Después del atraco en la Casa de la Moneda y Timbre estamos seguros de que “La casa de papel” se ha convertido en un fenómeno de masas tanto es así que los usuarios han sido capaces de ver los ocho capítulos en un solo día. La ficción producida por Vancouver Media para Netflix ha conseguido ser la serie de habla no inglesa más vista del planeta, logro que intentará mantener con esta recién lanzada cuarta temporada. La quinta temporada está por llegar ya que confirmaron que a principios de 2020 volverían a rodar.
Entre la crítica encontramos dos principales focos: quienes creen que se han vuelto una serie “formulaica” al punto de repetir siempre los mismos esquemas y aquellos que destacamos el riguroso trabajo de guión, este trabajo lo tenemos en cuenta debido a que cualquier forma de diálogo o frase hecha se queda entre los usuarios, como por ejemplo la pronunciada por Denver: “Eres un maserati no dejes que nadie te trate como un 600”. Sin embargo resalta un rasgo indudable, la serie del gigante streaming entretiene. Y quienes buscan pasar un buen rato frente a la pantalla salen satisfechos con el regreso de los ladrones. Lo que no le falta a la trama es el acompañamiento musical que después de haber escuchado en varias ocasiones el himno “Bella Ciao” también encontramos otras versiones italianas (“Ti Amo”) entre otras muchas piezas musicales.
Por otro lado, respecto al elenco hemos vuelto a ver a nuestros atracadores favoritos, Denver (Jaime Lorente), Estocolmo (Esther Acebo), Tokio (Úrsula Corberó), Rio (Miguel Herrán), Lisboa (Itziar Ituño), Helsinki (Darko Péric), Bogotá (Hovik Keuchkerian), Marsella (Luka Peros) y Palermo (Rodrigo de la Serna) bajo las ordenes del cerebro de este atraco el profesor (Álvaro Morte). En el bando contrario encontramos al conjunto policial que intenta frenar estos sucesos, Alicia Sierra (Najwa Nimri) y el coronel Tamayo (Fernando Cayo). En esta parte de la serie también hemos descubierto la historia de una rehén infiltrada a la banda como era el de la aclamada actriz Belen Cuesta interpretando a Juanito. La tensión en el ambiente del Banco de España se hacia sentir gracias a Arturo Román (Enrique Arce) y al jefe de seguridad del Banco de España Gandía (José Manuel Poga). Aunque aparezcan en forma de “flashbacks” también aparecen los queridos Moscú (Paco Tous) y Berlín (Pedro Alonso). Tras la trágica muerte que ha marcado esta tanda de episodios, la de Nairobi (Alba Flores) a manos de Gandía volveremos a verla a través de estas formula.
Adentrándonos en el contenido de esta cuarta temporada, veíamos como Lisboa era capturada por la policía, el profesor pensando que había sido ejecutada, busca la ayuda de un componente de la banda Marsella. El “mudito” será una pieza clave para el cerebro detrás del atraco ya he juntos reclutaran a un inesperado infiltrado en la policía, Antoñanzas, por tanto el rescate de Lisboa se producirá de manera inmediata. En el interior del banco encontramos que Tokio se autoproclama como la nueva jefa al mando, generando que Palermo realice una serie de catastróficas acciones que van a perjudicar a todos sus compañeros, entre ellos la liberación de Gandía que repercutirá en el secuestro de Tokio y posteriormente se cobraría la vida de uno de los personajes más queridos de la serie Nairobi. Confinado en el cuarto del pánico, Gandía se desangra profundamente y los compañeros intentan rescatar a Tokio. Tras el descenso de un helicóptero militar en la azotea del banco, Alicia Sierra encuentra la guarida del Profesor y lo acorrala apuntándolo con un arma.
Aunque esta temporada nos haya dejado con ganas de más, la serie ha lanzado un documental que muestra el gran fenómeno que ha propiciado la producción, además de las localizaciones, la forma de grabación y creación de diálogos... Muchos seguidores atacan a través de las redes sociales a los productores y guionistas Alex Pina y Jesús Colmenar ya que muchos los tachan de querer hacer de la serie ''una máquina de hacer dinero'' y querer alargarla sin motivo, pero la realidad es que miles de personas han mostrado en redes sociales que no pueden esperar más para que se produzca el retorno de la misma.