Jefa del Departamento de Comunicación, Imagen y Sonido del I.E.S. Guadalpín de Marbella, Macarena Astorga compagina en su día a día las dos facetas que más le apasionan en la vida: la educación y el cine. Pese a que siempre ha soñado con probar suerte en el mundo de la ficción, no ha sido hasta ahora y con una trayectoria impecable como documentalista (Voces contra el silencio y Los ojos de Brahim) cuando ha decidido dar el paso y lanzarse de lleno al género. Su prueba de fuego: Tránsito, un cortometraje thriller con tintes de drama, fantasía y ciencia ficción protagonizado por Daniel Grao (Fin, 2012) y que llega avalado por el premio RTVA al mejor guión. El proyecto, cuyo primer tráiler ya se puede visionar en la red, está producido por Puraenvidia Films y Caleidoscopio Films, joven compañía independiente con una gran proyección en el campo audiovisual y nacida del esfuerzo de Sensi Nuevo.
Consciente del difícil momento por el que atraviesa el sector audiovisual en España, Macarena Astorga se muestra positiva y esperanzada con su primera incursión en el mundo de la ficción que espera poder estrenar en breve. Por lo pronto, ya cuenta con el respaldo de la agencia Freak, una de las más importantes a nivel nacional de distribuición de cortometrajes que ha decidido hacerse cargo de la comercialización de Tránsito. Su siguiente objetivo será intentar colarse en la sección oficial del Festival de Málaga, donde el año pasado se alzó con la Biznaga de Plata con su documental Los Ojos de Brahim. Como buena apasionada de lo que hace, Macarena Astorga ya tiene entre manos un nuevo proyecto en el que embarcarse: una historia basada en la figura de una niña de la India convertida en heroína tras dar su vida por su familia. De estos y otros muchos asuntos charlamos con ella en una entrevista en exclusiva para VAVEL.com.
Pregunta: ¿Cuándo sintió por primera vez la llamada del cine?
Respuesta: Bueno, pues esto fue vocacional. Aunque suene un poco tópico, desde pequeña me ha gustado mucho el cine. Recuerdo que los primeros regalos que pedía pasando por Cinexin era tener una cámara de vídeo. Esto es una enfermedad auténtica que yo creo que se va ampliando con la edad. Muchas veces me hablan que no hay directoras de cine porque no se tenían referencias. Yo en mi pueblo no necesitaba referencias, yo iba al cine y estaba allí desde las 5 hasta la 11 de la noche viendo todo tipo de cine y no necesitaba que quien dirigiera fuera una mujer. Sabía que lo que me gustaba era eso.
P: ¿ En qué momento se decantó por la dirección?
R: En realidad no me decidí, llegó. Tenía una historia que tenía ganas de contar desde hacía mucho tiempo y empecé a desarrollarla. Tuve apoyo para poder hacerla y a partir de ahí hice mi primer documental más o menos serio y profesional que fue Voces contra el silencio que estuvo bastante bien acogido. Recuerdo que ganó muchos premios importantes de público y crítica, estuvo paseándose por festivales internacionales y aquello funcionó muy bien. Cuando termino un proyecto siempre digo. "Voy a dejarlo, esto es mucho para mí y no puedo". Pero sigo queriendo hacer cosas. A los meses empecé a trabajar con el guión de Los ojos de Brahim porque sabía que tenía una historia bonita y creo que mereció la pena contarla.
P:Sus dos primeros proyectos como directora son documentales. ¿Qué le atrajo de este género?
R: Más que atraerme sabía que tenía en este caso dos historias por contar y esas dos historias eran documentales. Ni de Voces contra el silencio se hubiera podido hacer una ficción ni de Los ojos de Brahim. Sí que me gusta mucho el género documental, me ha gustado mucho más cuando me he metido de lleno en él y he podido conocer otros trabajos de otros documentalistas muy buenos. Y sobre todo el respeto tan grande que yo le tengo a la ficción. Es lo que más me gusta y me ha gustado desde siempre pero nunca me he sentido preparada para hacer una.
P: ¿Cómo recuerda su primera experiencia detrás de las cámaras?
R: La recuerdo con muchos nervios. Recuerdo que no dije acción porque era una entrevista que tenía que hacer a una mujer que había sufrido mucho porque tenía una experiencia relacionada con la guerra civil y su familia. Ella contaba que se había ido a Francia con cuatro hermanos suyos pequeños andado y cuando llegaron se tuvieron que volver para España de nuevo andando porque se encontraron que allí también había bastante convulsión social y política... Así que imagínate, casi el mismo contenido de la entrevista hizo que me olvidara un poco de todo, que descontextualizara, que intentara centrarme en ella para que se sintiera cómoda y pudiera contarme de la forma más natural posible aquello tan fuerte que me estaba contando. Fueron los primeros planos que se rodaron del documental Voces contra el silencio y fue todo como muy tranquilo.
