La reina del pop llevaba un mes y medio lanzando pistas del nuevo contenido musical que se estaba cociendo durante su estancia en Lisboa. Madame X es el producto de esos dos años y la soledad que la cantante sintió durante ambos. Puede palparse en los ritmos y las letras a lo largo del disco. Este aspecto no hace más que enriquecer de otra forma más la discografía de la diva y aceptando su merecida corona de reina del pop.

Si algo caracteriza el disco son las colaboraciones que Madonna ha elegido para que le acompañen en esta nueva aventura musical. Adaptándose a la nueva moda de la música latina y el reggaetón no ha dudado en escoger el nombre de su compañero para dos singles para Madame X: Maluma. El primero de ellos, Medellín, ya se lanzó el pasado abril consagrándose como un nuevo éxito de la artista a raíz de las más de 20 millones reproducciones que acumula en Spotify. Medellín es totalmente rítmica y suma el estilo latino de Maluma y la voz más pop de Madonna que después de La Isla Bonita, se atreve de nuevo a lanzarse a cantar en castellano.

No es la única canción en la que aparece el cantante colombiano, sino que ambos también forman dueto en Bitch, I'm loca. Esta canción se acerca mucho más al estilo del reggaetón no solo por los ritmos, sino por la letra tan provocativa en la que la propia Madonna le pide a Maluma "que le bese la boca".

Otra de las pistas cercanas al estreno de su disco fueron las actuaciones de Madonna en el Festival de Eurovisión. En la edición de este año, la artista apareció con un parche en el ojo con una X que daba ya la pista para el título del álbum. En Tel Aviv cantó otras dos canciones con colaboraciones. La primera de ellas, la balada Crave con el rapero estadounidense Swae Lee, que se acerca al más estilo pop de la diva dejando atrás ese reggaetón y ese estilo latino de las canciones que tiene con Maluma. La segunda de ellas, Future, también en conjunto con otro rapero: Quavo, ésta mucho más bailable aunque de movimientos relajados.

El disco nació en los dos años que la cantante vivió en Portugal, por lo que era de esperar cierta inspiración lusa dentro de Madame X y Madonna lo ha conseguido con Faz Gostoso, en colaboración con Anitta, cantante brasileña. Los ritmos tropicales más brasileños dan vida a una canción muy movida que, sin duda, sonará en muchas discotecas del mundo este verano. Esta influencia brasileña también se comprueba en Batuka, otra de las canciones en los que la percusión es la protagonista.

Y hablando de culturas que ejercen influencia sobre Madame X, también los instrumentos orientales hacen su aparición en Extreme Occident, que transporta al que la escucha a lugares como podría ser la India.

Llama mucho la atención que Madonna vuelva a sus raíces con música en castellano en referencia a La Isla Bonita, pero también lo hace con otro de los componentes que no falta en sus discos: la religión. God control podría catalogarse como una de las obras de arte que más ilustran el carácter de Madonna en este tema. Un coro participa en parte de la canción y la crítica se comprueba en la letra. Es uno de los temas más electrónicos, que choca con el tema religioso y eso es lo que lo hace tan especial.

El estilo más tradicional de la cantante se encuentra presente en los tres últimos singles del disco: I don't search, I find; Looking for mercy y I rise. Los ingredientes son los que han hecho que Madonna se consagre como la reina del pop: una letra con la que muchos se identifican, ritmos suaves pop y algo electrónicos y estribillos repetitivos que hacen que se claven en la memoria.

Si algo se puede decir de Madame X es que es un crisol de música de los diferentes continentes y que Madonna ha sabido cuidarlo al mínimo detalle para llevarlo a su terreno y es eso lo que hace de este nuevo álbum uno de los más personales y especiales.