Pablo Alborán, naturalidad al servicio del arte
Pablo Alborán. | Foto:Pabloalboran.es.

Hasta no hace mucho creía que Lo imposible era un filme de JA Bayona que tenía la capacidad de arrancar latidos de nuestro corazón con una historia muy real que trepaba vertiginosamente por nuestros sentimientos, pero definitivamente comienzo a pensar que el artista malagueño y fenómeno de masas Pablo Alborán se encuentra muy cerca de conseguirlo. Pues a mi juicio y en su caso resultaba cuando menos imposible superar el fenómeno protagonizado con su tema Solamente tú, que le permitió superar la barrera insalvable entre el éxito virtual y el real. Aquel que le convirtió en el mayor fenómeno de masas de la música española en mucho tiempo y, el primer artista novel desde hace lustros en entrar directamente en el número uno.

Como suele suceder, una vez más la realidad y el talento volvieron a sorprenderme, pues este músico y cantautor malagueño que siente como hada madrina la infinita voz de Diana Navarro y encuentra duendes en la genial batuta del inolvidable John Barry, ha golpeado el corazón de la gente con Tanto, su nuevo y tercer albúm. Un verdadero fenómeno musical que dejó de ser flor de un día para quedarse definitivamente, entrando directamente en el primer puesto de la lista de los más vendidos en España y consiguiendo sólo en la primera semana de su lanzamiento el triple platino.

Consiguiendo por tanto lo imposible puesto que hacía tiempo que el pop latino no encontraba un filón tan grande como Pablo, como este compositor de raíces sureñas y timbre de altos vuelos del alma. Porque Pablo es eso, es la artesanía de los sentimientos, la sencillez de las notas, la prolongación intimista de la expresión cantada. Y es que los puñales de sus letras agujerean sus sueños desde que era niño, cuando a diferencia de los chavales de su barrio de La Malagueta, que soñaban con una pelota, él prefería quedarse componiendo con su inseparable compañera: la guitarra.

Componiendo con el arma universal de la sencillez y la originalidad, consolidándose como uno de los fenómenos más democráticos experimentados por la música española en los últimos años, pues Alborán ha llegado hasta donde lo ha hecho por la sencilla razón de que ha sido "elegido" libremente por aquellas personas que sienten la genial forma que tiene de expresar sus vivencias. Apurando el talento hasta su última gota de esencia, alargando suavemente unas notas que nos hacen rencontrarnos con las pequeñas cosas, con la belleza de lo cotidiano, en su voz identificamos la cercanía eterna de la pequeña rueda de la vida. Con una renacida pureza que suena a voz del mar, tarareando baladas no escritas del alma. Trepando por la madreselva del talento andaluz y colándose por las rendijas de nuestros corazones.

Como dije su nuevo disco otra brizna de luz en la esperanza de la gente, que sigue siendo libre para elegir las voces que acompañan e interpretan sus sueños y desvelos. Que le ha elegido porque en los renglones de sus vidas sigue habiendo lugar para la magia y el talento. Porque Tanto no es más que eso, un disco y una voz que deja huella, la del artista que más discos ha vendido en España en 2011 y, hasta ahora, en 2012, pero que sigue siendo aquel niño de La Malagueta, aquel chaval que se dio a conocer en YouTube cantando sus canciones sentado en el sofá blanco de su casa, ese mismo que se subió a su parlante guitarra para mostrar su original e intimista expresión cantada por los clubs de toda España.

El que hoy con su esperado tercer álbum Tanto, tras sus abrumadores éxitos con En acústico y Pablo Alborán, nos vuelve a sorprender con un disco rítmico y enérgico, inspirado en sonidos del Mediterráneo, capaz de mezclar culturas musicales. Su segundo trabajo de estudio, compuesto por once temas inéditos para volar junto a su voz: El Beso, Donde Está el Amor, Yo No Lo Sabía, Deshidratándome, Toda la Noche, Seré, Tanto, Quién, En Brazos de Ella, Éxtasis y Me Iré.

Pero no se irá Pablo, pues el malagueño ha venido para quedarse, para hacernos soñar y quedar colgados de la dulce ladera de trinos de su voz, para mostrarnos y demostrarnos que la grandeza del talento reside en lo que prende del ser, en lo que brota de la piel, se sustenta en el estudio y se expresa con la magia de las cosas sencillas. Con la suavidad genial y el puñal de una voz directa al corazón, la de un malagueño que compone y canta para la gente. Sencillamente Pablo Alborán, aquel al que en El Beso le llaman loco por rogarle a la Luna detrás del cristal, la viva demostración de que el talento siempre vence, de que los verdaderamente grandes son la gente más sencilla, aquellos que siempre tuvieron claro que la naturalidad al servicio del arte siempre encontrará un lugar en el pequeño balcón de los sentimientos de la gente.

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