Ocho y media de la tarde.

Los asistentes más rezagados terminaban de ocupar sus asientos mientras la megafonía del teatro anunciaba lo inminente: «El espectáculo está a punto de comenzar». El teatro se fundió de negro y los aplausos llenaron el espacio. Las luces iluminaron a los músicos que daban comienzo al concierto. Unos botines negros taconeaban el escenario con paso firme y decididos, directos al pie de micro. Su sonrisa terminaba de iluminar el Real Teatro de Las Cortes.

Julia Medina estaba de vuelta en casa. Y San Fernando la acogía con los brazos abiertos.

Foto: Silvia Rueda Lozano

No era la primera vez que las paredes escuchaban su voz. Antes de su paso por Operación Triunfo, Julia había cantado en ese mismo escenario: «Me hace tanta ilusión cantar aquí. En este teatro. Dónde he estado antes cantando con Saurom o de visita con el colegio»

Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano

Julia venía con una idea clara: Que el público disfrutara tanto o más que ella. Ella interactuaba con ellos dándole su toque personal de humor, y ellos no dudaban en responderle con comentarios espontáneos o aplaudiendo al ritmo del carnaval más gaditano. Al principio le costó que se soltara. «Que no os coma la seriedad del teatro. Hemos venido a disfrutar. Si queréis bailar, sois libres»

Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano

Lo mejor de un concierto de Julia Medina es que no hay cabida a padecer de aburrimiento por falta de calidad musical. Su repertorio tiene como epicentro las canciones de cantautor con letras llenas de vida que se condimentan con diferentes instrumentos, naciendo las diferentes vertientes: rock, pop, pop español y acústicos.

En la gira “No dejo de bailar”, Julia puede hacer del miedo su arte con “La Inseguridad”, revelarse contra las injusticias en “El Circo” o preguntar por “La Respuesta”. Y lo mismo se puede disfrutar de una rockera Medina bailando junto su guitarrista y profesor Antonio Reina con Álvaro Pérez a la batería al ritmo de “Born This Way” o al sentimiento más puro que le da a la versión de “90 Minutos” con Javi Portela, alias “El Pulpo de Cádiz”, al piano.

Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano

 

Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano

Pero sin duda, Julia Medina a la guitarra es deleite para todos los oídos. La compositora se colgó su famosa guitarra ocre para tocar “No dejo de bailar” al ritmo del oleaje que formaba el público con la coreografía que minutos antes les había enseñado. Durante el momento acústico, sus músicos la dejaron sola ante el peligro.

Tras pasar por escenarios multitudinarios con OT, Julia Medina admitía que «echaba de menos tocar en sitios para diez personas de los cuáles, nueve, solían ser mi familia

Vuelta al ruedo de la música, “Vuela como quieras”, tema inédito, desataba un «Ay, ¡me encanta!»

Foto: Silvia Rueda Lozano

La voz de Julia Medina acaricia el corazón, lo envuelve entre sus letras para darle calor y cobijo, y lo devuelve a su sitio lleno de música y sentimiento. Julia transmite tanta paz con su voz que te deja lleno de calma por dentro. Todo eso en tres minutos. Cante lo que cante.

Foto: Silvia Rueda Lozano

Y en el Teatro de las Cortes, contó con el apoyo en el escenario de su pareja, Gonzalo Hermida. La artista, que llegaba de haber compartido escenario en la Galileo Galilei de Madrid con Marta Soto, Andrés Suárez o Alba Reche, fue acompañada por el gaditano para cantar “Hoy se hizo tarde”, compuesta por ambos.

Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano
Foto: Silvia Rueda Lozano

Tras esa actuación, el final era inminente. La hora y media de media de los conciertos estaban a punto de cumplirse, y Julia Medina estaba a punto de finalizar el que podía ser el concierto más especial de su gira. El público se desilusionaba cada vez que la artista decía que llegaba el final. «

La gira “No dejo de bailar” en San Fernando terminaba con “No me despedí”, tema que comparten el disco junto a Carmen Boza, compositora también del tema “A la de tres” y gran admirada de la isleña. Pero el ‘otra’ volvió a ser el tema “Dime”, que levantó al público y cerró el círculo de una noche de San Valentín en la que la isleña admitió quedar enamorada de su público paisano.

Julia Medina fue profeta en su tierra en una noche muy especial. La cantautora llenó de vivencias y sentimientos un Teatro de las Cortes que se le había quedado pequeño y demostró que todo lo que enseñó a España en Operación Triunfo, era sólo una mínima parte de lo que es capaz de hacer en directo: remover los corazones de todos y transmitir con su cálida y dulce voz todas sus historias en forma de música.

Julia Medina no dejará de bailar, pero tampoco dejará de crear música que perdure en el tiempo.