El pasado mes de diciembre, Donald Trump se convirtió en el tercer presidente de EEUU en ser sometido al impeachment (que se traduce como acusación, proceso de destitución o juicio político que se celebrará en el Senado donde los legisladores deciden si destituyen al presidente).
Los anteriores presidentes que se habían enfrentado a este proceso son: Bill Clinton y Andrew Johnson. También que hay que mencionar que Richard Nixon lo evitó debido a su renuncia.
Esta semana se finalizaba el impeachment a Donald Trump, el cuál aseguraba que había pasado “por un infierno de forma injusta” y acto seguido levantaba la portada de uno de los periódicos estadounidenses con el titular (“Trump, absuelto”). Con una eterna sonora ovación le recibieron en la Casa Blanca donde dio un discurso de más de una hora para celebrar su victoria frente al partido demócrata. A pesar de que el partido republicano contaba con mayoría, el proceso ha sido complicado, pero finalmente, Donald Trump ha quedado absuelto.
En su discurso definió otra vez como “perfecta” su llamada telefónica de julio con el presidente ucraniano (Volodímir Zelenski) en la que le pidió que investigara a uno de sus posibles rivales electorales en 2020 (Joe Biden). También insistió en su teoría, sobre la que no ha aportado pruebas de que el hijo de Biden (Hunter) incurrió en corrupción cuando trabajó para una empresa gasística en Ucrania cuando su padre era vicepresidente de EEUU.
Donald Trump definió a Nancy Pelosi (presidenta de la Cámara de Representantes) como una “persona horrible”. Aunque también arremetió contra el senador republicano, Mitt Romney. Durante su discurso mencionó a casi todos sus enemigos políticos, y alegó que “si no hubiera despedido a James Comey” (director del FBI, al que despidió de forma fulminante en mayo de 2017), lo más probable es que el “no estuviera ya aquí”.
Solo tuvo disculpas con su familia “porque tuvieron que soportar todo este asunto falso y podrido”, a lo que le sucedería un abrazo con su hija Ivanka y un saludo con su esposa. El discurso que pondría el cierre al “impeachment” contra Trump reflejó la amarga polarización en Washington, que se ha agudizado con el juicio político y el preludio de la campaña electoral.