El pasado viernes 16 de octubre se estrenó en Netflix la miniserie "Alguien tiene que morir" dirigida por el director de cine Manolo Caro. Una apuesta transgresora que ha conseguido ser tendencia número uno en numerosos países y cuarta en España.

Los temas principales que abarcan esta serie recaen en el mantenimiento del poder, los enfrentamientos familiares y la represión perseguida y castigada de la homosexualidad durante el franquismo. Esto último es lo que podremos ver con más detalles a lo largo que transcurre la trama.

En primer lugar, debemos objetar que la llegada de Gabino (hijo de Mina y Gregorio) junto con Lázaro (amigo de éste) hace saltar chispas a este mismo entorno, pensando que posiblemente sean pareja y no amigos como fue lo que dijeron ambos al llegar a España. El cuestionamiento de la orientación sexual de Gabino empieza a ser el punto de partida de los enfrentamientos dentro de la familia de los Falcón.

Por un lado, a medida que todo lo que se estaba cuestionando empieza a cobrar sentido, podemos ver como la imagen del padre de Gabino, Gregorio, como un padre caracterizado por el autoritarismo a la hora de querer encarcelar a su propio hijo por su condición sexual e incluso tomar la decisión de imponerle un tratamiento para su "cura". Al final, esto le hace recapacitar y consigue liberar a su hijo.

Por otro lado, debemos hacer alusión al uso de la palabra "maricón" que se nombra durante toda la serie, algo que aquella época se hacia de su uso de una manera más despectiva. Actualmente, podemos decir que ese uso sigue todavía latente, aunque también lo podemos normalizar a la hora de estar con nuestras amistades. En resumen, podemos decir que su uso depende de las circunstancias, el quién y cómo lo decimos.