Aquellos que estaban seguros este verano de que las elecciones iban a repetirse, deberían haber apostado con sus amigos una cerveza, porque eso que estaba en el aire, el 10-N, ha pasado a ser una realidad. Ante esta nueva situación política, que se rodea de indignación, fracaso y decepción, un nuevo partido ha decidido unirse al juego de las urnas de las elecciones generales, Más Madrid. El partido liderado por Errejón, se convierte de esta manera en el nuevo "punto de mira" por parte de todos, tanto de los votantes como del resto de partidos.
Son unas segundas elecciones en las que los antiguos partidos de izquierda; PSOE y Unidas Podemos; vuelven a pedir el "voto de la conciencia", para evitar la entrada de la derecha en el Gobierno, aunque estos han "traicionado" a sus votantes, aquellos que ya les prestaron su confianza el pasado 28 de abril. Por otro lado, los ya denominados partidos de derechas (PP, Ciudadanos y Vox), confían en que los votantes recapaciten y vean que los votos de la izquierda han llevado a España de nuevo a los colegios electorales. Ante esta situación, Más Madrid aparece en la escena con una idea clara, que los errores de Sánchez e Iglesias no propicien un aumento de los votos a la ultraderecha, intentando recuperar la esperanza de una izquierda unida y no de una incapaz de formar Gobierno.
Causa de este nuevo integrante en el plano electoral nacional, Unidas Podemos, partido al que pertenecía anteriormente Errejón, y el cual en las anteriores elecciones ya vio debilitado su poder con una bajada del número de votos, podría verse afectado negativamente, perdiendo aún más votantes.
Las decisiones tomadas durante el verano han sido un punto de inflexión para todos los españoles, quienes votaron con ilusión el 28-A, quizás ya no voten este 10-N, porque otras elecciones son más que un simple número acompañado de una letra. Unas segundas elecciones hacen recapacitar y pensar si se hizo bien anteriormente, si es por el voto individual por lo que se vuelve de nuevo al colegio electoral, quizás estas segundas elecciones deberían haberse pedido a los españoles con la "cabeza gacha", porque ellos ya hicieron su trabajo el 28 de abril.
