El título elegido para esta crítica, "El mundo necesita Tenet", está extraído de la propia película, donde es dicho por Priya, una pieza clave en el desarrollo de la misma. Y no hay mejor frase para definir el estreno de la nueva cinta de Christopher Nolan, ya que el significado de esta traspasa la pantalla del cine y cobra sentido en la realidad en la que se vive. Por desgracia el mundo está asediado por el Covid-19, el cuál como efecto colateral ha llevado al mundo del cine a una pausa que parecía interminable, y que ha hecho que los grandes estrenos del año se vean retrasados para el próximo curso, o en su mejor caso, para finales de este fatídico año. Y si en la ficción el mundo necesitaba la operación Tenet para evitar el fin del mismo, en la realidad el mundo del cine necesitaba a Tenet para luchar contra el cierre de muchas de las salas. Esto es algo de lo que era consciente el propio Nolan, por lo que presionó todo lo que pudo a Warner por ser el primer gran estreno post pandemia.

El director británico ya no solo intenta salvar a los cines como comercio, sino que también sabe que una sala llena de butacas es la forma correcta de consumir cine. Y es que, si algo es clave en la cinematografía de Nolan, es el valor de la imagen. Pese a que sus argumentos puedan parecer complejos y enrevesados, el verdadero valor narrativo de las películas del británico es la imagen. Nolan hace de la construcción de planos su lienzo, esbozando de cada plano su obra de arte.

Y si se habla de conceptos claves en el cine reciente de Nolan, no podía faltar tampoco en "Tenet" ese valor protagonista que el director le da al tiempo. En "Origen" con el tiempo que transcurría mientras los personajes se veían inducidos en el sueño, en "Interstellar" la diferencia del transcurso de los años en el planeta tierra y en la misión de Cooper, en "Dunkerque" el tiempo que queda de gasolina al avión, y en "Tenet", Nolan decide coger el tiempo como si fuese un flan de huevo, y abrirlo con el caramelo en la parte inferior. Muy cómodo en jugar con el tiempo y la física, en esta ocasión presenta un presente, con tecnología del futuro, que puede cambiar el pasado. Un lío de los de Nolan.

Si se piensa en películas de acción y espionaje, lo primero que se viene a la cabeza es la figura de James Bond, o la saga protagonizada por Tom Cruise, "Misión Imposible". Al ver "Tenet", se puede sentir que la película es "la James Bond" de Nolan. Pero claro, si por algo se caracterizan estas películas, son por unas secuencias de acción que dejan con la boca abierta, y si por algo justamente se le criticaba a Nolan durante su etapa con Batman, es de la dificultad del director a la hora de filmar secuencias de acción física. Pero aquí es donde el británico ha dado un paso adelante con esta película. En vez de seguir los patrones de acción de las dos grandes sagas que mencionaba, el director decide darle un giro de tuerca a estas secuencias, buscando así la sorpresa en el espectador. ¿Que cómo lo hace?, pues presentando brutales secuencias de acción en el presente que se está viendo, pero en el cual uno de los combatientes va hacia atrás en el tiempo. Se que leyéndolo igual no suena tan bien, pero es una técnica que provoca que solo por la alucinación de ver una coreografía entre dos personas de dos diferentes momentos temporales, la cinta destaque en el género. Y claro, Nolan esto lo explota hasta presentar una secuencia de guerra en la que participan grupos militares de diferentes tiempos. Simplemente brutal en lo visual.

John David Washington y Christopher Nolan en el set. Fuente: Filmaffinity

Quizás algo que también diferencia a "Tenet" de otras películas de Nolan es el ritmo de la misma. Mientras que en "Origen" o "Interstellar" se toma gran parte de la película en explicar el plan que se va a desarrollar en esta, en "Tenet" no da un respiro al espectador, y hace que se vaya junto al protagonista de un punto a otro de la película sin saber muy bien qué está pasando. Y seguramente esta rapidez en el desarrollo del argumento también crea una de las mayores carencias de la película, la falta de conexión emocional con los personajes. Que se puede llegar a entender que la idea del director fuese esa, la de presentar a un agente con el cual no hay que simpatizar, pero en una película en la que el espectador no va a entender mucho, como en esta, se entiende que aleje al espectador aún más si no se tiene ese duelo de emociones con la película.

