James Gray es de esos cineastas que con muy poco recorrido ha logrado captar la atención de todos aquellos que, en algún momento de su camino, decidieron posar la mirada en su filmografía. Con unos antecedentes más que respetables, su paso por la Croisette se esperaba como agua de mayo. Desafortunadamente, al igual que le ha sucedido a grandes compañeros de profesión como Nicolas Winding Refn o François Ozon, su transcurrir por el certamen francés ha sucumbido a los desencantos del colectivo, maravillado por su clasicismo en la ejecución de su quinto largometraje pero decepcionado por una "narrativa que nunca avanza".
El título que ha provocado dicha contradicción: The Inmigrant, un retrato de la América de los años 20, marcado por el paisaje de la inmigración europea. En ese devenir constante, Gray nos sitúa en la vida de Ewa Cybulski, una chica polaca que llega con su hermana a la isla de Ellis, el lugar de entrada habitual de la inmigración en EE UU. Lo que parece el inicio de una bonita historia de superación en la tierra de las oportunidades, pronto se torna en algo más dramático cuando es separada de su hermana, en cuarentena por tener la tuberculosis, y se cruza en la vida de Bruno, dueño de un teatro y de una red de prostitución.
James Gray: "Un 40% de los estadounidenses tienen un miembro en su familia que pasó por Ellis Island"
"Ellis Island fue el puerto de llegada de los inmigrantes entre 1920 y 1924. Un 40% de los estadounidenses tienen un miembro en su familia que pasó por EIlis Island. Soy favorable a la inmigración. La inmigración es un factor de enriquecimiento de la sociedad, aporta vitalidad, flexibilidad y dinamismo a la cultura", recordó James Gray, estadounidense cuyos abuelos también pisaron suelo americano a principios de los 20 procedentes de la Europa del Este.
Una vez más, la cuarta ya, el cineasta ha contado con la colaboración de su actor fetiche, Joaquin Phoenix, encargado de dar vida al mafioso de la historia. Phoenix, que no se encontraba en Cannes (defiende Gray que porque es muy tímido y no sabe promocionarse), solo recibió palabras de admiración por parte de su director: "Gravitamos en torno a los actores. Y con algunos, nos damos cuenta de que compartimos sentimientos comunes sobre la vida, el arte, el comportamiento del ser humano. Desde que hicimos nuestra primera película juntos, me di cuenta de que Joaquin Phenix posee una paleta emocional extraordinaria".
Pero si hay un rostro protagonista de la jornada, ése es el de la francesa Marion Cotillard. La oscarizada actriz, que encarna a la protagonista polaca Ewa, ha sido el blanco de los pocos elogios que ha llovido hoy en la riviera francesa. Acostumbrada a adaptar su acento para diferentes idiomas, afirmó esta mañana que el polaco no supuso mayor reto para ella: "El idioma forma parte del conjunto, me gusta crear personajes que tienen un estilo propio, su lenguaje físico, su voz. Mi papel en la película es una polaca, entonces tenía que hablar el idioma perfectamente sin acento. Comprendí que para hablarlo bien, tenía que meterme de lleno en la cultura polaca".
Recordar que James Gray se ha paseado cuatro veces por el Festival de Cannes, la última con el thriller "La noche nos pertenece", pero que siempre se ha ido con las manos vacías. Salvo milagro, parece que en esta edición tampoco se llevará nada para casa.
La venganza según Arnaud des Pallières
La segunda película a concurso en el día de hoy ha sido la francesa Michael Kohlhaas, cuarto trabajo del realizador Arnaud des Pallières. Se trata de una adaptación de la obra alemana de Heinrich von Kleist, ambientada en el siglo XVI y cuyo telón de fondo es la venganza de un vendedor de caballos que, cuando se queda sin nada, emprenderá una venganza para recuperar lo que le pertenece.
"Descubrí este texto cuando era joven, recién empezaba los estudios de cine. Me deslumbró sin que comprendiera realmente su complejidad y su alcance. En ese momento, tuve el sentimiento de no tener la madurez para hacer algo en el cine. Ya era tiempo de que lo hiciera", explicó Kohlhaas esta mañana en la rueda de prensa ofrecida poco después del estreno de una historia con la cual, en palabras del propio cineasta, "intenté acercarme al espíritu rebelde, desgarrado de Kleist, y los paisajes del Vercors y de Las Cevenas en Francia me lo permitieron".
La cinta está protagonizada por el danés Mads Mikkelsen. El actor reconoció que tuvo que aprender francés para meterse en la piel de su personaje pero que lo más difícil de todo ese proceso fue empatizar con él: "Es un hombre radical que cree en la justicia y que desea encontrar sus caballos, pero que en su búsqueda lo pierde todo". En el reparto aparece un nombre español, el de Sergi López, quien se encuentra en la ciudad francesa para promocionar la película: "Es un privilegio trabajar con Arnaud, es un gran contador de historias con un guion realmente bien escrito. A pesar de mi ignorancia, él siempre encontró como guiarnos a los actores”.
Un certain regard
Con respecto a la sección "Un certain regard", la competición ha estado a cargo del iraní Mohammad Rasoulof, cuya cinta Manuscripts Don't Burn ha llegado de forma clandestina al certamen. Sobre él pesa una sospecha, y casi condena, de hacer cine en contra del gobierno, y es por ello que no ha podido presentar en la Croisette su nueva obra, con la que aspira a llevarse su segundo galardón francés: hace dos años se alzó con el premio a la mejor dirección por Bé Mid 2 Didar. En esta ocasión, su historia gira en torno a dos asesinos a sueldo que deben hacer que un asesinato parezca un suicidio, pero, como siempre suele ocurrir en estas situaciones, nada sale como habían previsto.