P: Y llegó 2011 con Los Ojos de Brahim. Biznaga de Plata en el Festival de Málaga, Premio RTVA a la mejor creación, Merit Awards en el Focus Films Festival de California. ¿Se imaginó alguna vez que este cortometraje cosecharía tantos éxitos tanto dentro como fuera de nuestras fronteras?
R: Cuando terminé Los ojos de Brahim sabía que había una buena historia pero no era consciente de la repercusión que iba a tener. Creo que soy demasiado crítica con el trabajo que hago y sufro mucho. Entonces cuando terminé, empezamos a visionarlo. Yo suelo mucho testearlo con amigas y amigos que sé que me dan caña. Creía que no funcionaba y me equivoqué. Empezaron a llegar los premios...Sé que los premios son muy importantes, y tampoco quiero pecar de falsa modestia, pero para mí no es el objetivo. Es un reconocimiento que se hace a un trabajo, si vienen estupendo, pero si no pues no pasa nada. Para mí el mejor premio es que la gente te diga "me ha gustado tu trabajo, me ha llegado, me ha divertido". Ya me fui dando cuenta cuando en el Festival de Pamplona tuvo selección, llegó Mujer En Escena con la Biznaga... y es cuando dices pues vamos a seguir haciendo cosas porque parece que funciona.
P: ¿Qué cree que tiene de especial la historia de Brahim para que los espectadores hayan conectado tan bien con ella?
R: Creo que tiene sinceridad y naturalidad, algo de lo que hoy por hoy en la vida que estamos viviendo carecemos muchos. Yo creo que la gente se da cuenta de que lo que ve en la pantalla es lo que hay, porque Brahim es un tipo muy inteligente pero a la vez la ingenuidad que él retrata es la que tiene y eso es fantástico. Y sobre todo el instinto de superación que tiene. Para mí, que soy profesora, es impactante poner este trabajo en los institutos y que los niños de secundaria te digan que les ha llegado. Los ojos de Brahim funcionó por eso, porque es un documental sencillo, no tiene grandes dosis de espectacularidad pero a la vez es muy profundo. Una profesora de la Universidad de Málaga que trabaja con personas discapacitadas me dijo que es un documental que tiene muchas lecturas y yo creo que sí.
Su debut en la ficción
P: De los documentales salta directamente a la ficción con Tránsito. ¿Qué le animó a probar suerte en este campo?
R: Las circunstancias nuevamente. Yo que soy una persona bastante escéptica y no creo mucho en las cosas del destino pues la vida me está llevando al camino contrario y me está diciendo que las cosas se dan por algo. Me llevó a escribir un guión para un concurso de Canal Sur, de Radio Televisión Andaluza, y a ganarlo. Cuando sentí que había ganado pensé que era una llamada, que había llegado el momento de pasar a lo que yo siempre he querido hacer. No sé si me ha llegado temprano o tarde pero creo que me ha llegado en el momento exacto con una madurez suficiente para poder hacer un cortometraje de ficción que parece fácil pero para nada.
P: Cuéntenos un poco más de Tránsito. Aúna drama, fantasía y misterio, tres géneros que, en principio, parecen destinados a no entenderse.
R: Sí, es verdad. Yo creo que ahí radica un poco la originalidad de Tránsito. Efectivamente, en un principio el guión carecía de muchas de estas cosas pero haciendo lecturas y relecturas vas mejorando, vas aderezando y al final es como un puzzle que hasta que no ves que no encaja todo...cuando vi que había metido esta mezcla me di cuenta que encajaban. Es una historia fundamentalmente thriller, drama, solamente gira en torno a un personaje, no es una historia coral. Son una serie de acontecimientos que le ocurren a este personaje que le hacen ir cambiando la actitud que tenía en un principio. Es complicado hablar de un cortometraje que dura 13 minutos porque te lo puedes cargar, entonces estoy cuidando mucho mis palabras para que a la gente le den ganas de verlo y no contarlo. Es un drama con tintes de ciencia ficción y cine fantástico pero el giro que da te das cuenta que todo es mucho más real de lo que nos pensamos en un principio.
"Es complicado hablar de un cortometraje que dura 13 minutos porque te lo puedes cargar"
P: Solo la preproducción les ha llevado seis meses. ¿Es mucho más difícil sacar adelante un proyecto de ficción que un documental?
