Leiva regala nostalgia con su ''Madrid Nuclear''

Un ‘bicho’ nos frenó en seco el 14 de marzo del 2020. Aquel día, comenzó el hecho que ha marcado el resto de nuestro año, el Estado de Alarma. Con él, comenzó la lucha contra el COVID-19, que sigue ahora mismo librándose en hospitales y despachos. La música fue testigo del parón, siendo la cultura la que, mientras nos alegraba los días de confinamiento, ha acabado siendo una de las grandes derrotadas de esta crisis.

Es por esto que cuando Leiva anunció ‘’Madrid Nuclear’’, la grabación de su último concierto pre-COVID, sus seguidores celebraron la noticia como si de volver a llenar estadios se tratase. Dos únicos pases, el 19 y 20 de noviembre, llevaron a los cines el primer trabajo en directo del natural de Alameda de Osuna, que ya se distribuye en tiendas para todo el que no pudo verlo en salas.

Con una perfecta cinematografía, ‘’Madrid Nuclear’’ consigue ser un viaje audiovisual por uno de los directos más impresionantes del madrileño. Desde planos contrapicados que consiguen transmitir la totalidad del escenario, hasta planos detalle de las manos de Conejo en los solos de guitarra, todo aparece medido con una precisión milimétrica. Pero para analizarlo, hay que viajar hasta el principio.

30 de diciembre de 2019. Un WiZink Center hasta la bandera esperaba atento el comienzo del espectáculo. De pronto, la Leiband y su delgadísimo líder hicieron acto de presencia. Con las baterías en lo alto, Leiva comenzó el recital de una manera magistral con ‘’La lluvia en los zapatos’’. Dosificando la energía, dotó a la canción de la actitud chulesca que necesita.

Con el segundo tema ya se viajó al pasado, sacando el lado más salvaje de los integrantes de la Leiband. ‘’Animales’’, primera canción en el repertorio de la época Pereza, subió rápidamente al concierto a una burbuja de energía de la que no descendió hasta que el último alma del WiZink no se marchó. Las manos de Juancho terminando con el primero de muchos solos son el último plano que se nos ofrece, pasando a uno de los temas más canallas de la discografía del colchonero.

‘’Guerra mundial’’ fue una clara demostración de la altísima calidad de los músicos subidos en el escenario, transmitiendo esa ‘’sensación de banda de instituto’’ tan mencionada por Leiva. ‘’Lobos’’ mantiene ese aura agresiva y más rockera, acompañada de un apartado visual que, sumado a los tiros de cámara de la grabación, presentan a la Leiband como los ‘’matones del barrio’’, listos para saborear la venganza.

‘’Superpoderes’’ cuenta con otro de los mejores vídeos. Con la estética Serie B, acompaña a la perfección a esta balada rock, mínimamente más relajada que los temas anteriores. ‘’Breaking Bad’’ siguió la estela de su predecesora, con un sincerado Leiva hablando de tú a tú al público. ‘’A ti te ocurre algo’’ elevó las manos de todo el Palacio de los Deportes, llevando el ritmo de una forma ensordecedora.

De rojo se tiñó el escenario para dar cabida a uno de los momentos más especiales de la noche. ‘’En el espacio’’ vibró por todo el estadio. El público se emocionó con el abrazo entre los hermano Conejo, y observó atentamente a la gran pantalla que se erigía tras la banda. Un huidizo Leiva corría por una carretera vacía, rumbo a ‘’Nuclear’’. Conseguir la atmósfera del tema en directo era complicado, pero, gracias a su maestría, la Leiband la reproduce nota a nota sin despeinarse.

‘’Electricidad’’, fue la gran catarsis del concierto. La rabia cantó en boca de todos los allí presentes, dejándose llevar en cada verso, poniendo el extra de energía que pide la música. Y esa intensidad se quedó en el aire para ‘’Como si fueras a morir mañana’’, sin duda uno de los mejores momentos del directo. Un Leiva entregado a un público que lo estaba más, dejó cantar a la multitud más que en ningún otro tema, sintiendo su fuerza. El solo de guitarra de Conejo es una gran demostración del rock que fluye por sus venas.

