Ucrania no ha sido un país constante en lo que a temas eurovisivos se refiere. Sin duda alguna, la actuación más conocida de Ucrania en Eurovisión es la de Verka Serduchka en 2007, marcando, sin duda alguna, un antes y un después en el Festival, pero los años recientes han sido complicados, aprovechando sus actuaciones para convertirlas en un altavoz social. La nación ha pasado de ganar en 2016 el Festival, con Jamala, a vetar a Maruv, su representante el año pasado. Dos grandes polémicas para dos situaciones completamente distintas.
Jamala se hizo con el triunfo en 2016 con 1944, canción que habla de ese año, en el que Stalin deportó a 200.000 tártaros de Crimea, al haber colaborado una minoría de ellos con los nazis. Gracias a su participación, se puso el foco en el pueblo tártaro, que en la actualidad se opone a la anexión de Crimea a Rusia. Esto hizo que Rusia aumentara las tensiones con Ucrania, tensiones que llegaron a su punto álgido cuando Ucrania vetó la participación en 2017 de la rusa Yulia Samoylova, al haber actuado en Crimea. Desde la participación de Jamala, se ha abierto el debate de la politización de Eurovisión, y se ha demostrado su influencia en las relaciones internacionales europeas.
Pero el año pasado Ucrania no dejó atrás las polémicas, y también unidas con su situación política. Kiev consideró que Maruv no cumplía con los requisitos para ser ‘’embajadora cultural’’ ucraniana. Esto fue debido a que la cantante había tenido giras por Rusia, y tenía fechas confirmadas en el país vecino. Ella dijo, textualmente: ‘’Soy músico, no un murciélago en el escenario político’’.
Con estos antecedentes, el pasado sábado se celebró la preselección ucraniana. Tomada la decisión a partes iguales entre el público y el jurado, encarnado por Andrii Danylko (Verka Serduchka, 2007), Tina Karol (2006) y Vitalii Drozdov (director de la radio Hit FM), la agrupación Go_A se hizo, inesperadamente, con la victoria. Durante la gala, los espectadores pudieron disfrutar de Jamala presentando su nuevo trabajo, Jalie, y Verka Serduchka interpretó Dancing Lasha Tumbai, un himno en toda regla.
Go_A se formó en 2012 por Kateryna Pavlenko, la vocalista, Taras Shevchenko, multiinstrumentista, el productor, Igor Didenchuk, y el guitarrista Ivan Grigoryak. Su estilo no es el habitual, representando en el que es, hasta la fecha, su único álbum, #Ідиназвук (Sigue el sonido), publicado en 2016.
Cantan con la técnica de ‘’voz blanca’’, que busca imitar el canto de un niño, sin vibrato, color en la voz y carente de riqueza tímbrica. Este estilo está expandiéndose por Europa central, y ya lo hemos visto representando en el Festival, fallidamente, por Tulia, con ‘Fire of love’, tema polaco del año pasado.
Con ritmos tecno, que pueden recordar a Jamala, y con la importante presencia de una flauta de pan acomapañando a Kateryna en los coros, la canción resulta cargada de ruido en las partes finales que dificultan la escucha global del tema, Solovey, que significa ruiseñor en ucraniano, y que busca la mejor puntuación en el Rotterdam Ahoy, o, al menos, clasificarse extentos de polémica para la gran final.
