Comenzó su carrera en el diseño mientras estudiaba en la escuela de moda Traphagen en los años 70, época donde el movimiento prét-à-porter comenzó a tener mayor relevancia. Antonio escogía como modelos para sus diseños personas de toda clase de etnias con las que mantenía un fuerte vínculo mientras trabajan juntos. Se guiaba mucho por su instinto y por las sensaciones que le transmitían estas modelos, tanto es así que incluso recogía prostitutas de las calles para tenerlas de referente o para desfilar. Pudo desarrollar de manera más fructífera su talento en Europa, puesto que ahí los cánones de belleza eran más flexibles y exóticos, cosa que en Estados Unidos en los 70 no estaba tan normalizado.
Su obra destaca principalmente por el color, la intensidad, el maquillaje excéntrico y la naturalidad de sus modelos. Antonio López era un hombre de método, este creaba de noche con música de fondo y recurría a drogas, alcohol e incluso hipnosis para poder dibujar de la manera más original y precisa. Este llevaba la extravagancia a todos los niveles de su vida, incluso en el profesional.
A mitad de los 70 se mudó a París junto a su compañero Juan Ramos y se asociaron con Karl Lagerfeld. Estos tenían las tareas muy definidas, Antonio dibujaba, Juan analizaba y Karl vestía a las modelos. Estos tres descubrieron a muchísimas chicas como Jerry Hall o Tina Chow quienes querían hacerse un hueco en el mundo de la moda, y gracias a ellos lo consiguieron.
Sus conocidos describen a Antonio López como un hombre creativo, generoso, vulnerable y libre, siendo las claves de su arte el sexo, las distintas etnias y la extravagancia. Para poder saber más de él tenemos el documental "Antonio López 1970: sex, fashion and disco" en donde distintos amigos y personas que han trabajado con él durante el tiempo hablan sobre su evolución tanto como artista a nivel personal.
