Tercer día del Festival de Cannes: Farhadi y Zhang-ke ponen el listón alto
Todo el equipo de 'Le Passe', esta mañana en Cannes. / Foto (sin efecto): AFP.

Tercer día en la Croisette, y como el sol, el buen cine por fin ha hecho acto de presencia en la riviera francesa. Después de una jornada de ayer decepcionante, donde ni el mismísimo François Ozon con su nuevo proyecto Jeune & Jolie levantó el ánimo de los presentes, el cineasta iraní Asghar Farhadi y el chino Jia Zhang-Ke han entrado en la competición impregnados de aroma a premios. El primero en presentar película en sección oficial ha sido Asghar Farhadi, cineasta iraní que tras la sensacional A separation, ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2012, regresa al panorama cinematográfico con Le Passe (El Pasado), ganador del Premio Media de la UE (recompensa a un proyecto con un fuerte potencial de éxito).

Un año después de recoger el galardón de manos del festival galo, el destino le vuelve a traer hasta él para ser testigo de excepción del estreno de un drama muy personal protagonizado por la francoargentina Bérénice Bajo (The Artist), Tahar Rahim y Ali Masaffa y cuyo pase ha sido aplaudido fervientemente por la crítica. Una vez más, Farhadi retoma las relaciones de pareja y las complejidades de una familia cuya cabeza visible es Anne-Marie (Bejo), una mujer con dos hijas, una de ellas adolescente con la que mantiene una relación distante, que se reencuentra con su exmarido para firmar los papeles de divorcio. Pero la llegada desde Irán de Ahmad abrirá de nuevo las heridas del pasado de Anne-Marie, cuyo presente está junto a Samir.

"Soy y seguiré siendo un cineasta iraní", afirmó Farhadi

"La elección de la familia como base de mis historias recientes viene de mi preocupación por sentirme cerca del espectador. No hay nada más universal que la familia, así que es terreno ganado entre el espectador y yo, porque no tengo que explicarle el contexto", explicaba el director poco después de la proyección de la película, en clara referencia al uso constante de esta temática en su filmografía.

Se trata de la primera producción que el cineasta iraní filma fuera de su tierra natal. Farhadi precisó que él se considera ante todo un cineasta iraní, pero que no le gusta poner etiquetas de nacionalidad a sus obras. "Puedo trabajar en cualquier lugar del mundo, pero soy y seguiré siendo un cineasta iraní. Es difícil asignar una nacionalidad a una obra de arte. Pero no creo que sea necesario formular esa pregunta, pues la respuesta carece de importancia. Lo importante es el vínculo que el espectador crea con la película, cada espectador puede hacer suya la película", señaló.

Rodada en Paris y en francés, los actores tuvieron que usar un traductor para poder entenderse con su director, una necesidad que lejos de ser un inconveniente supuso un valor añadido para el reparto, tal y como afirmó una de sus protagonistas, Bérénice Bejo: “Usamos interprete, pero al final había tanta conexión que era increíble estar delante de alguien de quien no entiendes lo que dice pero que comprendes perfectamente. Los ensayos nos dieron todas las respuestas. Todo estaba coreografiado. Él decide todos los detalles y me parece bien, porque nosotros somos intérpretes”, concluyó la actriz mundialmente conocida por su participación en el título mudo y en blanco y negro The Artist.

La opresión en la China Contemporánea

La segunda película en sumarse hoy a la carrera por la Palma de Oro ha sido Tian Zhu Ding (A Touch of Sin), del chino Jia Zhang-ke. Ganador del León de Oro en Venecia en 2006 por Naturaleza Muerta, Zhang-ke ha conquistado a la crítica de nuevo con su visión de la China Contemporánea, donde destaca la opresión y la lucha por la democracia de un pueblo sometido por unas autoridades corruptas. Procedente de un país donde la censura oficial marca el tiempo de la cultura de los espectadores, Zhang-Ke no tiene miedo de las consecuencias que pueda acarrear su proyección. "Estoy comprometido con la preservación de la libertad creativa, y hago todo lo posible por no autocensurarme. Una vez que logro esto, me pregunto cómo hacer para que un máximo de espectadores chinos vean la película", aseguró esta mañana.

Un cruel retrato de la sociedad china donde la violencia no abandona cada plano de esta historia, mezcla de ficción y documental. "Con la crisis de los últimos tiempos, he podido observar lo violentos que pueden ser los incidentes en China, algo que me preocupa mucho, y se me ocurrió que era algo que había que destacar a través del cina para comprender cómo una persona ordinaria puede llegar a actuar con tanta violencia", añadió Zhang-Ke.

A Touch of Sin narra la historia entremezclada de cuatros personas al límite. Dahai, un minero exasperado por la corrupción de los dirigentes de su pueblo que decide pasar a la acción. San'er, un trabajador emigrante que descubre las infinitas posibilidades que le ofrece su arma. Xiaoyu, recepcionista en una sauna que no soporta más el acoso de un cliente rico. Xiaohui, un hombre cansado de peregrinar de un trabajo con condiciones cada vez más degradantes. Cuatro historias reales cuya lucha y verdad ha conmovido a los espectadores de la Croisette.

Un certain regard

En la sección Un certain regard, otros dos estrenos. Por un lado, la francesa L'Inconnu du lac, el cuarto largometraje del cineasta Alain Guiraudie, quien pisa por primera vez la competición oficial del Festival de Cannes. La historia gira en torno a un grupo de obreros y campesinos que asumen el control de una lechería en forma de cooperativa en una zona rural francesa. En este contexto revolucionario, nacerá el amor entre dos hombres. Por otro lado, la actriz italiana Valeria Golino prueba suerte en la dirección de largometrajes con Miele, un proyecto basado en la novela Vi Perdono, del escritor italiano Mauro Covacih, que aborda el controvertido tema de la eutanasia.

Un botín de "cine"

Como si de una nueva entrega de Ocean's Eleven se tratase, la ciudad francesa se ha levantado con la noticia de un suceso de "cine". Todo ocurrió alrededor de las cinco de la mañana de este viernes. Según fuentes de la policía judicial de Niza, los ladrones entraron en la habitación de hotel de un empleado de la joyería Chopard, una de las encargadas de surtir complementos de lujo a las actrices que pasean por la alfombra roja del festival, y desvalijaron una caja fuerte con estos brillantes elementos por valor de un millón de dólares, unos 770.000 euros. La firma suiza no ha querido aportar más detalles al respecto, no obstante, la organización del certamen se ha apresurado a tranquilizar a los ciudadanos afirmando que la Palma de Oro, el máximo galardón del concurso que es de oro, pesa 118 gramos y está valorado en más de 20.000 euros, se encuentra a buen recaudo.

VAVEL Logo