En 2001 se fundaba The Mars Volta con Cedric Bixler-Zavala y Omar Rodríguez-López como integrantes principales del grupo. Una carrera sorprendentemente ascendente en el mundo de la música progresiva, siendo reconocidos en 2008 comola mejor banda prog-rock por la revista Rolling Stone y recibiendo un premio Grammy en 2009, además de incorporar en sus canciones hard rock, jazz fusión e incluso música latinoamericana,. La improvisación, la energía y la crítica movían los hilos de su trabajo y se reflejaba en sus conciertos y en su discografía, con ejemplos como De-loused in the Comatorium, Frances the Mute y Amputhecture entre otros.
La música se ha convertido en un elemento esencial de nuestras vidas, en nuestro consciente o subconsciente y este grupo ha sido capaz de llegar hasta ellos aportando una gran cantidad de energía con canciones como Inertiatic Esp o Wax Simulacra e incluso algo de nostalgia con canciones como Asilos Magdalena, con una voz y una guitarra características, las mismas que han entrado en discordia y han provocado el divorcio y que eran capaces de inundarnos de emociones.
El motivo de su separación fue muy comentado por las redes sociales, sobre todo twitter, donde Bixler-Zavala anunció que abandonaba el grupo, dando a entender que el causante de la ruptura era Rodríguez-López, debido a que había comenzado una serie de proyectos en paralelo con The Mars Volta, lo cual se tradujo en un cierto abandono.
Aunque resulta difícil entender como un grupo que ha alcanzado el éxito de tal modo haya llegado a ese final, se puede llegar a entender, y es que a veces nos vemos perseguidos por las obligaciones, la responsabilidad y el compromiso, muchas razones por las cuáles abandonamos nuestros deseos, una serie de sucesos que son pequeños granos de arena que se acumulan formando una montaña, que al final provocan esa ruptura. Es posible hacer el camino acompañado, pero otras veces es necesario hacerlo en solitario. Nuestras vidas se ven ligadas a otras, conocemos personas, los convertimos en nuestra pareja o nuestro amigo. Se crea así una historia colectiva, paralela y en ella damos lo mejor que tenemos, regalamos nuestro tiempo, pero nunca sabemos cuándo puede terminar, porque podemos creer en la eternidad, pero dentro de nosotros, tristemente también sabemos que esos mismos lazos se pueden romper.
