La ciencia ficción se ha convertido en el faro al que mirar para localizar las preocupaciones y aspiraciones de la humanidad por medio de guionistas y productores. En 2009, Roland Emmerich ya lanzó la película 2012, que presentaba un futuro catastrófico relacionado con el fin del calendario maya. El film recaudó más de 700 millones de dólares, reflejando los miedos (y morbos) del espectador a un futuro catastrófico.
Para el año 2020 también hubo previsiones de guionistas y productores. Guillermo del Toro lanzó Pacific Rim en 2013, donde unas criaturas marinas intentaban acabar con la vida humana. O Al filo del mañana, de Loug Liman, donde un soldado entraba en un bucle temporal en el que intentaba salvar a la Tierra de una invasión extraterrestre. Y hasta el momento, poco acierto.
La extinción como premisa
La mítica Mad Max (George Miller, 1979) previó un 2021 caracterizado por una gran crisis mundial con escasez de alimentos y recursos naturales. Dentro del caos, un solitario policía busca venganza plantando cara a las pandillas de maleantes que deambulan por Australia.
Más distinta es El tiempo contigo (Makoto Shinkai, 2019). 2021 acoge el romance juvenil de un joven y una chica con la capacidad para alterar el clima a su parecer. Y no es menos cierto que los científicos trabajan en tecnologías para manipular el clima en beneficio de los seres humanos. Aunque eso no siempre sale bien, como ocurre en It’s all about love: drama de 2003 dirigido por Thomas Vinterberg. En él, se presenta el planeta totalmente devastado por el cambio climático, envuelto siempre en continuas olas de frío. Sin embargo, "It's all about love" introduce una nueva amenaza: la existencia de clones humanos.
Resiklo (Mark A. Reyes, 2007) comienza con la humanidad al borde de la extinción tras el ataque de violentos insectos extraterrestres. Sin embargo, en 2021 dejan de llegar invasores extraterrestres y los seres humanos supervivientes deben restablecer su mundo mediante una fuerte cultura del reciclaje.
El universo como horizonte
En Moon Zero Two (Roy Ward Baker, 1969) la luna está siendo colonizada y eso está movilizando a muchos seres humanos y creando nuevas oportunidades de negocio. Ahí entra Kemp, que es contratado para capturar un pequeño asteroide de 6.000 toneladas de zafiro cerámico. Algo distinta es la siguiente película: en Buscando un amigo para el fin del mundo (Dir. Lorene Scafaria, 2012), un hombre y una mujer deciden acompañarse mutuamente en un último viaje, dado que la extinción de la raza humana es inminente por la colisión de un asteroide contra la Tierra. El drama de Scafaria se transforma en un filme tierno y romántico cuando ambos no consiguen alcanzar sus destinos y se tienen solamente el uno al otro.
El casi acierto de Johnny Mnemonic
Johnny Mnemonic (Roberto Longo, 1995) presenta un 2021 dominado por super corporaciones y con los países asiáticos buscando convertirse en grandes potencias mundiales. En este mundo distópico, Johnny Mnemonic es un hombre con la tecnología necesaria para transportar hasta 160GB de datos en un implante cibernético cerebral dado que internet no es seguro.
La cinta de Roberto Longo está basada en el relato homónimo de William Gibson. Y es que Gibson, que escribió el relato en 1981, no se equivocó demasiado: China y Japón son importantes potencias mundiales y el mundo, casi en su totalidad, se rige por ideales ultra capitalistas. Y pese a que se trabaja insistentemente en robots que faciliten el trabajo o la vida de los seres humanos, habrá que esperar más allá del 2021 para poder emular el cerebro de Mnemonic.