Centrándose más en los personajes y sus actores, el protagonista de la historia es un agente del cual no se llega a conocer su nombre, e interpretado por John David Washington. Hace poco, en una entrevista el actor confesaba como de crío, cuando le preguntaban por su padre, él decía que era un obrero. Y es que claro, si bien el tener un padre popular en el sector como Denzel Washington puede abrir muchas puertas en el mismo, también puede generar que no se valore por el trabajo, sino que se le reconozca por ser "hijo de...". El actor que iniciaba su carrera cinematográfica como productor en "El libro de Eli", y saltó como cara protagonista en el 2018 con la magnífica película de Spike Lee "Infiltrado en el KKKlan", donde su actuación con ciertos tonos cómicos, pero siempre bajo un marco dramático sobre el racismo, era bastante buena y rebosaba personalidad. Y claro, ser el protagonista de una película de Nolan es un gran paso para la carrera. Pero la falta de emociones en el personaje no le hace un favor, construyendo una interpretación plana, cuyos pinceles cómicos no encajan muy bien en el contexto de la película.

Y si se habla de personas que intentan escapar de una imagen, Robert Pattinson, una vez más, recuerda que lo de "Crepúsculo" queda muy atrás en el tiempo. Interpretando a Neil, un "partner in crime" del protagonista, Pattinson aporta la chispa interpretativa a la película. Todos sus minutos en pantalla son el punto de mayor conexión con la película, y vuelve a reafirmar que es uno de los mejores actores de su generación.

Como villano de este espionaje está Andrei Sator, un ruso que tiene en sus manos el poder de acabar con el mundo. Interpretado por Kenneth Branagh, quien ya había trabajado con Nolan en "Dunkerque", el actor interpreta a un brutal villano, que implanta temor en sus diálogos y en sus escenas de maltrato hacia su mujer.

Y para interpretar a la mujer del ruso, y también otra de las grandes sorpresas de la película, una genial Elizabeth Debicki, quien además de ser una de las victimas de su marido, será pieza clave para la operación, y que consigue mostrar la parte más emocional de la película.

John David Washington y Elizabeth Debicki. Fuente: Filmaffinity

Y si al principio de la crítica se hablaba del valor de la imagen como el pilar clave del cine de Nolan, lo que también parece clave para el director es la figura de Michael Caine, al cual incluyó en forma de voz en "Dunkerque" a través aquella radio que se comunicaba con el piloto interpretado por Tom Hardy, y que como no podía ser menos, también aparece a sus 87 años en "Tenet", como un duque inglés con el que el protagonista tiene una breve conversación.

Otro de los habituales en las cintas de Nolan era Hans Zimmer al cargo de la banda sonora, y que el resultado del combo de ambas figuras ha dejado de los mejores trabajos musicales en la última década. Sin embargo, en "Tenet" la banda sonora está a dirigida por Ludwig Göransson, conocido por su trabajo en la saga Creed o su oscarizada banda sonora en Black Panther. Dentro de la película la banda sonora concuerda bien, pero no tiene la capacidad autosuficiente que podía tener la música de Zimmer. Y como canción original, Nolan contactó con el famoso artista Travis Scott, creando "The Plan", una canción con los efectos musicales de la cinta.

Como conclusión, "Tenet" no es de los mejores trabajos de Nolan, pero reinventa formas dentro de la acción, y sin duda es una anomalía del género. Además, de nuevo sus valores de producción son algo brutal, y por ejemplo toda la secuencia del avión (donde Nolan estrella un Boeing 747 real), es de lo mejor de su cine. Pero volviendo al título de la crítica, el verdadero valor de esta película es ser la encargada de demostrar al resto de grandes producciones que sí se puede seguir estrenando en el cine, y que no hay que recurrir a lo digital para su estreno.

Una buena opción para regresar al cine.