A principios del siglo XXI, raperos como Snoop Dogg, recuperaron la figura de Rudy Ray Moore, uno de los humoristas más conocidos de los años 70, cuyo estilo soez y extravagante con monólogos rimados, se relaciona con el origen del rap. Moore creó el personaje de Dolemite, un chulo callejero que protagonizó discos de comedia y más tarde varias películas, que le llevaron a la fama.

11 años después de su muerte, Craig Brewer (Footloose), dirige este biopic cómico con tintes de drama que en ocasiones recuerda a películas como The Disaster Artist y Ed Wood.

Eddie Murphy, uno de los grandes actores cómicos de los 80 y 90 con películas como Superdetective Hollywood, El Profesor Chiflado o El Principe de Zamunda, regala una de las mejores actuaciones de su carrera, con una interpretación enérgica y con algunas dosis de drama, que le convierte en candidato a ser nominado en la próxima edición de los Óscars.

Una película con un mensaje positivo

El actor consigue llevar en todo momento el ritmo de la película y consigue no sacar del todo al espectador durante su transcurso, en especial si no llega a entender los chistes de Dolemite. A Murphy le complementa un nutrido reparto donde destacan Da'Vine Joy Randolph (Fiesta de empresa), y Wesley Snipes (Blade), y que ayudan a adentrarse en esta alocada y cómica historia de humor y cine.

La película no juzga a sus protagonistas y no intenta reírse de ellos, como podría llegar a aparentar en este género de biopics sobre "perdedores". La cinta tiene un mensaje positivo, de lucha, de superación frente a las negativas constantes. Es importante cómo consigue diferenciar al personaje de Dolemite con la persona de Moore, no cayendo en la caricatura, que podría haber sido lo fácil frente a este extravagante personaje. No se debe juzgar a una persona por el personaje que interpreta.

En resumen, es un biopic entretenido y que brinda el regreso de uno de los mejores comediantes del cine de los últimos años.

Nota: 7/10. 

Lo mejor: la energía de Eddie Murphy y el mensaje positivo que transmite.

Lo peor: que puede sacar de la película no captar el humor del propio Dolemite.