El terror siempre ha sido un género cinematográfico desprestigiado y al que no se le ha dado la importancia que merece. El siglo XXI nos ha regalado largometrajes brillantes donde el miedo, la angustia y la incertidumbre se han apoderado de todos los esperados. Por ello, siempre es un buen momento para repasar las cinco mejores películas de terror recientes.
5. "La bruja" (2015)
Esta es la cinta ideal para aquellos que buscan terrores del mundo nuevo, paganismo familiar y cabras negras. El film es una mezcla no tan imposible entre el Shyamalan de "El Bosque" y el Haneke de "La cinta blanca", que se reserva momentos de impacto, tensión y sorpresa para todo el metraje. Una ópera prima tan bella como perturbadora.
4. "Babadook" (2014)
"Babadook" es una película terrorífica, una gran pesadilla, de esas que no necesitan ser sangrientas para dejarte helado. Un film inteligente e insólito, explora el miedo en diferentes niveles. Un extraordinario largometraje de terror que se asemeja en muchos momentos a una obra de James Wan con los mejores elementos del cine de autor.
3. "The Ritual" (2017)
Estrenada directamente en Netflix, nos quedamos con ganas de ver "The Ritual" en la gran pantalla. Tiene una atmósfera sólida que eleva un concepto que, pese a no ser original ni pretenciosa, es directa y está muy bien interpretada. Es eficiente y bien hecha, con una gran revolución monstruosa que se oculta inteligentemente.
2. "La invitación" (2015)
Tras la controvertida "Jennifer's Body", Karyn Kusama tenía un reto más que complejo con su siguiente largometraje: sorprender al espectador y no dejarle frío. Por suerte, con La invitación cumple de sobra este objetivo, logrando filmar su cinta más redonda, un thriller de terror con una incomodidad creciente a medida que avanza el metraje. El hiperrealismo de los sonidos crea unas sensaciones de irresistible poder hipnótico, dando como resultado una espeluznante obra que es tan inquietante como juguetona.
1. "Hereditary" (2018)
Después de "Hereditary", una de las mejores óperas primas de los últimos años, Ari Aster se convirtió en un director imprescindible del terror. Su impactante giro de guion dejó cautivado al público. Es perturbadora, bizarra y demente, provocando una escalada de terror que nos lleva mucho más arriba de lo que quizás querríamos llegar, proporcionándonos imágenes e ideas terribles, además de una interpretación de Toni Collette digna de un Oscar. Lástima que la academia la ninguneara de un modo tan injusto.