Ya es tradición en Sevilla que cada año se celebre el Festival de Cine; un espacio de ocio, conocimiento y cultura donde se reúnen los mejores cineastas, periodistas especializados y expertos en el sector con el propósito de disfrutar y dar a conocer las excelentes creaciones cinematográficas de los artistas europeos.

Artistas, que con solo nombrar ponen los vellos de punta como los convidados estrella del repertorio de cine de autor que conforman la sección Oficial. Se trata de una selección de obras de inalcanzable valor artístico que reflejan la diversidad de valores que moldean la cultura europea.

Virtuosos del cine como Albert Serra, Roy Andersson, Marco Bellocchio, Robert Guédiguian, Bruno Dumont, Elia Suleiman, Nadav Lapid, Abel Ferrara y otros anunciados competirán en Sevilla, en esta decimosexta edición que hasta ahora puede presumir de ser la que cuenta con más figuras internacionales.

Vamos a destacar algunas películas de esta sección que no os podéis perder:

1. Non-Fiction

Tal y como su título indica, la nueva película de Oliver Assayas constituye un retrato de la sociedad en la que vivimos; una sociedad vista desde la perspectiva de unas personas de mediana edad que tienen que sobrevivir y adaptarse a los nuevos preceptos del mundo digital. Unos preceptos que amenazan con desestabilizar todos los valores consuetudinarios del anterior período analógico.

No hay otra manera de tratar las incoherencias propias de la era tecnológica que con ironía, y Oliver Assayas no dudará de utilizar este recurso a la hora de retratar a unos personajes virulentos y paradójicos que tratan de aferrarse a unas convicciones vacías en un entorno mutable que hace tiempo que dejó de tener unas bases concluyentes.

En sintonía con estos principios, el director francés termina el largometraje como lo hizo Lampedusa al final de “El gatopardo”: “Todo debe cambiar para que nada cambie”; el mejor colofón de una historia sin sentido, si hacemos alusión a la desbordante sensación de desorientación que todos, independientemente de nuestra edad, hemos sentido alguna vez en la interminable transformación que ocupa la actual era tecnológica en la que estamos inmersos.

No es la primera vez que el cine de Assayas trata el tema de la revolución digital, en “Personal shopper” (2006), un iPhone era el vehículo de comunicación entre Kristen Stewart y su hermano fallecido. De todas formas, poco más hay que decir del estilo de Assayas, tan característico por su fotografía y su tendencia a la improvisación como ya hemos visto en algunas de sus obras más destacadas como “Las horas del verano” (2008), “Noise” (2006) o “Boarding Gate” (2007).

2. Joan of Arc

Continuación narrativa de Jeannette: The Childhood of Joan of Arc, Bruno Dumont vuelve a sorprendernos con la prosecución del biopic de la mítica heroína adolescente francesa. En este caso la película describe el declive de Jeanne, que tras su derrota en París es atrapada por los borgoñones y es entregada a los ingleses en condición de cautiva.

Es una historia emotiva que apela a nuestra parte más tierna y humana con una belleza poética abrumadora. La esencia de esta gran película descansa en su protagonista, interpretada por Lise Leplat Prudhomme, una actriz de diez años llena de carisma, que esconde una fiereza impresionante debajo de su aparente inocencia.

En definitiva, Dumont concibe y da forma a este conflicto bélico con una puesta en escena radical, que juega con los elementos estéticos y musicales para crear una pieza apasionada con una Juana que parece luchar contra los ingleses, contra la Curia y todo lo que se le pone enfrente con la fuerza de una fe que se revela a través de su intensa mirada.

La inmersión en el aparente ámbito pueril es un paso arriesgado para el autor, que más allá de lo que algunos puedan pensar como insolente o desconsiderado, resulta un recurso que tratado de forma deferente aporta una brillantez expresiva a la película.

La expectación es muy alta para una película que forma parte de la radical transformación expresiva del autor. Nadie podía prever el drástico cambio en la filmografía más reciente de Dumont, un director inquieto que no para de jugar con sus recursos artísticos dando resultados tan originales como atrevidos como es el caso de esta película o sus últimas obras; “El pequeño Quinquin” o “Tras la alta sociedad” son algunos ejemplos de la experiencia singular del autor.

3. El Traidor

Después de pasar de la narrativa más reciente de la era digital (Non-fiction) a la épica más clásica (Joan of Arc) en esta sección no podía faltar incluir a la mafia italiana. La nueva película de Marco Bellocchio trata sobre Tommaso Buscetta, un hombre que se ve envuelto de una guerra total entre los jefes de la mafia sicilianos por el control del tráfico de heroína. Debido a ello Tommaso determina esconderse en Brasil, pero tras unos altercados graves hacia su familia, toma una decisión que supondrá todo un reto para la mafia: Tommaso se reúne con el juez Giovanni Falcone y traiciona el eterno voto que hizo a la Cosa Nostra.

El director y guionista italiano trata el tema de la mafia desde una perspectiva cruda, brutal e inmisericorde. Son unos personajes toscos despojados de todo romanticismo donde se invalida el pretexto del honor y la familia para cometer actos vandálicos. Del mismo modo, la muerte se convierte en algo desdeñable para los protagonistas de una película que desafía sagrado código de honor siciliano de la omertá.

Al final se trata de una alegoría hacia la impotencia del juez, del traidor, que debe hacer acopio de todas sus fuerzas para tratar de ganar una batalla que desde el principio estaba perdida. Por lo que es una película en línea con la veteranía del autor, acostumbrado a hacer del inconformismo y la beligerancia la protagonista de sus obras. Algunas de sus obras más conocidas son “Buenos días, noche” o “Las manos en los bolsillos”.

4. Madre

No hay mejor forma de terminar el artículo que con el largometraje de Madre, la prolongación del abrumador corto homónimo del afamado director Rodrigo Sorogoyen.

Elena recibe la llamada de su hijo Iván, que se encuentra solo perdido en su lugar de vacaciones, una playa de la costa atlántica de Francia, tras la repentina desaparición de su padre. Toda la situación se convierte en una pesadilla cuando Iván le dice a Elena que está siendo perseguido por un extraño. Con este thriller psicológico, Rodrigo Sorogoyen logró el Goya al mejor cortometraje de ficción y llegó a ser candidato en la última edición de los Oscar.

Es a partir de ahí cuando Sorogoyen decide darle continuación a una historia llena de suspense que apela a nuestros instintos más básicos de supervivencia y a la necesidad de proteger nuestras personas más queridas. En este caso, la película arranca diez años más tarde de la desaparición de Iván, cuando Elena, todavía recuperándose del incidente, conoce a Jean, un adolescente francés que le recuerda a su hijo.

En definitiva, es una película llena de tensión que nos sitúa en el papel de una madre devastada por la tragedia de perder a su hijo, una historia con la que es fácil conectar a pesar de su mirada distante gracias a una dirección inteligente, propia del director español al que le gusta explotar la psique de sus personajes y enfrentarlos a grandes conflictos dramáticos. Otras obras de gran impacto de Sorogoyen son “El Reino” o “Que Dios nos perdone”.