Tras esa locura llamada Valerian y la ciudad de los mil planetas, Luc Besson vuelve con Anna, la versión francesa y menos explícita de Gorrión Rojo. Sasha Luss se mete en la pie de femme fatale en un film que también cuenta con la presencia de Helen Mirren, Luke Evans y Cillian Murphy.
El film cuenta la historia de Anna Poliatova. Bajo su inocente mirad,a se esconde un secreto que la lleva a poder desatar una imparable agilidad y fuerza, convirtiéndose así en una de las asesinas a sueldo más temidas por los gobiernos de todo el planeta.
Anna no es una decepción, pero tampoco ofrece nada nuevo que la haga mínimamente original ni que haga pensar que se ha perdido algo si la película jamás hubiese existido. Es un film de espías algo aburrido que parece ser una versión dulcificada de Gorrión Rojo, pero que no cuenta con su carisma, con su capacidad de emoción y, mucho menos, con lo explícito de sus escenas.
No obstante, la cinta protagonizada por Sasha Luss tiene su propio encanto gracias a que sabe jugar con su puesta en escena, mezclando líneas temporales en su narrativa, lo cual Besson sabe hacer con maestría para que no resulte confuso. Anna sabe encontrar sus puntos divertidos y lograr ser ingeniosa en algunos momentos por méritos propios, pero no resulta suficiente.
La premisa de Anna no funciona todo lo bien que debería, ya que no sabe explotar sus elementos de actualidad. Durante los 120 minutos de duración, da la impresión de que la cinta de Besson está encorsetada. Que su trama parezca un cóctel con ingredientes de otras películas mejores, no ayuda demasiado. Las escenas de acción son correctas, pero las de sexo resultan un poco ridículas. Además, sus giros de guión, que pretenden dejar un ambiente de sorpresa en el espectador, son totalmente predecibles. El director de El quinto elemento tiene suficientes habilidades como para hacer un film mucho mejor y original, como demostró con Valerian y la ciudad de los mil planetas.
Valoración: 2,5/5.
Lo mejor: sus escenas de acción y la creatividad de Besson.
Lo peor: que la película parezca un cóctel de baja calidad de muchas otras.