Israel pisó por primera vez el escenario eurovisivo en 1973, y su primer triunfo no se hizo esperar demasiado. En 1978 ganaron el micrófono de cristal con el mítico A ba ni bi, para un año después hacer doblete gracias a Hallelujah. Hicieron historia con Dana International, en 1998, que arrasó en Birminghan con Diva, siendo la primera persona transexual en ganar el concurso, y se hizo con una ristra considerable de detractores en su país a la vez que ganaba admiradores, sufriendo rechazo por amplios sectores conservadores israelíes.
Todo el mundo recuerda el último triunfo del país. En 2018, cuando Netta llevó a Eurovisión todo aquello a lo que se oponía Sobral, la música de fuegos artificiales, lo comercial, lo ruidoso, lo vistoso, el Toy que se impuso ante el Fuego de Eleni Foureira, el Toy que desencadenó meses de polémica, de tensiones políticas que giraban alrededor de un festival que sólo quería conocer su base y poder ponerse en marcha.
Israel se vio inmerso en una victoria agridulce, observando cómo se secundaban movilizaciones por toda Europa para pedir a sus países que no viajaran a Tel Aviv, que no apoyaran una gran entrada de dinero a una nación inmiscuida en una salvaje y cruel guerra contra Palestina, viendo la victoria en Eurovisión como un intento de ‘lavado de cara’ por parte del gobierno para acallar las fatalidades llevadas a cabo en Gaza y otros lugares del país vecino.
Pero Eurovisión se celebró sin problemas, con Netta como figura central del espectáculo, intentando olvidar todas las polémicas y avanzando para un buen funcionamiento del festival.
El programa nacional The next star determinó que la representante este año sería la cantante Eden Alene la representante israelí, al ser la ganadora del formato. De entre varias propuestas defendidas por la israelí, los espectadores determinaron que la representante debía llevar a Róterdam el tema Feker Libi, coescrito por Doron Medalie, quien también coescribió Toy. A Doron lo recordamos en nuestro país por participar en la gala especial de Operación Triunfo que nombró a Miki sucesor de Amaia y Alfred, gala en la que Doron apoyó a Miki, y siguió haciéndolo a lo largo del proceso eurovisivo.
Eden tiene 19 años, y aunque proviene del barrio de Katamon en Jerusalén, sus padres son de ascendencia etíope. Se ganó al público israelí con su poderosa voz, y en el tema elegido se hace notar, al mostrar su potencia vocal acompañada de ritmos centroafricanos que harán que el tema israelí marque la diferencia en Róterdam.
Se verá de lo que es capaz Eden en la primera semifinal del festival, el próximo 12 de mayo.
