Siempre me ha gustado Jack “el destripador”. Quiero decir, no la persona en sí, no es que sea especial fan de ningún asesino, pero si del misterio que lo rodea. Pese que sigan pasando los años y la tecnología evolucione, nadie puede decir con certeza quien era aquel asesino, o si eran más de uno, lo que le da una incógnita casi divina, propia de los dogmas religiosos. Y si algo dota de personalidad a este enigma es el ambiente en el que se desarrolló, una oscura y nublada Londres victoriana. La ciudad de los fumadores de opio, del gótico y el teatro, que también acogió al ficticio Sherlock Holmes, tenía vida propia.

Bien, pues Gangs of London nos lleva de visita a aquella ciudad, pero transformada por todos los cambios tecnológicos y de infraestructuras que tenemos en la actualidad. De hecho, la renovación de la capital británica es un tema que la serie toca de primera mano, pero ya hablaremos de ello más adelante.

Antes de nada, contextualizar. ¿De dónde viene Gangs of London? Actualmente, el modelo de consumo audiovisual más rentable es mediante las plataformas de streaming. Cada vez son más las series que cuentan con un presupuesto equiparable al cine, de hecho, la transformación de lo que antiguamente conocíamos como series televisivas, hacia películas de larga duración es una realidad. Pero en el caso de Gangs of London, la serie ha sido producida por y para la televisión, en este caso para Sky Atlantic. Y no es algo que la serie quiera ocultar, las pausas publicitarias con el título de la serie es algo que está ahí, y que recordará a muchos a épocas pasadas de la pequeña pantalla.

En cuanto a la figura creativa detrás del proyecto, nos encontramos con Gareth Evans, director de las que para mi son dos de las mejores películas de acción de la última década, como son “The Raid” y “The Raid: 2”, y que claramente tienen un reflejo en la acción de la serie. Además, Evans dirige dos episodios de la misma, entre ellos el piloto, con una duración de hora y media.

Fuente: Imdb

He visto que mucha gente buscaba la comparación con otro de los fenómenos de los últimos años, como es “Peaky Blinders”, pero para mí lo único que comparte con esta es a Joe Cole. Y bendita decisión de contar con el inglés como protagonista. Si en “Peaky Blinders” cumplía de sobras con un papel más secundario, ahora da un paso al frente para ponerse al mando de la acción, y cumple con más que creces. Pese que el resto de casting puede ser más desconocido, también tenemos caras conocidas de otras grandes producciones como “Juego de Tronos”, contando como protagonistas con Lucian Msamati y Michelle Fairley.

Como el propio nombre indica, la serie tiene como foco principal el conflicto entre distintas bandas de la ciudad londinense. Debido a su posición geográfica como punto de comercio, Inglaterra siempre ha sido tierra con abundancia de inmigrantes, lo que provocó el asentamiento de estas bandas, algunas incluso con su propio territorio, como por ejemplo puede ser el barrio de los albanos. A raíz del asesinato del cabeza de familia de los Wallace, encargados de la importación y exportación de los productos con los que trafican las diferentes bandas, se corta el grifo hasta que los responsables del asesinato aparezcan, lo que genera una interacción entre las distintas bandas, así como la diferencia cultural de las mismas. Y claro, el conflicto entre distintas bandas puede ir desde algo particular, como una guerra de asesinatos entre las mismas en la capital, hasta algo plural como puede ser la representación de un conflicto internacional.

Y claro, algunos de estos conflictos habrá que representarlos en la pantalla, y es aquí donde coge importancia la figura de Gareth Evans. La acción desmedida de cada episodio, así como su coreografía, me parece de lo mejor visto nunca en televisión. De hecho, la serie no tiene problema en adentrarse en lo gore, y mostrarnos desde desmembramientos llenos de sangre hasta un cuerpo derretido por el calor. Como decía antes, Evans dirige dos episodios, los que bajo mi punto de vista tienen la mejor acción, que son el primero y el quinto. En el piloto, tenemos una acción mucho más física, de puñetazos, cuchillos e incluso un dardo punzante en mano, mientras que, en el quinto, tenemos un conflicto militar, con infinidad de balas en el suelo, así como granadas y explosivos, todo el episodio es un no parar de tensión y sangre como pocas veces he visto.