R: La respuesta rotunda es sí. Con Brahim la preproducción también fue difícil porque había de por medio un rodaje en el Sahara. Aquí tengo que hablar de Caleidoscopio Films porque para mí ha sido un escaparate que me ha dado el poder hacer mis trabajos. La preproducción ha salido sobre todo de Sensi [productora de Tránsito y responsable del departamento de edición de Caleidoscopio Films] y del equipo que nos rodeaba. Para mí la preproducción de esta ficción ha sido mucho más complicada y eso que solo teníamos una localización. Rodamos en Archidona y en carretera, pero los permisos, el vestuario del personaje, todo el tema de casting para la figuración donde todo el pueblo se metió de lleno... No me lo imaginaba que iba a ser tan complicado. Yo siempre digo que para mí ha sido como un máster de cine acelerado. Ni en la mejor escuela de Nueva York o Los Ángeles hubiese aprendido tanto. Para mí Tránsito ha sido aprendizaje, aprendizaje y aprendizaje.
P: ¿Qué fue lo más duro y lo más gratificante de los tres días de rodaje en Archidona?
R: Lo más gratificante, sin duda alguna, trabajar con Daniel Grao. Obviamente, he tenido un equipo técnico muy bueno que no los quiero dejar atrás porque esto no es mío, es de un equipo de más de 30 personas que han apostado por esto, por poner su piel en este proyecto. Pero personalmente, yo nunca había hecho dirección de actores, al venir del documental, y tuve la suerte de conectar y contactar, las dos cosas, con Venci Kostov, asistente de dirección, que es un coach de actores magnífico y con él preparamos el personaje de Daniel Grao. Recuerdo que nos pasamos noches enteras preparando el personaje porque evoluciona mucho y yo quería que se notara en el cortometraje, que no fuera plano. Recuerdo ir a Madrid para preparar con Dani, trabajar con él en set. Y lo malo: tener al equipo trabajando muchas horas, la gente cansada, el estrés que te da el ver que te faltan planos por hacer y no lo vas a poder hacer porque se va la luz, porque teníamos muchos exteriores...
P: Los Ojos de Brahim, ahora Tránsito. ¿Qué tiene Archidona que se ha vuelto para usted casi como un talismán?
R: Los Ojos de Brahim era de cajón porque yo lo conocí allí. Iba a dar clases de matemáticas a mi casa, mi madre es profe, y su madre le pedía que le echara una "manilla" con las matemáticas. Yo aquí en Málaga, cuando estaba estudiando audiovisuales y me iba el fin de semana para allá lo veía y así fue como empecé a conocerlo y él me empezaba a contar cosas. Archidona en Los Ojos de Brahim tenía que salir porque es muy importante en la vida de él y en Tránsito tenía que salir porque nos facilitaron temas de permisos y porque una de las bases del concurso que gané de RTVA exigía que la localización tenía que ser dentro de Archidona porque ese concurso fue en el marco del Festival de Cine Andaluz y del Mediterráneo, así que casi que lo tenía un poco como blanco y en botella. Y yo creo que ha merecido la pena porque al margen de la coyuntura, Archidona es un pueblo precioso que tiene unos rincones magníficos y que en Tránsito se le saca mucho partido.
P: Tránsito está protagonizado por Daniel Grao, actor de moda por la reciente película de Jorge Torregrossa, Fin, y la serie de Antena 3, Luna el Misterio de Calenda. ¿Fue difícil contactar con él? ¿Cómo fue la experiencia de dirigirlo?
R: Fue una de las experiencias más gratificantes de rodar Tránsito. El trabajo de Daniel y su interés por el proyecto le aporta al cortometraje una calidad fuera de duda porque está sobresaliente. Yo creo que lo dio todo y se nota. Daniel hoy día es uno de los actores con mayor proyección del panorama cinematográfico y eso que está empezando. No para de trabajar, ahora está rodando Hermanos, empieza ya mismo una obra de teatro y casi seguro que hay una tercera temporada de Luna. Fue un acierto contar con él; cómo se implicó en el proyecto. Recuerdo que le mandé un tweet preguntándole que tenía que hacer para que pudiera leer un proyecto, me remitió a su agencia de representación y a los dos o tres días me contestó fascinado que le encantaba. Él siempre ha comentado que Tránsito le llegó en un momento muy oportuno de su vida personal porque necesitaba un proyecto así para tener contacto otra vez con la realidad. Y fue todo como que se unió el universo para que él pudiera, le gustara el proyecto, le viniera bien hacerlo y se sumara a Tránsito.
