Uno de los pilares básicos de la democracia es el pluralismo y la posibilidad de tener una televisión pública que represente a todos y ofrezca todas las visiones posibles. En Grecia, un país que vive su peor etapa de la historia, la televisión pública ha desaparecido. El Gobierno anunciaba el miércoles por la tarde que la ERT ponía fin a sus emisiones. Sin embargo, muchos trabajadores se han negado a abandonar el edificio de la radiotelevisión helena y la policía podría desalojarles.
Kedikoglou, miembro del Gobierno, calificó a la ERT como un medio "opaco": "Su opacidad termina. Se trata de un medio increíblemente derrochador. Tiene un coste tres veces superior, en algunos casos hasta siete veces superior, a otros canales y una plantilla cuatro veces, incluso seis veces, superior a sus rivales y una audiencia inferior".
Y es que el coste de la televisión pública griega asciende hasta los 300 millones de euros: "En estos momentos, el pueblo griego no puede soportar más sacrificios, no hay tiempo para la vacilación", detalló Kedikoglu. La radiotelevisión pública griega es financiada por los ciudadanos mediante un impuesto que se paga con el recibo de la luz. "Los expertos ponen en duda la validez legal del decreto, que sólo está firmado por el jefe de Gobierno y los ministros de su partido"
El portavoz anunció que los cerca de 3.000 trabajadores de ERT -la propia ERT sitúa la cifra en 2.656- serán despedidos y percibirán las indemnizaciones correspondientes. Los empleados que quieran trabajar en el nuevo organismo, podrán presentar su candidatura, dijo el portavoz sin precisar cuál será el tamaño de la plantilla del futuro ente.
De 2.600 a 700 empleados
El cierre de ERT es posible gracias a un decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado. Con esta medida, el Gobierno pretende cumplir las exigencias de la troika de eliminar 2.000 empleos públicos hasta finales de este mes.
La decisión, tomada unilateralmente por el primer ministro conservador, Andonis Samarás, ha causado un revuelo en todos los partidos, incluidos sus socios de Gobierno, los socialdemócratas de Pasok y la izquierda moderada de Dimar.
En un comunicado, Pasok destaca que un Gobierno tripartito no puede actuar con decisiones unilaterales: "ERT debe convertirse en una entidad moderna, pública y acorde con las normas europeas. Su reforma no puede hacerse suspendiendo su funcionamiento y a costa de 2.000 puestos de trabajo".
Al igual que ocurre en toda la Administración pública, la radiotelevisión griega sufre de un exceso de personal administrativo. Según viene denunciando desde hace tiempo los sindicatos de medios, hay en cambio una clara escasez de periodistas y técnicos: "ERT no es propiedad del Gobierno sino del pueblo griego", declaró por su parte, Panos Skurletis, portavoz del principal partido de oposición, el izquierdista Syriza, quien afirmó que su formación luchará junto con el personal de ERT por modernizar este ente público, en lugar de cerrarlo.