Ayer se celebró la 37 edición de los Premios Goya, la noche más importante del cine español. Una gala que acogió la ciudad de Sevilla de excelente forma (con punto violeta, medidas de seguridad y una implicación definitiva) que hizo de este momento una ocasión muy especial tanto para los sevillanos como para los invitados, quienes se mostraban en todo momento muy felices por celebrar el cine español en la capital andaluza. Fue en el palacio de Congresos y Exposiciones FIBES de Sevilla donde se acogió a los más de tres mil invitados. Como siempre, fue el periodista Carlos del Amor el encargado de narrar todas las entregas, haciendo de su trabajo un punto a favor para la gala retransmitida por TVE.
Primeras entregas
Nada más empezar la gala y tras una actuación musical protagonizada por Manuel Carrasco y varios invitados homenajeando a Joan Manuel Serrat, sucedió la entrega del Goya de Honor de la mano de Carmen Maura. Un premio que recogieron sus hijos ofreciendo, con una emoción palpable, un discurso tremendamente aplaudido honrando al cineasta Carlos Saura. Durante la alfombra roja fueron muchos los artistas que mencionaron la tristeza y la pena que suponía la pérdida del director, asegurando en alguna ocasión que incluso se había demorado demasiado la entrega a tal figura. Sin embargo, todos se mostraban felices por haber compartido tiempo y espacio con él, pues, aunque no todos tuvieron la oportunidad de trabajar con él, sí que se sentían enormemente agradecidos por su legado. La gala honró en todas las ocasiones al director, recibiendo múltiples aplausos que hicieron que la noche girara en torno a su figura.
Tras este momento tan especial, fue momento de la entrega de los premios de la noche, en los que la película “Modelo 77” parecía despuntar sobre el resto llevándose los Goyas a mejor maquillaje y peluquería y a efectos especiales. Sin embargo, para momento inolvidable hay que destacar la entrega de los Goyas a mejor actriz y actor de reparto. Ambos partían de favoritos, pese a ello, la sorpresa no fue que Luis Zahera y Susi Sánchez se levantaran de las butacas para recoger sus cabezones, si no sus tan sonados discursos. Luis Zahera llevaba tiempo avisando en varias entrevistas que los agradecimientos “no era lo suyo”, pero luego, ganándose al público, Zahera comentaba: “Muchas gracias, Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, porque siempre quise rodar un western y siempre quise matar a un francés”. Momento destacable de la gala junto al discurso feminista de Susi Sánchez, pidiendo la implicación y el apoyo de los hombres en el sector para que las mujeres puedan avanzar en el cine.
Goya Internacional
Tras ello, con un vídeo homenaje a Lola Flores y la posterior actuación de su hija Lolita interpretando “Pena, penita, pena” y varias entregas más como el premio a mejor vestuario a "Modelo 77", el Goya a mejor dirección de fotografía a "As Bestas", del cual Sorogoyen se mostraba en la posterior rueda de prensa especialmente orgulloso, o el de película europea para Noruega por “La peor persona del mundo”, llegó el momento de la entrega del Goya Internacional para Juliette Binoche. Entregado por Isabel Coixet, la actriz francesa recibía una ovación por todo el auditorio, aplaudiendo sus años de entrega, de talento y de reivindicación. Ella, emocionada, agradecía el premio a España, por una industria que como ella misma decía, le había acompañado desde niña, añadiendo que el premio Goya “no es de Juliette, es para el ardiente deseo que me invade, para el fuego que me habita pero que no me pertenece”. Poniendo fin a su discurso, Binoche cantaba emocionada y acompañada por el público la canción “Por qué te vas”, dejando así una de las escenas más esperadas de la noche.
Y la noche continúa...
Laura Galán se convertía en otra de las protagonistas de los Premios con su discurso por el Goya a mejor actriz revelación por “Cerdita”, añadiendo: “Se lo dedico a todos los chicos y chicas que sufren como mi Sara. Recordad que vosotros no tenéis la culpa, que no hay nada malo en vosotros y en vosotras”. Un discurso poderoso de una actriz que ha hecho una excelente carrera durante la promoción de su película. Así mismo, no hubo ninguna sorpresa cuando Alauda Ruiz de Azúa recogía el Goya a mejor dirección novel por “Cinco Lobitos”, siguiendo la estela de cineastas mujeres que recogen este premio desde 2014. Fue a partir de este momento cuando “As Bestas” comenzaba a perfilarse como la película más premiada de la noche, recibiendo los reconocimientos a mejor música y guion originales, reafirmándose de esta forma que el tándem Rodrigo Sorogoyen- Isabel Peña es uno de los más potentes de la industria en la actualidad.
Premios más esperados
Finalmente, en cuanto a los premios más expectantes, tampoco hubo gran número de sorpresas a excepción del Goya a mejor actor protagonista. Todo apuntaba a que Nacho Sánchez iba a resultar ganador por “Mantícora”, sin embargo, un muy ilusionado Denis Menochet era quien se subió al escenario a recoger el cabezón por “As Bestas”. Afirmaba a la prensa que se sentía agradecido y contento, con una película que ha funcionado muy bien tanto en España como en Francia y que tantas alegrías le ha dado. Como él mismo decía, piensa quedarse en España a seguir trabajando. Laia Costa recibía por su lado el Goya a mejor actriz protagonista por “Cinco Lobitos”. Era una de las favoritas y así se ha consagrado, teniendo con este premio un merecidísimo reconocimiento a esta actriz que por fin tiene la atención de España y su público. A modo de cierre, “As Bestas” se coronaba oficialmente como la película más premiada recibiendo los dos premios más disputados, el de mejor dirección para Rodrigo Sorogoyen y el de mejor película.
Sin duda, “As Bestas” es una de las mejores películas del año, así se lo ha reconocido los Premios Goya. Sin embargo, ha llamado mucho la atención la ausencia de premios para “Alcarrás”, largometraje reconocido con el Oso de Berlín y cuya historia fue elegida por los mismos académicos para representarnos en los Oscar, pero que, por el contrario, se ha ido de vacío en la gala de esta 37 edición. Una contradicción destacable que resulta un tanto inexplicable.
Por otro lado, es importante dejar constancia del compañerismo vivido en esta edición de los Premios Goya. Todos nos comentaban que era hipócrita afirmar que les daba igual llevarse el premio, sin embargo, sólo había que escuchar a unos y a otros para ver que ante todo se ha tratado de una gala de orgullo y emoción por ser uno de los mejores años de la década, con películas inolvidables y grandes números en taquilla, lo que indica que el cine no ha muerto y seguirá vivo mucho tiempo más.