"El trabajo de Daniel aporta al cortometraje una calidad fuera de duda"
P: Pese a que la historia gira en torno al personaje encarnado por Daniel Grao también contáis con la colaboración de Sebastián Haro, actor curtido en un gran número de películas españolas como El laberinto del Fauno o Siete mesas de billar francés.
R: A mí Sebastián Haro es un actor andaluz que me ha gustado desde siempre. Y yo quería trabajar con Sebastián, pero lo que pasa es que era un papel muy pequeñito y secundario y pensé que me iba a decir que no. Rodamos en una mañana lo que era su rol y muy contenta. La verdad es que quería llevar a alguien andaluz porque creo que tenemos muy buenos actores andaluces dentro de Andalucía y trabajando fuera y quería que Tránsito tuviera una representación de actores andaluces.
P: Daniel Grao declaró tras leer el guión que vio perfectamente la película en su cabeza y que incluso tenía muy clara la atmósfera y la estética de la historia. ¿Con qué atmósfera se van a encontrar los espectadores?
R: Imagínate una atmósfera en la que un personaje lleva todo el peso durante 13 minutos. Hemos intentado que en 13 minutos, primero cuidar mucho la narrativa y la estética del cortometraje. Yo en esto he puesto especial énfasis en que ese cambio de atmósfera estuviera muy bien retratada. Quería cuidar mucho el look final del cortometraje. Para eso tenía muy claro que me quería ir a trabajar con uno de los mejores coloristas que hay ahora en Andalucía y casi en España y todos los efectos visuales lo hemos hecho con Juan Ventura que ha estado nominado al Goya por Grupo 7, junto con Israel Millán. Toda la parte de etalonaje final se hizo allí en Sevilla, en sus estudios.
P: Afirma que Tránsito es una sátira hacia la sociedad. ¿Por qué?
R: Sobre todo porque mucha gente que ha leído el guión me pregunta si es autobiográfico. Y yo les digo que a medias. Vas retocando el guión y vas quitando cositas pero los esbozos primeros digamos que son autobiográficos porque cuando escribí este guión venía de una etapa personal mala con una rutina que era levantarme, trabajar y dormir, perdí la relación con mi pareja y eso se ve un poco en Tránsito. Esa sátira viene por ahí porque el personaje de Daniel Grao está sometido a mucho estrés, solamente piensa en el trabajo, sale con una chica pero no la quiere ni sabe por qué vive con ella. Es una especie de decir: "Por favor, el trabajo es importante pero hay otras cosas en la vida".
P: El pasado 8 de marzo se estrenó el primer tráiler de la producción. ¿Para cuándo el cortometraje? ¿Tal vez en el marco del Festival de Málaga?
R: Sería una pasada. Presentado está. Somos conscientes de que Málaga es un festival muy difícil. Sabemos que hay una sección que es la de videocreación para creadores malagueños. Nos encantaría estar ahí pero la verdad es que nos gustaría estar en la sección oficial. Sabemos que está complicado y somos muy prudentes al respecto. Yo estoy ilusionada con Tránsito pero siempre tengo los pies en el suelo, eso me lo enseñó mi padre. Hay muchísimos cortometrajes. Está pasando que los directores consagrados como no pueden hacer largometrajes están haciendo cortos y entonces hay una competencia muy grande y muy difícil porque hay cosas muy buenas. Nuestra idea es estrenarlo ahí pero sabemos que es complicado. Y si nos dicen que no, estrenaríamos en Málaga, seguramente en el Cine Albéniz en fechas muy próximas. Ésa sería la idea.
P: ¿Ya tiene distribuidora para el proyecto?
R: Esto ni siquiera lo hemos dicho en nuestras redes sociales ni nada y es que una de las distribuidoras más importantes de España que es la agencia Freak, que además tienes que pasar por un montón de filtros, lo quiere distribuir. Nos mandaron [11 marzo] un correo electrónico diciendo que sería un honor distribuirlo, que les ha encantado y quieren ponerlo en su catálogo. Que te represente Freak, que es una agencia muy potente, le da calidad al trabajo.
La crisis del cine español
P: El último balance del Estudio General de Medios reveló que más de la mitad de los españoles no va nunca o casi nunca al cine. A su modo de ver, ¿esto se debe a la calidad de las producciones o a la coyuntura económica que estamos viviendo?
R: Creo que esto es un cóctel donde influyen muchos ingredientes. El cine es caro y no se puede ir todos los días. Si el cine es caro y tengo la posibilidad de sacarme una cuenta con un servidor y bajarme todas las pelis que quiera en casa. Y si encima lo que veo no tiene calidad pues directamente me quedo en casa. Todo eso influye en el resultado.
