Bélgica ha pasado de altos, con Loïc Nottet y su gran actuación con Rithym inside, y Blanche, cuarta posición en el Eurovisión de Sobral, que encandiló a muchos y enfrió a otros tantos, con sus City lights; a bajos, con los dos últimos años y las dos últimas derrotas belgas, fue cuestión de tiempo que Sennek cayera en la primera semifinal con A matter of time, y Eliot no consiguió despertar al país de la pesadilla eurovisiva interpretando el tema Wake up.
Este año le ha tocado a la emisora flamenca VRT realizar la elección interna, que se alterna cada año con la francófona RTBF (responsable de la mejor posición belga en los últimos años, la de Ellie Delvaux, es decir, Blanche). Han repetido el modus operandi habitual, siendo los primeros en presentar a su representante, el grupo Hooverphonic.
Hooverphonic nació en 1996 en Sint-Niklaas, en Flandes, y ha alcanzado la fama mundial. Nacido entre los brazos de Alex Callier (productor y compositor) y Raymond Geerts (guitarrista), el proyecto ha ido cambiando de cantante en múltiples ocasiones. A día de hoy, Luka Cruysberghs, ganadora de La Voz Flandes en 2017, es la vocalista. Ella cumple un sueño al poder abanderar a su país, tras haberse presentado a la preselección de Eurovisión Junior en su infancia.
La agrupación ha vendido más de 2 millones de copias alrededor del planeta, y cuenta con 15 álbumes de estudio. Aunque se dieron a conocer en el trip-hop, es difícil cuadrarlos en un solo estilo musical, abarcando desde el pop más intimista hasta un indie-folk enormemente endémico.
En su línea actual, dejando atrás esos estilos abarcados al inicio de su andadura musical, han publicado hoy el tema con el que representarán a su país en el Festival de la Canción, Release me, una balada que es un claro grito hacia la libertad en una pareja tóxica, en la que podemos ver el derroche vocal de Luka complementado con una fantástica agrupación de instrumentos de cuerda frotada que, por desgracia, no les podrán acompañar en el festival.
Apostando por el indie más oscuro, con toques de espectáculo acústico, Bélgica quiere reivindicar su hueco en la final, que, a juicio de la comunidad eurofan, dependerá del staging en Rotterdam durante las semifinales.
Durante las últimas horas han llovido críticas hacia la canción y hacia el grupo, tanto por parte de belgas como de internacionales, y Hooverphonic se ha defendido:
''Solo aceptamos ir a ESC al poder ser fieles a nosotros mismos y al tener carta blanca. He escuchado otra canciones seleccionadas y destacamos entre ellas, lo que es realmente bueno. En este 'circo' de mal gusto, todavía hay hueco para una perla. Nuestra misión es ser diferentes. Las personas que nos están criticando no han visto Eurovisión en años, porque ha cambiado significativamente. Canciones como las de Sobral o Blanche, no eran canciones tradicionales y lo hicieron bien. Queremos tener éxito con una pequeña escala de emociones. Queremos que el staging sea sobrio y natural, aunque seguimos trabajando en él''.