Técnicamente, es una serie, que por su acción es muy de cámara en mano. Esto provoca planos secuencias espectaculares, así como planos aberrantes siguiendo una botella de whisky. A nivel de diseño de producción, y de efectos especiales, la serie no tiene nada que envidiar a las grandes producciones de hoy en día.

Fuente: Sky

Volviendo a Jack “el destripador”, da que pensar la impunidad que había en la época. Quiero decir, a día de hoy es difícil ocultar un delito. La mayoría de asesinatos, por la tecnología que tenemos actualmente, suelen terminar con dar con el criminal. O eso es lo que nos quieren hacer pensar. Gangs of London nos muestra la sensación de impunidad que tienen las grandes fortunas, así como todas artimañas delictivas alrededor nuestra, pero de las que no somos conscientes. La codicia es algo que abunda en los humanos, y cuanto más tenemos, más queremos. Y para tener más de forma rápida, mayormente esto implica de forma ilegal. Esta serie es diferente a la mayoría de productos sobre la mafia en una cosa, y es en el tratamiento del negocio legal que oculta la delincuencia. Si en la mayoría de estos, lo importante es la mafia, y el negocio legal es una simple tapadera para limpiar dinero, Gangs of London utiliza su tapadera para hacer una crítica social, además de pasar a primer plano. En este caso, la familia principal, los Wallace, tienen como negocio legal una constructora con gran reputación, con la que lavan el dinero de su negocio en los puertos ingleses. Pues bien, a través del negocio de la construcción nos muestran la crueldad del mismo, con la inflación de precios sin pausa, y el desahucio de familias para construir nuevos bloques que estas mismas no podrán afrontar, y que muchos de ellos quedan vacíos.

Bien, afrontados los temas secundarios, nos adentramos en lo que toda trama mafiosa tiene que tener, una familia. En este caso, los Wallace, así como los Dumani, unidos desde su inmigración a la capital. Si en el Padrino veíamos la transformación de Michael desde un personaje alejado de la delincuencia de su familia, hasta ser el nuevo jefe de la mafia tras la muerte de su padre, en Gangs of London encontramos lo contrario, como el hijo pródigo, el elegido para seguir con la delincuencia familiar, tras la muerte de su padre, descubre todo lo que hay detrás de la muerte del mismo, y comienza todo un viaje sobre el conflicto de tener que ser esa figura que todo el mundo espera que seamos, en este caso un nuevo líder mafioso. También nos ofrece las consecuencias de ser criado en ese entorno, teniendo como ejemplo a uno de los Wallace drogadicto por haber asesinado a un inocente siendo apenas un adolescente, y también a la hermana de la familia, siendo la pieza alejada de la familia y su delincuencia. Si algo tiene que tener una familia, es una madre, y en este caso no nos encontramos al prototipo de mujer de un mafioso, alejada del mundo delictivo, sino que nos encontramos a una maravillosa Michelle Fairley, que, si ya era una buena madre empoderada de la familia Stark, aquí es una pieza más en la acción violenta de los Wallace, teniendo impactantes escenas en las que ella es la que tiene el dedo en el gatillo.

Y si algo no falta a este conflicto entre diferentes bandas mafiosas, es la policía, representada a través de un infiltrado en la familia Wallace, cuya función es romper esa sensación de impunidad de la familia, y obtener algún tipo de prueba que los pueda llevar a juicio.

En definitiva, Gangs of London es un frenesí de acción y sangre, a causa del conflicto familiar que genera el dinero. Tal y como decía Vito Corleone, "Amistad y dinero…agua y aceite".