Un concierto en acústico puede ser uno de los mayores placeres que se puedan encontrar para cualquier amante de la música. Esta frase tiene sentido al escuchar como Jason Thomas Mraz, entona una canción con una simple guitarra de fondo, y es que el norteamericano se ha convertido en estos últimos años en uno de los artistas más valorados y con mejor directo según gran parte del público musical.
En su día, se llegó a confesar amantes de los conciertos para pocas personas, pero aceptó que debe ganarse la vida y esa, no era la forma adecuada: "Mi manager y mis representantes creen conveniente que actue en eventos en los que se pague un mínimo de 200.000 dólares. Es una lástima para lo que yo verdaderamente amo, pero tampoco veo mal esto". Sin embargo no son pocos los conciertos benéficos en los que su nombre aparecía como principal artista. Quizá como él consideró, el mundo de la música sea algo que le quede demasiado grande en ocasiones, pero no por ello se pierde la pasión.
Comenzó en 1999, y tan solo 3 años después ya firmó con una discográfica de renombre que le llevó ya a las listas de éxitos, donde su nombre empezó a sonar. Sorprendentemente, no sería hasta 2008 cuando Jason sonó en todos los hogares del mundo con su mayor éxito hasta la fecha, su disco We Sing. We Dance. We Steal Things que incluía su single más famoso, I'm yours. A partir de ahí comenzó a sonar su nombre y sus canciones en todas las radios, siendo reconocido a cada paso que daba. "Para mi era todo tan extraño... estaba acostumbrado a dar conciertos en pequeños locales, nada raro, me encantaba. De pronto, me veía actuando en conciertos multitudinarios. La gente me reconocía por las calles, era una sensación muy extraña".
Con un estilo nada parecido al de cualquier estrella de la música, Jason se confiesa como un tipo simple y de costumbres nada raras. Sobre el escenario se entiende mucho mejor lo que quiere transmitir. Una guitarra y poco más le bastan para poner en pie a todo aquel que asista a uno de sus conciertos. "Es de esos artistas que te suenan igual en directo que en el estudio", así lo definía su productor discográfico.
En la actualidad musical, son muchos los que están optando por un estilo mucho más cercano al público para conseguir llegar a ellos. Mientras que gran parte de los artistas en la actualidad pasan horas y horas en el estudio de grabación en busqueda de la canción perfecta, unos pocos buscan con un simple instrumento componer una canción que salga de dentro.
