El pasado 14 de marzo tras el avance del coronavirus por España, el Gobierno tomaba la decisión de decretar el estado de alarma y por consiguiente, todos los ciudadanos tenían que quedarse en casa para evitar la propagación del virus. Se permitía salir para hacer la compra y pasear a las mascotas, solo estaban abierto los establecimientos de primera necesidad como supermercados o farmacias. El trabajo derivaba en el teletrabajo en todos aquellos casos en los que fuera posible, para evitar aglomeraciones. Por aquel entonces, se contaban alrededor de 6000 casos y 200 fallecidos. Días antes de la declaración del estado de alarma las clases se habían suspendido, por lo que la educación virtual adquiría mayor protagonismo.
El 16 de marzo, el ministro de Interior (Fernando Grande-Marlaska), anunciaba el restablecimiento de los controles fronterizos terrestres de España con sus países vecinos, permitiendo la entrada únicamente a ciudadanos españoles o residentes, trabajadores transfronterizos, transportes de mercancías y causas de fuerza mayor. Estas limitaciones se ampliaron a los puertos y aeropuertos nacionales el 22 de marzo.
Durante las primeras semanas del estado de alarma, el número de contagios confirmados y de fallecidos aumentó a un ritmo muy elevado. Uno de los objetivos del confinamiento era frenar la curva, pero ésta seguía creciendo, por lo que, si la curva seguía ascendiendo a ese ritmo, el sistema sanitario llegaría al colapso total.
El pasado 31 de marzo, España registraba el mayor número de casos detectados (9.222) en un solo día, mientras que el mayor número de fallecimientos con coronavirus en una jornada (950) fue registrado el día 2 de abril, produciéndose una cierta estabilización de la curva.
Para evitar el colapso del sistema sanitario y liberar la saturación de los hospitales, se instalaron varios hospitales de campaña que se levantaron junto a los hospitales de las regiones más afectadas, entre ellos el Hospital de IFEMA en Madrid desde el 21 de marzo hasta el 1 de mayo, pero sigue habilitado por si hiciera falta volverlo a abrir. En esta comunidad autónoma, ante el elevado número de fallecidos, se habilitaron de forma extraordinaria tres morgues para liberar las instalaciones funerarias.
Otra medida extraordinaria como consecuencia de la expansión del coronavirus por nuestro país, se habilitaron varios hoteles medicalizados en algunas regiones como Madrid, Cataluña, Andalucía o Valencia, en los que permanecían los pacientes con un cuadro menos grave de la enfermedad.
En la primera semana de cuarentena, los casos aumentaron hasta los 28.572 positivos confirmados y 1720 fallecidos, lo que llevó al Gobierno a anunciar su intención de prorrogar el estado de alarma, tras la votación en el Congreso, el Gobierno tenía vía libre para ampliar la cuarentena hasta el 11 de abril. El 9 de abril, el Congreso de los Diputados autorizaba al Gobierno a una segunda prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril.
Con la entrada en vigor de la tercera prórroga del estado de alarma el 26 de abril, se inició la primera medida de alivio de la cuarentena: tras cuarenta y dos días de confinamiento, los menores de catorce años pueden salir a los espacios públicos para pasear, hacer deporte o jugar durante una hora al día, acompañado de un adulto y como máximo a un kilómetro de su domicilio, eso sí, respetando siempre las medidas de distanciamiento social con otras personas.
Por otro lado, el 28 de abril, el Consejo de Ministros aprobaba el “Plan de Transición hacia una Nueva Normalidad” por el que se establecían cuatro fases en las que se irían aliviando las estrictas medidas del estado de alarma hasta llegar a la denominada nueva normalidad. El plan de dividía en cuatro fases, con un período mínimo de 15 días, y un comité de expertos dictaminaría una vez pasado ese período que provincias estaban preparadas para la nueva fase, de esta manera, se produciría una desescalada asimétrica.
La Fase 0 contemplaba los paseos de mayores de catorce años que podían realizar paseos acompañados por un conviviente, realizar deporte de manera individual en la vía pública, entrenamientos individuales de deportistas profesionales y la apertura de pequeños comercios con atención individual con cita previa. Para los paseos existían unas limitaciones horarias.
La Fase 1 permitía reuniones en casa, apertura del pequeño comercio y del sector hostelero con una ocupación del 30% en sus terrazas. En el mundo de la cultura, apertura de museos con un 30% de aforo y la celebración de espectáculos con hasta 30 espectadores en lugares cerrados y 200 en espacios abiertos. En el mundo deportivo, se permiten los entrenamientos medios de los profesionales y la actividad deportiva no profesional que no implique contacto físico. También, los lugares de culto tendrán una limitación de aforo (30%).
La Fase 2 contempla la apertura de todos los locales independientemente de su tamaño, por ejemplo, centros comerciales. También el servicio en mesa en el interior de bares y restaurantes, aumento de aforo en locales y espacios públicos o apertura de playas, etc.
La Fase 3 continúa con la gradual retirada de las restricciones, pero eso sí, evitando las aglomeraciones y manteniendo estrictamente las medidas de higiene y seguridad, así como, la distancia social entre personas.
Desde el pasado 21 de junio, con el final del estado de alarma, todo el país se encuentra en la fase de la “nueva normalidad”, eso sí, en el caso de que se produjera un aumento considerado de los casos en algún territorio retrocedería de fase.
Pero, desde que se decretase el estado de alarma el pasado 14 de marzo, los españoles tenían una cita en sus balcones para homenajear a los que luchan en primera línea por erradicar esta pandemia, los sanitarios. Todos los días, a las 20 horas, todo el país entero salía a sus balcones a homenajearles, era un punto de encuentro para una pesadilla que parecía no tener fin. Una vez empezaron a aliviarse las medidas del confinamiento, el aplauso sanitario fue desapareciendo. Pero hasta ese entonces, canciones como el “Resistiré” del Dúo Dinámico, versionado después por Mónica Naranjo, se convirtieron en himnos de un período que nunca olvidaremos.
Sin fiestas ni reuniones, el único acontecimiento que nos daba fuerzas para seguir resistiendo a esta pesadilla era esa cita diaria con los balcones. Ahora toca disfrutar de la merecida “nueva normalidad” hasta que aparezca una vacuna eficaz contra la COVID-19, pero hasta ese entonces, la ciudadanía debe actuar con responsabilidad y respetando las medidas de seguridad e higiene que los expertos recomiendan, entre ellas las mascarillas que son obligatorias en espacios cerrados y al aire libre siempre y cuando no sea posible respetar las distancias de seguridad. Finalmente, desde que comenzará el estado de alarma, España recoge la cifra oficial de 245.938 contagiados, 28.322 muertos y 150.376 recuperados por el coronavirus.