P: ¿Qué cree que le falta al cine español para terminar de enganchar al público patrio?
R: Lo imposible ha hecho mucho por el cine español pero eso es una película de un millón. Pero hay otras muchas que no funcionan. Y la gente no va a ver cine español. Lo imposible no parece español. ¿Entonces qué tenemos que hacer cine español que no parezca español? No me cuadra tampoco. Las crisis son malas pero por otra parte son buenas porque son un punto de inflexión para mejorar cosas que no funcionaban bien, pues yo creo que el cine es una de esas cosas. Creo que es el momento de poner las cartas sobre la mesa, de dejar atrás intereses personales y de decir somos capaces porque no cabe la menor duda de que buenos profesionales hay. Hay mucho, pero mucho talento. ¿Es que no hay ideas? Cómo que no hay ideas. Lo que hay es que renovar, apostar por gente nueva. Hay que dejarse de la filosofía de las subvenciones que tal como estaban no funcionaban. Primero deben empezar porque las instituciones se den cuenta de que la cultura es necesaria y que un país sin cultura es un país que va a la deriva; que apuesten por el cine, pero que los que hacemos cine o lo intentamos demos productos de calidad porque si no nos estamos echando piedra sobre nuestro tejado.
"Hay que dejarse de la filosofía de las subvenciones que tal como estaban no funcionaban"
P: ¿Está a favor de que las cadenas apoyen a las producciones españolas?
R: Claro que sí, pero deben ser críticos. Que no se apueste porque el director es amigo del subdirector adjunto de la cadena o porque tenga un nombre detrás, porque muchas veces el nombre no es garantía de calidad. Que se apueste sobre todo por un producto que se vea que va a estar bien hecho y con un guión que merece la pena.
P: ¿Y no cree que ese patrocinio a la larga coarta la libertad creativa del realizador?
R: Que a ti te impongan cambiar algo de tu guión o trabajar con un determinado actor, pero como todo en la vida es negociable. ¿Hasta dónde tú, como director, estás dispuesto a ceder para hacer una película? ¿Hay que hacer una película a toda costa? Yo creo que no. Lo importante no es hacerlo, es hacerlo bien como tú quieres hacerlo. Las subvenciones salvajes que luego tú dices esta película ha costado 300.000 euros y la miras, la pones boca abajo y dices: "¿dónde están los 300.000 euros?". No, es que ha costado 20.000 pero el resto está en el piso en la Gran Vía del productor. Ha sido esa cultura de subvenciones que nos ha llevado a que ahora no quieran darlas. Y no me extraña. Es que se han dado subvenciones a películas que no eran subvencionables. Y los que llegamos ahora lo estamos pasando mal porque estamos comiéndonos los marrones que nos han dejado esta gente que ha vivido de las "subvenciones para todo el mundo".
P: ¿Se animará pronto a tantear el mundo del largometraje?
R: Todavía no. Más como está ahora el tema. Tengo ahora una historia que estoy trabajando sobre ella. Es un hecho real que no ha sonado mucho y estoy escribiéndola. Me gustaría rodarla en México D.F. porque tengo allí contactos para buscar localizaciones interesantes que pueden venir muy bien para la historia. Y otra vez estoy ilusionada con otra cosa. Así que como decía esto es un virus. A ver qué tal funciona Tránsito. Hay que ir poco a poco y si esto va abriendo las puertas pues las pasaremos.
Su lado más íntimo
Un largometraje que nadie debe perderse: Soñadores, de Bernardo Bertolucci.
¿Y un cortometraje?: El columpio, de Álvaro Fernández Armero.
Un director al que no hay que perder la pista: Esteban Crespo.
¿Y un actor?: Daniel Grao.
Una película que le hubiese gustado dirigir: Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore.
Una historia que le gustaría contar: Pues la historia que estoy intentando contar ahora que es de una niña que dio la vida por su familia de una forma muy heroica. Es un hecho real que ocurrió en la India hace dos años. Son de esas heroínas que no pasan a la historia ni pasarán y quiero que no caiga en el olvido lo que hizo esta niña.
Un género cinematográfico que le transmite respeto: La comedia.
Sus referentes cinematográficos: Bebo de todo aunque me declaro fan incondicional de Quentin Tarantino.
¿Cómo se ve dentro de 10 años?: Me veo en mi instituto, dando clases y más vieja [Risas]. A mí hacer cine me gusta pero a mí la docencia me da vida. Ojalá esté como hoy.