"El PSOE seguirá defendiendo el pacto constitucional y por ende, la Monarquía, hasta que esta la quebrente". Son las palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba en su última entrevista dada a un medio de comunicación. Hombre clave en el destino del país, el ex ministro de Interior y líder de los socialistas hasta la llegada de Pedro Sánchez, fue quien, junto a Mariano Rajoy, pilotó la abdicación del Rey Juan Carlos I en 2014. Las palabras de Rubalcaba corresponden a un extracto de la entrevista realizada por el podcast XRey donde deja negro sobre blanco las motivaciones y el estrecho apoyo del PSOE hacia la corona española. Relación que algunos creían que tenía fecha de caducidad tras la marcha del emérito del país.
Pero no. El PSOE siempre apoyará a la casa Real como institución garante de la jefatura del Estado. Lo hará de forma incuestionable porque es el único partido del arco político que formó parte y firmó la actual Constitución y su artículo 56. Ni Partido Popular, ni Ciudadanos, ni Vox rubricaron con tinta el título II de la Corona. Romperlo y abrir el debate de la primera institución del país finiquitaría el mayor acuerdo de la Transición.
Un acuerdo que además, es casi imposible de cambiar al requerirse de dos terceras partes del Congreso (233 escaños) para ello. Es decir, Partido Popular y Partido Socialista tendrían que votar a favor de abolir el título II, las Cortes se disolverían, habría elecciones generales para proceder a la reforma que tendría que ser ratificada por el pueblo con una consulta popular. Algo, hoy por hoy, con nacionalistas y fuerzas ultras en el Congreso, imposible de realizar.
Pasarán años, lustros y décadas para que el debate pueda tener cierto peso. Solo el empuje de una nueva generación de políticos libres de cualquier atadura con la Transición, la desvinculación de los términos izquierda-república y la estabilidad política pueden hacer que el partido que representa al Estado, apueste por abrir el melón de la jefatura del Estado.