En el año 1987, Blake Edwards le brindó la oportunidad de dar el salto a la gran pantalla, dejando atrás la creencia de que los actores de televisión no triunfaban en el mundo del cine.

Marcado por su etiqueta de actor de comedia romántica, Willis fue elegido para acompañar a Kim Basinger, la sex symbol por excelencia de los años 80, en una comedia romántica divertidísima, titulada Blind Date (Cita a ciegas).

En el film, Walter Davis, acude a una misteriosa cita a ciegas organizada por su hermano , Ted, con la supuestamente bellísima hermana de la prima de su mujer, Nadia. Sorprendido por la belleza de la chica, Walter comete el error de emborrachar a su tímida acompañante, quien fruto de los efluvios etílicos, le embarca en una vorágine de acontecimientos que cambiarán para siempre la vida de Walter, con el acoso obsesivo del exnovio de Nadia, empecinado en recuperar a su ex y amargarle la existencia al sorprendido Walter.

El encargado de encarnar al psicótico exnovio de Nadia, fue John Larroquette, que al igual que Willis, buscaba hacerse un hueco en el mundo del celuloide, procedente del mundillo televisivo.

La película fue un rotundo éxito de taquilla, recaudando más de 39 millones de dólares en los EEUU, confirmando a Bruce Willis como uno de los actores con más futuro en Hollywood.

En 1987 se embarcó en una aventura musical, grabando un álbum de pop-blues, para la discográfica Motown, que llevó por título The return of Bruno, en el cual el músico-actor incluyó el tema Respect Yourself, que estuvo varias semanas en los puestos nobles de los hits musicales.

Su segundo trabajo no vería la luz hasta 1989 y llevaría el título de If I don´t kill you, it just makes you stronger, que no alcanzaría el éxito de su primer álbum.

En el mismo año conocería durante el estreno de Procedimiento Ilegal, a la actriz Demi Moore, quien por aquel entonces salía con el actor protagonista de la cinta, Emilio Estévez.

Sin embargo el encuentro con Demi fue un auténtico flechazo propio de una película, contrayendo matrimonio el 21 de noviembre.

Fruto de su unión nacieron 3 hijos: Rumer (16 de agosto de 1988), Scott LaRue (20 de julio de 1991) y Tallullah Belle (3 de febrero de 1994).

La pareja pronto se convirtió en una de las más seguidas y queridas de Hollywood, dada la buena imagen de ambas estrellas en crecimiento.

Tras su rotundo éxito en la pantalla, el actor fue de nuevo reclamado por el cineasta Blake Edwards, para coprotagonizar junto a James Garner, la comedia Sunset (Asesinato en Beverly Hills).

En esta ocasión, la trama gira en torno a la aparición del cine sonoro, en el que un productor, contrata a un joven director, llamado Tom Mix, para que éste ruede un western sobre las andanzas del mítico Wyatt Earp, empleando para ello las nuevas técnicas cinematográficas. Sin embargo, un turbio asesinato entorpecerá la producción, cuando ambos son los principales sospechosos del vil crimen.

El reparto se completaba con Malcolm McDowell, Mariel Hemingway y Dermot Mulroney entre otros.

En esta ocasión, la película recibió duras críticas y además no recibió el respaldo del gran público, recaudando tan sólo 4,5 millones de dólares, habiendo costado 16 millones.

John McClane y el estrellato

Tras el espantoso fracaso de su último trabajo, Willis decidió abandonar momentáneamente el camino del cine de comedia para embarcarse en un proyecto arriesgado, con el que quería competir con actores de la talla de Syvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, en el complicado mundo de las Action Movies.

De esta manera en 1988, acepta encarnar al policía John McClane en la película de acción Die Hard (La Jungla de Cristal), dirigidapor el prestigioso realizador John McTiernan.

El argumento de la película giraba en torno al secuestro del edificio Nakatomi Plaza por un peligroso grupo terrorista , fuertemente armado. El policía John McClane, que había acudido a visitar por Navidad a su mujer, se ve inmerso en una situación en la que él es el único que puede impedir el éxito de la misión de los terroristas, enfrentándose él sólo a ellos, con una pistola y el edificio como únicos aliados.

El villano de la función era encarnado magistralmente por Alan Rickman, mientras que Bonnie Bedelia, era la sufridora esposa de McClane. Además secundaban el reparto Alexander Godunov, Reginald Veljohnson, Paul Gleason o William Atherton entre otros.

En el film, Willis sorprendió a propios y extraños al interpretar él mismo la mayoría de las arriesgadas escenas de acción.

El éxito en taquilla fue aplastante, recaudando cerca de los 139 millones de dólares en todo el mundo, recibiendo además críticas elogiosas por gran parte de la crítica, catapultando a Willis como una superstar en el complicado mundo del celuloide hollywoodiense.

Con el éxito de su último trabajo, Bruce se embarcó en 1989, en un proyecto de nuevo sorprendente, In Country (Recuerdos de guerra), encarnando en un papel secundario, a Emmett, un veterano de Vietnam que vive en compañía de Samantha, su sobrina, con la que mantiene una extraña relación, marcada por los padres de ésta y el carácter huraño y distante de su tío.

El role de la sobrina recaería en la prometedora Emily Lloyd, siendo dirigida la cinta por Norman Jewison.

El reparto se completaría con Joan Allen, Kevin Anderson, Richard Hamilton o Judith Ivey.

La película fue estrenada en el Festival de Toronto y recaudó unos discretos 3,5 millones de dólares en EEUU, si bien su actuación recibió grandes elogios por parte de la crítica.

Posteriormente intervendría con un breve cameo en la comedia rodada como un falso documental, That’s Adequate, dirigida por Harry Hurwitz.

Toda la trama giraba en torno a las vivencias en un estudio cinematográfico ficticio.

Junto a Bruce Willis, intervinieron en el film Tony Randall, Jerry Stiller, Susan Dey, Robert Downey Jr., Robert Vaughn, Marta Coolidge, Amy Stiller, Ben Stiller o Joanne Baron.

El mismo año prestó su voz al bebé protagonista de la película de Amy Heckerling, Look who’s talking (Mira quien habla), protagonizada por John Travolta y Kirstie Alley.

La película narraba las desventuras de Mollie, una contable soltera que se queda embarazada de Albert, uno de sus clientes. Durante su periodo de gestación entabla amistad con un taxista, llamado James. Dada la condición de casado del padre de su futuro hijo, ésta decide criarle sóla, mientras busca al padre perfecto. Sin embargo el niño, tendrá sus propias opiniones sobre los acontecimientos, reclamando como padre al simpático taxista.

La película supuso un rotundo éxito, de crítica y público, llegando a recaudar en todo el mundo cerca de 297 millones de dólares.

Un año después Willis repetía en su papel en la segunda parte, titulada Look who’s talking too (Mira quien habla también), si bien en esta ocasión, la crítica no fue benevolente con la película y su recaudación apenas llegó a los 48 millones de dólares.

Continúa en Bruce Willis: el cómico más duro de Hollywoodland (II).

Fuentes consultadas: Wikipedia, filmaffinity e IMDB.

Fotografías en el cuerpo del artículo: filmaffinity, tvrage.com y wikipedia.

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