Quedan ya muy lejanos esos comienzos de marzo, cuando el coronavirus, un desconocido por entonces, comenzaba a llegar a nuestros oídos y pocos días más tarde aumentaron los números de contagiados, se confinaba a la población, los números de muertos a nivel mundial eran cada vez mayores,… A esto lo siguieron el descenso de la curva de contagiados, las primeras salidas a la calle con mascarilla, los reencuentros, y ahora, el verano, las vacaciones.
Este año el verano, va a estar marcado con un sello esa famosa “nueva normalidad”, pero aunque sí que podremos viajar durante las vacaciones, el número de destinos a elegir va a ser menor, ya que la Unión Europea ha abierto sus fronteras solamente a 15 países y excluye a aquellos en los cuales la crisis de la COVID-19 aún sigue siendo demasiado preocupante.
Esos 15 países a los que podrán viajar todos los europeos son: Argelia, Australia, Canadá, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Corea del Sur, Tailandia, Túnez, Uruguay, Georgia y China. Aunque este último país si ellos también levantan el veto hacia los pasajeros europeos. Sin embargo fuera de esta lista se han quedado 157 países, entre los que se encentran Estados Unidos, Brasil o Rusia.
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¿Cuáles han sido los criterios?
La principal premisa que han tenido en cuenta los 27 Estados miembros han sido los datos sanitarios y científicos de los diferentes países. De esta manera, los 15 países nombrados anteriormente, han sido escogidos porque cuentan con unas condiciones similares respecto a la pandemia a las que tiene actualmente la Unión Europea.
Aunque como excepción, podrán entrar viajeros en la UE de países vetados si se trata de causas especiales, como por ejemplo, dar la oportunidad de regresar a europeos o familiares, estudiantes, diplomáticos que se encuentren en cualquiera de los países a los que la Unión Europea tiene cerrada la frontera, refugiados, demandantes de asilo, viajeros en tránsito o trabajadores estacionales.
Apuntan que es de real importancia coordinar entre los 27 Estados miembro todos los contactos con la frontera exterior y que cada país puede crear medidas de seguridad propias para los viajeros, sobre todo si pertenecen a los casos excepcionales y vienen de un país considerado de alto riesgo.