‘’Godzilla’’ merece un análisis aparte. Gato Charro, inseparable de Tuli durante el directo, tuvo su momento estelar. Un solo de trompeta pronosticaba la llegada de Leiva, que, tras cantar sus versos, le pasó la batuta a Patricia Lázaro, corista de la banda. Ella hizo las veces de Ximena Sariñana, y las de Bunbury las hizo Juancho Conejo, vocalista de Sidecars, guitarrista de la Leiband, hermano y compañero inseparable de Leiva. El conjunto, envuelto en una luz roja potentísima, crea un momento irrepetible que quedaría grabado en la retina de todos los madrileños presentes.

Sobran las palabras, en contraparte, para ‘’Vis a Vis’’. Leiva, una guitarra acústica, y tramos a capella consiguen aflorar las lágrimas de sus seguidores. Nunca es suficiente cuando de esta canción se trata.

‘’La Llamada’’, canción que le valió un Goya a su compositor, devolvió el canto al público, aún consternado por la capacidad de Leiva para transmitir mil sentimientos con su voz. A medida que la canción iba avanzando, aumentaban las palmas y saltos, creando una marea de extremidades en el WiZink Center.

Después llegó la sorpresa de la noche, que, tras ser lanzada oficialmente durante la cuarentena, no nos pilla de improviso. ‘’Mi pequeño Chernóbil’’ nos es presentada como una reflexión del autor durante un viaje a Buenos Aires, semanas antes del concierto. Emociona especialmente ver a Leiva entonar por primera vez una letra tan única y privada. ‘’¿Qué vendrá después de los años muertos?’’

‘’No te preocupes por mí’’ fue la carta de presentación de ‘’Nuclear’’, y fue la última de las nuevas canciones en sonar. Toda una muchedumbre entregada cantaba al unísono con Leiva, que ya había dado la totalidad de su espíritu a la música en aquel momento.

Fue en este momento en el que el concierto alcanzó la velocidad de crucero. ‘’Como lo tienes tú’’ transportó al estadio a la década de 2000, a aquellos maravillosos años en los que Pereza lideraba el panorama musical nacional. Tomando de transición ‘’Hey Jude’’, de los Beatles, se llega hasta ‘’Terriblemente Cruel’’, dando rienda suelta a Leiva, ya completamente desatado.

‘’Estrella Polar’’ contribuyó a dibujarle una sonrisa a Miguel Conejo & Company, que disfrutaron de la canción como si supieran que la estaban cantando por última vez en muchísimo tiempo. Y ya teniendo los ojos en llamas, llegó el turno de ‘’Mirada perdida’’, entre aplausos y vítores. La Leiband acabó en el centro del escenario, lanzando los puños al aire, fundiéndose con el ambiente.

Antes de terminar, es el turno de las confesiones, llegando la catarsis colectiva al ‘’Sincericidio’’. Y el mejor de los finales posibles, no era otro que el himno de una generación. ‘’Lady Madrid’’ puso punto y final a una noche que quedó grabada para la posteridad en el firmamento madrileño.

‘’Madrid Nuclear’’ pone el foco en lo humano de la música. Lejos de las grabaciones alejadas de la realidad del directo, Leiva y su equipo ofrecen una visión global del escenario, así como del estadio, ofreciendo el 100% de los detalles que se escapan yendo de público. Los músicos dándolo todo con el público, el buen rollo entre los integrantes de la Leiband, la fiesta coordinada que ofrecen cuando no están tocando… Todo esto aparece mezclado con una cinematografía de primera calidad, contando con transiciones y planos dignos de un filme pensado al detalle.

La primera grabación en directo de Leiva prometía ser, y es, cuidada al detalle. Mientras el ‘bicho’ nos mantiene alejados de la música en vivo, conciertos como este nos acercan a aquellos días en los que todo era mucho más fácil. Y hasta que podamos volver a llenar estadios, larga vida a la música, y larga vida al Flaco.

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