No hace falta ser un gran fan del ajedrez para quedarse enamorado de "Gambito de dama". El propio nombre de la serie nos presenta el viaje que realizaremos en torno a este "juego" y que nos llevará hasta Beth Harmon, la protagonista de la historia.

"Gambito de dama" es un tipo de apertura que se juega en el ajedrez cuando sacrificas a un peón para ganar otros aspectos como el espacio o la iniciativa.  Esta técnica es solo una de las miles que se enseñan a lo largo de la serie, pero empecemos por el principio.

Los creadores de la ficción, Scott Frank y Allan Scott, nos traen una historia diferente: la vida de una niña huérfana adicta a los tranquilizantes que encuentra en el ajedrez una vía de escape, una razón para vivir. Además, tiene mucho talento. Demasiado. La chica descubre el juego gracias al conserje del orfanato donde vivía. Él es el que le hace darse cuenta de que ante un tablero es poderosa, capaz de todo, que puede llegar a ser exitosa. 

El ajedrez es todo un símil de la vida de Beth. En el orfanato le empiezan a suministrar tranquilizantes de los cuales ella se queda enganchada. Es una persona distante, fría, matemática. No ha tenido el calor de unos padres, de un hogar, y gracias al ajedrez se siente valorada, querida y apoyada.

No tarda mucho en destacar, en viajar y en enfrentarse a los más grandes. Es un personaje que pasa por mucho y por nada a la vez. Se podría decir que ella, la propia protagonista de esta historia, pasa por los capítulos de puntillas. Es un papel muy difícil llevado a cabo de manera sobresaliente por la famosa actriz Anya Taylor-Joy.

Hay muchas personas como Beth, frágiles. Gente que se refugia en aquello en lo que sobresalen, que crean de un juego, deporte, talento... una burbuja de seguridad en la que solo ellos tienen el control. Pero esto es un arma de doble filo, porque todos los refugios protegen y aíslan al mismo tiempo.

Es difícil retratar la presión de intentar ser el mejor con todas tus fuerzas en aquello en lo que eres bueno. Porque ser bueno, no es suficiente. Pero en "Gambito de Dama" esa ambición se retrata a la perfección, con sus claros y sus oscuros, con los grandes y fatales momentos.

Un guion exquisito acompañado con una fotografía increíble, unos planos que siempre merodean alrededor de Beth y unos colores otoñales que hacen la serie más cálida, más entrañable.

Otro de los aspectos a destacar es el vestuario y los escenarios de la época. Desde los conjuntos que viste en las competiciones, los pijamas, el papel que cubre las paredes de su casa a la arquitectura de las casas neoyorquinas... toda una delicia.

A menudo cuando entramos en Netflix y nos ponemos una serie buscamos el entretenimiento, el pasar un buen rato. Pero si deciden adentrarse en la historia de Beth Harmon conseguirán mucho más, encontrarán arte y una serie que no les dejará indiferentes.