Llegó sin hacer mucho ruido a la sección oficial; de hecho nadie contaba con su candidatura en las primeras quinielas. Pero en su pase del pasado viernes impresionó a público y crítica y es por ello que este domingo se ha alzado con el máximo galardón. Hablamos de La vida de Adèle, del tunecino Abdellatif Kechiche, la cual ha sido galardonada con la Palma de Oro de la 66º Edición del Festival de Cannes. La cinta, una coproducción franco-germana-española (Vértigo aportó el 10% de su presupuesto y, por tanto, su distribución en nuestro país está más que asegurada), narra a lo largo de tres horas de metraje el despertar sexual de una joven lésbica.
“Me gustaría dedicar a la hermosa juventud que me encontré, gente que me enseñó mucho sobre el espíritu de libertad y también a otra juventud, por algo pasó no hace mucho tiempo, a la revolución tunecina, por su aspiración de vivir con libertad, expresarse libremente y amar con plena libertad", declaró emocionado Kechiche al recoger su Palma de Oro de manos de la actriz Uma Thurma.
La japonesa 'Like Father, Like son' araña el Premio del Jurado
Lo nuevo de los hermanos Coen, Inside Llewyn David se lleva el Gran Premio del Jurado, un galardón que no han podido recoger en persona los cineastas y que premia su retrato del mundo de la música folk en el Nueva York de la década de los 60. Por su parte, otra de las grandes favoritas de la edición, la japonesa Like father, Like son, del realizador Hirokazu Kore-Eda, se tiene que conformar con el Premio del Jurado, entregado por la española Rossy de Palma.
Amat Escalante aporta el toque español
En los apartados interpretativos, los triunfadores han sido la franco-argentina Bérénice Bejo, protagonista del drama Le Passe, de Asghar Farhadi y una de las apuestas más fuertes de la edición, que finalmente solo ha podido arañar este premio; y el estadounidense Bruce Dern por lo nuevo de Alexander Payne, Nebraska, quien se ha impuesto al favorito de la categoría, Michael Douglas (Behind the Candelabra). “No me lo esperaba”, ha sentenciado Bejo tras recibir con grata sorpresa la noticia.
El sabor español del palmarés lo ha aportado el mexicano, de nacimiento barcelonés, Amat Escalante por Heli. Curiosamente, este mismo reconocimiento lo ganó el año pasado su amigo y mentor, también mexicano Carlos Reygadas por Post Tenebras Lux. Una muestra más de que el cine latinoamericano gana poco a poco terreno en el certamen francés.
Por último y, no menos importante, el premio al mejor guión ha recaído en las manos de cineasta chino Jia Zhangke por la violenta A touch of sin. Curioso que las películas de los cineastas más esperados de la edición hayan pasado sin pena ni gloria por el palmarés. Ejemplos: François Ozon, Roman Polanski, Steven Soderbergh o Nicolas Winding Refn.
En definitiva, una vez más, la vecina Francia suma victoria en el escaparate cinematográfico más importante del mundo. Desafortundamente, ni el hecho de contar con una de las secciones oficiales más americanas de los últimos años o con el mismísimo Steven Spielberg como presidente del jurado han jugado a favor de las apuestas del nuevo continente. Tal vez el próximo año.