Tras el batacazo en taquilla de Jack El Caza Gigantes, Warner Bros ha decidido andar con pies de plomo en la elección de sus futuros estrenos. Así, con la crisis audiovisual como telón de fondo, uno de los estudios más fuertes de la industria americana se cuestiona cada vez más la rentabilidad de sus proyectos. Debido a este filtro ya se han desechado algunos títulos como Akira, Paradise Lost y Arthur & Lancelot, y todo parece indicar que también salpicará a una de las adaptaciones más esperadas:
el reboot de Tarzán, la nueva versión cinematográfica del personaje nacido de la mente de Edgar Rice Burroughs a principios del siglo XX que preparaba el cineasta David Yates.Según informa Deadline, los estudios han decidido dar carpetazo al proyecto después de más de dos años de preproducción. Pese a que Warner no ha hecho oficial las causas que han motivado dicha decisión, algunas voces apuntan a que se trataría de problemas presupuestarios. Los discretos datos de taquilla de su anterior superproducción, Jack El Caza Gigantes (costó cerca de 300 millones de dólares entre presupuesto, marketing y distribución y solo recaudó en su primer fin de semana 27,2 millones), unido a una larga fase de negociaciones y preparativos que ha encarecido de manera considerable el proyecto, provocan que Tarzán en estos momentos esté en modo standby. No se descarta la opción de un posible reinicio de la producción para 2014.
Basada en la novela Tarzan of the Apes de Edgar Rice Burroughs, de 1912, la nueva versión cinematográfica del hombre mono contaba con guion de los escritores Stephen Sommers y Stuart Beattie. En esta ocasión, la historia iba a recrear la vida de un chico de la jungla que, años después de volver a integrarse en la sociedad y por orden de la Reina Victoria, viajará hasta el Congo para enfrentarse a un villano señor de una mina de diamantes. Para el reparto sonaron los nombres de Alexander Skarsgard, Jessica Chastain, Jamie Foxx y Samuel L. Jackson.