Para empezar este artículo doy por sentando que has visto las 4 temporadas de La Casa de Papel, porque hay spoilers, muchos spoilers. Además, esto es mi visión de la serie, una opinión personal, para mostraros mi punto de vista sobre una de las series de moda.

He de admitir que hasta hace unos días no sabía de qué trataba La Casa de Papel. Sabía que era una serie española, que fue comprada por Netflix tras la segunda temporada y que todo el mundo la había visto.

Tengo que decir que me gusta el cine, pero no me puedo considerar cinéfilo ni experto porque mi gusto de cine se asemeja mucho al comercial. Y claro que he visto clásicos y películas de culto, pero las que todo el mundo conoce.

Pero está vez quise ser cabezón y dejar atrás el negocio comercial y decidí no ver La Casa de Papel.

Resistí a comentarios de amigos, familiares, compañeros de clase que me decían: “tío es la hostia, te vas a enganchar” o “lo mejor de netflix, Corpas, lo mejor”.

Y mi resistencia terminó con el inicio de la cuarta temporada. Me entraron ganas de verla y eso hice, y he de admitir que es una gran serie y cuando las ves del tirón, es posible fijarte en algunos aspectos característicos y gracias a los apuntes que tomaba mientras la veía, me di cuenta del verdadero tema de la serie, el amor.

Y esta suposición no está hecha a la ligera, mi alegato tiene algunos argumentos que demuestran mi teoría:

Nadie hace caso al profesor

El profesor interpretado por Álvaro Morte deja bien claro en los primeros minutos de la serie que nada de relaciones personales. Pues bien, nadie le hace caso, nadie.

Y la primera pareja que se ve es Río (Miguel Herrán) y Tokio (Úrsula Corberó) que en el primer capítulo ya se han liado.

Denver (Jaime Llorente) se enamora de una rehén, Mónica Gaztambide (Esther Acebo) y encima poco a poco todos se van conociendo más con el paso de la serie, incumpliendo las premisas del profesor.

Pero es que el profesor también incumple su propia norma cuando se enamora de la comisaria que lleva el caso, Raquel Murillo (Itziar Ituño), llegando a complicar mucho el caso.

Y es cuando el profesor se enamora, te lanzan un mensaje claro: da igual lo calculado que tengas todos, que te adelantes a tu enemigo, el amor puede desarmar todo el plan.

Berlín (Pedro Alonso), para muchos el mejor de la serie (incluido yo), decide sacrificarse por todos para que el plan salga bien, aquí se muestra otro tipo de amor, y es el familiar porque en ese instante nos revelan que el Profesor y Berlín son hermanos, y este último decide sacrificarse para que todos puedas marcharse con el bote

Y de hecho está a punto de complicarse porque Raquel Murillo atrapa al profesor, pero otra vez el amor aparece porque ella también se enamora de él, y no piensa con claridad y permite que se escapé y al final le ayuda, dejando claro que lo que importa es el amor.

Desde que lo compró Netflix, lo único que importa es el amor

Pero mi teoría se agranda y cobra más sentido con Netflix. La compañía de streaming online compra la serie y le da un toque fresco. La serie tiene colores más vivos a pesar de lo oscuro que es un atraco, te da canciones alegres y sin anunciarlo te dan el sentido de la serie y el motivo por el cual todo se mueve: el amor.

Una temporada más parecía innecesaria, pero con el boom y con lo bien que encajaban los personajes con el público, Netflix decidió dar más y esta vez si acertó en el tono de la serie como hemos dicho antes y se centró en el amor, que la causa que mueve la serie.

Por si no había quedado claro en las dos primeras entregas aquí es mucho más claro:

El robo se produce por amor, para recuperar a un personaje él cual todo el grupo ama de la misma forma que amas a un hermano o un hijo, y en el caso de un personaje ese amor clásico.

Berlín, que aparece en unos flashbacks maravillosos, en la mayoría de las intervenciones habla sobre el amor, dejando una frase maravillosa en el capítulo 6 de la tercera temporada en el minuto 4:01: “el amor no se cronometra, se vive”.

El profesor, que no quiere hacer sangre, empieza una guerra contra la policía porque asesinan al amor de su vida. Ahí te das cuenta del motivo principal de toda la serie si no te habías dado cuenta antes.

Porque en todos los capítulos de estas dos últimas temporadas, el amor es parte importante del episodio y el algún momento es la clave de algunas tramas.

Se ve amor paternal, amor familiar, rupturas, reencuentros con antiguas parejas, desamor. El amor se hace presente en la serie y la navega a su gusto, a donde guie el corazón.

Y Netflix consigue hacer lo que no supo hacer Atresmedia y es trasformar un romance en un atraco y hacer que una serie de amor sea vista por millones de personas en todo el mundo sin que el mundo se dé cuenta de que lo que realmente están viendo es una telenovela con armas, atracos y guerra.