El director y escritor Robert Eggers, trae esta magnífica historia de mitología marítima. La cinta está ambientada a finales de los 1800, y bajo los parámetros de perspectiva de dos hombres educados con las leyendas y mitos del mundo antiguo.
Esta cinta habla de dos hombres Willem Dafoe y Robert Pattinson, que viajan a una pequeña isla de Nueva Inglaterra para cuidar de un faro. Las dos únicas almas en la isla son puestas a prueba cuando sus creencias y motivaciones se enfrentan entre sí.
La isla lúgubre e inaccesible por tierra posee una atmósfera fantasmal; después de cuatro semanas solos y en espera del ferry que les llevará a casa, los dos hombres se dan cuenta de que una terrible tormenta rodea la isla y no permite el acceso a ningún bote. Las provisiones se agotan, la paciencia se extingue y los secretos abundan.
La fricción entre los dos hombres se vuelve tangible cuando comienzan a compartir ciertas creencias que afectan la poca estabilidad mental que les queda.
Esta cinta es una obra maestra estructural, la forma en que el director utilizó las herramientas del pasado para dar una ambientación especial y real a la película, es magistral. La grabación se hizo con lentes Baltar de 1930 en film de 35mm a blanco y negro, lo que otorga cierto porte a la producción entera. Por otra parte, las actuaciones de los dos protagonistas son muy especiales. Willem Dafoe parece natural en este estado de marinero ermitaño, mientras que Pattinson revela una naturalidad inherente para el desconfort y el desasosiego; ambas actuaciones son especiales y provocan un golpe de realidad en el espectador.
Las decisiones artísticas tomadas por el director permiten evocar tiempos muertos que no tienen cabida más que en las historias de las diferentes culturas. No obstante es un acierto al momento de provocar desconcierto e incertidumbre, la cinta es claustrofóbica y llena de fantasías que se enfrentan entre sí, tan diferentes como los personajes en sí.
Una gran producción que debe ser vista y juzgada como una obra de arte en general, no solo como una película.
Valoración: 3/5
Lo mejor: las actuaciones fantásticas de Pattinson y Dafoe, y la majestuosa dirección de Robert Eggers.
Lo peor: la cinta, pese a su magnífica dirección, posee momentos tediosos de mucha introspección, la música desconcierta por momentos, y hay escenas muy largas de silencio que sólo existen para crear atmósfera sin ningún tipo de contenido relevante.