Está visto y comprobado que los grandes dirigentes, tanto nacionales como internacionales, distan mucho de esa infalibilidad que debería caracterizarles a la hora de cumplir las leyes que ellos mismos ejecutan en la población. No obstante, por suerte, la mayoría de las legislaciones del mundo recogen una figura del derecho que permite imputar a altos cargos del Gobierno con su consecuente destitución si fuera necesario. Este proceso, que sería el equivalente a la moción de censura que presenció España hace pocos meses, se denomina Impeachment en países anglosajones como EEUU. Desde este 24 de septiembre, se ha iniciado contra el máximo representante del gobierno del país norteamericano, Donald Trump.

La razón: unas conversaciones que mantuvo el presidente con el gobierno ucraniano para propiciar que este influyera positivamente en los resultados que obtuviera en las elecciones a las que se enfrenta en 2020, y que salieron a la luz gracias a una denuncia anónima de un integrante del servicio de inteligencia de los Estados Unidos. Apenas 90 palabras fueron necesarias para relatar lo que estaba ocurriendo: "He recibido información por parte de múltiples funcionarios del Gobierno estadounidense de que el presidente de Estados Unidos está usando el poder de su cargo para pedir la interferencia de un país extranjero en las elecciones de 2020. Esta interferencia incluye, entre otras cosas, la presión a un Gobierno extranjero para investigar a uno de los rivales políticos domésticos más importantes del presidente. El abogado personal del presidente, Rudolph Giuliani, es una figura central de este esfuerzo. El fiscal general Barr parece estar también involucrado."

El presidente Trump habría tratado supuestamente de presionar, incluso amenazar con suspender las ayudas económicas, al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para que la justicia de este país investigue a Joe Biden, uno de sus principales competidores en las elecciones presidenciales de 2020, y su hijo por sus negocios en el país. Estas conversaciones telefónicas fueron escondidas, pero se han filtrado, junto a las otras evidencias, a través de funcionarios y personas del entorno de ambos mandatarios, que trasladaron su información al denunciante.

A raíz de este comunicado, la senadora demócrata Nancy Pelosi, inició las acciones para acusar a Donald Trump ante la Cámara Baja, de mayoría progresista, ante el que se ha negado a colaborar. Según la acusación, las irregularidades cometidas por el presidente son muy numerosas, pero ya que solo se requiere un hecho para llevar a cabo el Impeachment, decidieron optar por el caso que era más fácil de comunicar y respaldar a través de pruebas y testigos. La pérdida de apoyos que está sufriendo en favor del bando demócrata, como se reflejó el pasado año en las elecciones al senado, y la que le auguran las encuestas, con grandes pérdidas de votantes incluso en Texas, apuesta segura a lo largo de los años para los republicanos, serían una justificación posible a las supuestas acciones que se llevaron a cabo.

A pesar de esto, el bando demócrata teme que una desestimación de este Impeachment condicione una mejora en los apoyos al candidato republicano, como ya ocurrió con Bill Clinton, sin embargo, según sus propias palabras: "Debemos poner el país antes que el partido."