Eurovisión 2020 jamás se celebrará. Es una afirmación dolorosa, pero a la altura de los duros momentos que estamos viviendo en esta crisis internacional fruto del COVID-19. La normativa del festival impide presentar una canción antes del 1 de septiembre (en el caso del Festival de 2021, del 1 de septiembre de 2020), por lo que las canciones presentadas quedan inválidas. Partiendo desde esta base, la última semana ha acabado siendo una avalancha de confirmaciones y polémicas girando en torno a la cancelación.
A día de hoy, 25 de marzo, son 11 las candidaturas que han confirmado la presencia de su actual representante el año que viene:
1. España - Blas Cantó (confirmado el 18 de marzo)
2. Grecia - Stefania (confirmada el 18 de marzo)
3. Países Bajos - Jeangu Macrooy (confirmado el 18 de marzo)
4. Ucrania - Go_A (confirmadas el 18 de marzo)
5. Azerbaiyán - Efendi (confirmada el 20 de marzo)
6. Bélgica - Hooverphonic (confirmados el 20 de marzo)
7. Suiza - Gjon's Tears (confirmado el 20 de marzo)
8. Bulgaria - Victoria (confirmada el 21 de marzo)
9. Georgia - Tornike Kipiani (confirmado el 21 de marzo)
10. Israel - Eden Alene (confirmada el 22 de marzo)
11. Rumanía - Roxen (confirmada el 23 de marzo)
La confirmación de estos once artistas no ha quedado exenta de polémica en todos los casos. Por un lado se han tenido reacciones a la altura de la decisión tomada por la EBU, como la del representante neerlandés, animando a la ciudadanía y agradeciendo que el país siga contando con él, o la del representante español, primero en mostrar su empeño por participar el año que viene en el Festival de la Canción; y otras algo más controvertidas, como la de Bélgica o la de Bulgaria.
La VRT (emisora flamenca belga) y la RTBF (emisora francófona belga) han llegado a una acuerdo para mantener a Hooverphonic como representantes. Estos, ajenos a las normas eurovisivas, dijeron claramente que ya no querían seguir participando con Release Me, que participarían el año que viene con una canción más animada. La agrupación belga ha dejado ver su carácter altivo hasta en el momento de la cancelación, por suerte, sus ambiciones se verán cumplidas.
Distinto es el caso de la búlgara Victoria, favorita hasta el momento en las apuestas. En un principio no parecía clara su participación, era motivo de debate en la emisora pública del país, y el debate se avivó al saber que la '1st September rule', es decir, la regla que les impediría participar con Tears getting sober, seguía vigente. Al final, tras tres días de negociaciones, se consiguió confirmar que la joven artista seguirá luchando por el sueño eurovisivo, mientras ella misma confirmaba que su primer trabajo saldrá en septiembre, calmando las ansias de los eurofans que ya están detrás de su trabajo.
De entre los todavía no confirmados, hay un sinfín de artistas que están en un limbo, sin conocer a ciencia cierta cuál será la decisión que tomarán sus respectivas naciones.
Entre ellos se encuentra The Roop, los representantes lituanos. Siendo uno de los favoritos para ganar este año, la agrupación lidera una de las propuestas bálticas más interesantes de los últimos años, en un país que jamás ha conseguido estar dentro de los cinco primeros en la tabla de ninguna edición. En su cuenta de Instagram la agrupación realizó un duro alegato, presionando al país para que se pronuncien: <.
Otra de estas afectadas es Montaigne, la representante australiana. Aunque la nación de Oceanía es un país invitado, tiene firmada con la EBU su presencia hasta 2023, pero no ha habido un pronunciamiento oficial sobre qué ocurrirá con su elegida para este mayo. Se plantean varios escenarios según los rumores, desde ser elegida internamente y después hacer una final nacional en la que solo se elija qué tema será el que defienda, garantizar su presencia en la final nacional u olvidar su sueño de representar a Australia. Montaigne ha hecho público su interés de volver, pero nada está en su mano.
Parecida a la de la australiana es la situación de Aksel Kankaanranta, que, tras ganar el UMK, no sabe cuál será la decisión finesa sobre su futuro. Se plantean las mismas opciones que para Montaigne, si elegirle internamente y realizar una elección sobre la canción que defenderá, como ya se hizo con Saara Aalto, o garantizar su presencia en la final del Uuden Musiikin Kilpailu el año que viene.
Y en una situación similar se encuentra la polaca Alicja Szemplinska, que ha manifestado su deseo de ser la representante de su nación el año que viene, pero no hay nada que ella pueda decidir al respecto, por lo que queda esperar escuchando sus Empires a la espera de una confirmación oficial.
Distintos son los casos de aquellos países que ya han confirmado su negativa a mantener la elección de este año, aunque hay posturas distintas incluso en esta rotundidad.
Los daneses Ben y Tan, el jovencísimo dúo folk que arrasó en el Melodi Grand Prix, han estado en contacto continuo con la cadena pública, por lo que saben que no podrán representar a su ciudadanía con YES, pero se ha confirmado su asistencia a la edición del año que viene del Melodi, con carta blanca, para poder defender una canción con la que se sientan cómodos en todo momento y conseguir así cumplir su sueño.
Distinta es la sensación que ofrece RTP, diciendo tajantemente que Elisa no será elegida internamente, que Portugal se desvincula de Medo de sentir y que el año que viene se repetirá el Festival da cançao como viene siendo habitual.
Estonia no elegirá internamente a Uku Suviste, pero le proporciona una ventaja para el año que viene, no tendrá que revivir la tensión del proceso de selección del Eesti Laul, al haberle la ERR garantizado su presencia en la final del festival nacional. Por ver está si esta decisión favorecerá o no al artista. Él, aun así, ha manifestado su interés por competir con un nuevo tema.
La mayor polémica se vive en Suecia. Christer Björkman asegura que el Melodifestivalen se celebrará el año que viene, pero no asegura la presencia de The Mamas en él. Las que fueran coristas el año pasado de John Lundvik, y ganaran este año por un solo punto frente a Dotter, serían las primeras artistas ganadoras de la selección sueca que jamás partiparían en Eurovisión, y el país no parece darles ninguna alternativa, como se ha visto con Uku o Ben y Tan, las actuales representantes han quedado abandonadas por su propio país.
No se sabe demasiado de países como Bielorrusia, Irlanda o Letonia, cuyos representantes, VAL, Lesley Roy y Samanta Tina, han expresado por redes sociales su intención de seguir representando respectivamente a sus países, por lo que seguirán componiendo para poder hacerlo, a falta de una confirmación oficial.
Finalmente, hay quien se niega a la cancelación del Festival, y la SMRTV, televisión pública de San Marino, apela a la EBU para no cancelar ESC, simplemente retrasarla. Esta opción no parece estar en consideración, pero es defendida por muchos particulares, acogiéndose a que Eurovision Joung Musicians sólo se ha pospuesto, y Eurovisión Junior no se ha tocado.
Lo que está claro es que el mundo eurovisivo es ahora un tablero de ajedrez en el que no queda claro si tienen más intención de mover ficha las emisoras públicas o los artistas confirmados. Poco se sabe para toda la información que se acabará descubriendo de la que ya es la próxima meta: Eurovision Song Contest 2021.