Lo ha vuelto a hacer. Pablo López está hoy de estreno, el de su nuevo sencillo. La misma mano que escribió El Patio y dio al mundo una canción diferente, extraña pero impecable, algo inesperado en un panorama musical regido por una serie de patrones fijos, dio luz a Mama No. El Patio fue el primer paso para el cambio: un grito a sus propios miedos; la mejor solución para superarlos, cantar. Mama No es definitivamente un cambio, un antes y un después en la vida y el nombre de Pablo López.
Si bien El Patio se podía considerar la cúspide de la carrera musical de Pablo, el malagueño ha vuelto a dejar a medio mundo sin palabras con el estreno de un tema que gran parte de sus seguidores ya conocían. Como se mencionó en el artículo de la semana pasada, este tema ya había sido escuchado varias veces: en La Voz, en El Hormiguero y en los conciertos de "Un Piano Y Una Voz". Aun así, los seguidores del cantante pedían una versión de estudio, con una banda que complementara al piano y hoy Pablo la ha hecho suya.
La madrugada del viernes, el artista (que se encuentra en Nueva York grabando lo que se supone que es su nuevo trabajo, ya al caer) se mostró muy emocionado, nervioso y tierno en redes. Se conectó en directo con sus seguidores para comentar el estreno con ellos, tanto antes como después, y su boca no dejó de repetir la misma palabra: gracias. Se despidió al final, emocionado, con un "os quiero" y dejó a todos los seguidores conectados al directo con una emoción tremenda en el pecho, combinada con la que ya llevaban anteriormente a causa del estreno del esperado tema.
Mama No es el final de un ciclo. Es un cambio del "diario oscuro" del malagueño, Camino, Fuego y Libertad; a una época de luz y fluorescencia. Y es que Mama No es el final de una era, el punto y aparte en la música de Pablo López, un paso de la oscuridad al brillo de su nueva era, que coincide también con el cambio de casa del artista. El malagueño ha decidido volver a empezar y, como no hay detalle que no se cuide en cualquier trabajo suyo, la portada del sencillo lo muestra con una metáfora muy sencilla: podemos ver a Pablo López en una habitación oscura, frente a una puerta acristalada por la que entra una luz cegadora.
Si la portada es un detalle cuidado, la letra, la melodía y el videoclip de la canción, elementos principales, no son menos.
Empezando por una visión general, Mama No es una venda para todas las bocas que hablan o hablaron mal de él. Es un grito de libertad, una vía de desahogo del malagueño que ha nacido para cerrar bocas. La canción nació en una época en que Pablo era uno de los principales objetivos de la prensa rosa. Se le emparejaba con muchas mujeres y se criticaba su forma de vida. Así que Mama No no es más que una crítica sutil a todos aquellos medios que difundieron información sobre él, creyendo conocerle; pero, como canta en el tema, "que no me conocen, no.". Una crítica rancia, cansada, a la cruel realidad del problema periodístico de España a día de hoy: muchos reporteros se centran más en los defectos y cotilleos de los artistas que en lo que de verdad importa, su música. Pero el problema no lo tiene (al menos, no al cien por cien) la prensa, sinó que esta se rige por el tipo de noticias que consume la gente. Y esto es también lo que el malagueño critica, que los mismos que consumen su música, pretenden consumir su privacidad. Toda esta frustración, combinada con la sensibilidad y la intensidad características del artista, ha dado a luz a una canción con un matiz especial e inexplicable que nunca se había visto en el repertorio del artista. Incluso está escrita en la tonalidad de mi mayor, escala en que Pablo no había escrito nunca ninguna canción.
Todas estas ideas se plasman en el videoclip, la historia de su carrera en los últimos años narrada en menos de tres minutos. La canción, así como el vídeo oficial, empieza con un ritmo sencillo y alegre, emotivo. Mama No arranca desenfadada, feliz e ilusionada; curiosa por un nuevo e inexplorado mundo. En el videoclip vemos a un Pablo López que entra a una casa con aire tranquilo, pero en la puerta se topa con un encapuchado que sale de ella. Entonces aparece también una niña jugando con un peluche en medio del jardín de esta extraña casa: ese es el niño que Pablo lleva siempre dentro, el juguetón que se mantiene al margen de todos los problemas, el que no muere y bajo ningún concepto deja de jugar con la música, su juguete preferido. La melodía sigue suave y tranquila y el malagueño entra en la casa, curioso. Allí dentro hay gente de todo tipo, todos con las cabezas cubiertas, e incluso algunos se asoman a la ventana para espiar el interior de la casa.
En cambio, cuando llega el estribillo, alguien lo recibe y lo empuja al piano en una habitación llena de gente con la cabeza tapada, gente pretenciosa, con vestidos, trajes y abrigos, que lo señala como si hablara de él o lo culpara de alguna cosa. Si se analiza un poco esta escena, la gente con el rostro cubierto puede representar toda la élite del mundo del espectáculo y la prensa rosa, todos aquellos que lo empujaron al piano a componer Mama No porque hablaron de él e invadieron su privacidad sin siquiera saber quién es de verdad.
La segunda parte del tema, con el mismo patrón que la primera, vuelve a ser calmada y serena. En el vídeo, Pablo toca la canción rodeado de los mismos que lo critican, que ahora le hacen el corro y aplauden al ritmo que él toca. Además, hay un pequeño detalle que solo se puede apreciar si se escucha con el volumen muy alto y auriculares, y es que en el verso que dice "a ver cómo suena esa triste canción" suena de fondo la voz de una niña cantando "vete de mi casa". Este guiño a El Patio no ha pasado desapercibido entre los seguidores del cantante, que reaccionaron tal que:
A partir del segundo estribillo, parece que todo en esa casa, que puede representar el mundo del espectáculo y su etapa anterior, se desmorona. La gente allí presente empieza a pelearse o a señalarlo a él, y el vídeo adquiere un tono efusivo y caótico. Es entonces cuando Pablo López arriesga con todo lo que tiene y empieza la parte del rap. La canción se funde con el vídeo y ambos se vuelven asfixiantes, agobiantes. El rap va aumentando de velocidad, pero se entrecorta cada vez más. Esto puede ser un intento (logrado, cómo no) de transmitir al oyente el estrés que al cantante le causaba esta situación.
Al final de la canción, el ritmo se suaviza otra vez y esta acaba con el mismo verso con el que empezó: "Me conocen por culpa del aire...". La niña del principio del vídeo no ha dejado de jugar y Pablo sale de la casa como entró, topándose otra vez con el encapuchado y sin haber cambiado nada en él.
La espera ha valido la pena. Ahora los seguidores fieles (y los que están por llegar) pueden disfrutar de esta canción en todo momento y de su mágico vídeo. Este ha sido el fin de la mágica era de Camino, Fuego y Libertad; pero da paso a otra nueva, otra diferente y luminosa. A partir de este punto, no se sabe por dónde saldrá el cantante: ¿sorprenderá con el anuncio del significado de OMDVDDT?, ¿anunciará algún proyecto nuevo? Sea como sea, Pablo López ha demostrado que es un mago de la música y un maestro de la poesía, capaz de superar cualquier expectativa puesta en sus obras.
La canción ya ha alcanzado varios números uno y no ha pasado siquiera un día desde su estreno, así que quién sabe hasta dónde llegará.
Mama No ha llegado para quedarse, y Pablo López lleva tiempo demostrando que también.