Eurovision 2019 llegó a su fin.

Ha sido un largo camino el recorrido en esta nueva edición que dio comienzo (no oficialmente pero sí metafóricamente) el 12 de mayo de 2018 cuando la cantante Netta de Israel se alzaba con el 63º micrófono de cristal en el Altice Arena de Lisboa. Ha sido un largo camino el recorrido por todos los periodistas especializados en el festival y por todos los eurofans que han estado informando y opinando sobre todas las noticias que han ido saliendo a lo largo de estos 12 meses. Y, sobre todo, ha sido un largo camino el recorrido por toda la organización, directivos y, especialmente, delegaciones de países y artistas que han trabajado por ofrecer al público lo mejor de sus actuaciones.

Ha sido un largo camino el recorrido hasta llegar a Tel Aviv, un largo recorrido de ensayos para que todo quedara lo más perfecto posible. Lo posible. Porque más de un fallo de realización se notó por parte de la KAN (la televisión pública israelí).

Aunque, quizás, el mayor fallo fue ver una gran escisión entre el jurado y el televoto. Desde el cambio de sistema de votación en 2016, otorgándole 50/50 a cada parte, son muchos los cambios de última hora que ocurren las votaciones y que a muchos mosquean. Muchos son los países que han pasado de estar últimos para el jurado a subir al top 10 para el televoto. Y, este año, ha sido, para muchos, la edición en la que más se ha notado esa diferencia.

Muchos se plantean la misma pregunta: ¿Es el jurado profesional tan profesional como para no coincidir en votos con los eurofans? ¿Debería la EBU pensar y estudiar estos resultados tan dispares?

LA FINAL DE EUROVISION

La fiesta comenzó con actuaciones de los rostros israelíes eurovisivos durante la presentación de cada país finalista. Dana International (1998), Ilanit (1975), Nada Guedj (2015) y Netta (2018) amenizaron la salida de cada representante cantando los temas que defendieron en sus ediciones.

Tras una breve presentación de las bases del concurso por los cuatro presentadores israelíes (Bar Refaeli, Lucy Ayoub, Erez Tal y Assi Azar), la final del Festival de Eurovision dio comienzo al grito de: Let the Eurovision Song Contest 2019 begin!

MALTA ABRIÓ LA FINAL PERO SIN MEJORAR SU CARISMA

Como ya se contaba en la crónica de la segunda semifinal, el gran fallo de la cantante de Malta era su falta de carisma y gracia en el escenario. Tenía todos los ingredientes para conseguir un puesto en el top 10 de la final: el videoclip más visto de la temporada, una de las puestas en escenas más coloridas y originales, una gran voz en directo… Pero a la joven de 18 años, la falta de gracia para el baile, la sentenció en votos.

Aunque para el jurado sí que quedó en el puesto número 10 con 75 puntos, el televoto le otorgó el puesto 22 y con 20 puntos, lo que llevó a Malta a situarse en la posición 16 con 95 puntos.

ALBANIA, LA ÚNICA QUE COINCIDIÓ ENTRE JURADO Y TELEVOTO

Jonida Maliqi estuvo impecable. El toque étnico de la noche lo dio ella con un directo a la altura de una final. Vestido elegante y puesta en escena simple. Actuación propia de una final pero no propia de un ganador ni de un top 10. Y en eso fue una de las pocas actuaciones en las que el televoto coincidió con el jurado.

Así, la albanesa, quedó en el puesto 18 para el jurado con 43 puntos, y, para el televoto, en el puesto 17 con 47 puntos. En la tabla final, Albania se quedó en el puesto 18 con 90 puntos.

REPÚBLICA CHECA, LA GRAN MALTRATADA POR EL TELEVOTO

Lo que pasó con República Checa fue una de las grandes incógnitas de la final. Lake Malawi, un trío de chicos con carisma, que sabían llenar el escenario con una canción muy pegadiza y con una realización estupenda, eran los que se auguraban que iban a arrasar con el televoto. Pero no fue así. Fue el jurado quienes lo valoraron muchísimo mejor.

Nadie se explica qué se valoró en el jurado para que Albert, Jeroným y Antonín obtuvieran 150 puntos hasta alzarse al 7º lugar y qué se valoró en el televoto para que tan sólo obtuvieran 7 puntos. Los puntos del jurado les sirvió para acabar en el 11º puesto con 157 puntos, pero, la cara de los checos fue un gran cuadro al ver sus votos obtenidos.

ALEMANIA Y SUS 0 PUNTOS

Que el dúo S!sters no iba a conseguir un gran puesto era algo de lo que nadie se sorprendió en la noche de la final. Alemania mandaba un dúo compuesto por Carlota Truman y Laura Kästel con una canción fuerte, bonita, en ocasiones repetitiva, pero que, quizás, con una puesta en escena mucho más trabajada, las hubiera alzado un poco más en la lista. Las chicas les pusieron ganas, pero, ellas dos solas sobre el escenario, sin absolutamente nada más, no eran suficientes para escalar puestos en la tabla.

Lo sorprendente fueron sus 0 puntos en el televoto, a los que todo la Expo de Tel Aviv contestó con un gran “oh” lleno de sorpresas. Finalmente, quedaron en el puesto 24 con los 32 puntos que les otorgó el jurado.

RUSIA NO SE DESINFLÓ

En un anterior artículo de Vavel, se hablaba del posible desinfle que estaba sufriendo Rusia desde el anuncio de su candidatura hasta la segunda semifinal. Problemas de directo y realización estaban haciendo que, la que un principio pareció la gran y claraa favorita, podía pegarse el batacazo en la final. Pero no. Sergey Lazarev mejoró su directo con respecto a la semifinal y el televoto le ayudó a conseguir el tercer puesto.

Sergey Lazarev quedó noveno para el jurado con 125 puntos y se anotó 244 puntos por parte del televoto (4º posición)

DINAMARCA Y SU DULCE LEONORA

Leonora Jepsen dio el toque infantil y dulce a la final. Su canción Love is Forever se escuchaba coreada por el público del estadio desde televisión, y su actuación y puesta en escena, quedaron impolutas. Tanto es así que, Dinamarca, que pasó a la final por los pelos (por un punto menos no se quedaba en semifinales), estuvo muy valorada por el jurado y el televoto.

Obtuvo 69 puntos del jurado (11º posición) y 51 puntos del televoto (15º posición), quedando así en el puesto 12 de la final.

LA EXTRAÑA POSICIÓN DE SAN MARINO

Quién le iba a decir a Serhat, el cantante de San Marino, que iba a conseguir el décimo puesto para el televoto. Todo el mundo era consciente de que el turco no estaba teniendo el mejor directo, que incluso su voz era una de las peores de toda la final. Pero, a pesar de ello, se llevó al televoto de calle.

Así como el jurado hubiera preferido verlo en la 23º posición con 16 puntos, el televoto lo hizo subir con 65 puntos hasta la 20º posición. No es ni mucho menos uno de los mejores resultados, pero un décimo puesto para el público, es un puesto muy destacable.

LA GRAN SORPRESA MACEDONIA

Fue comenzar la noche de votaciones y la cantante macedonia, Tamara Todevska, no dejaba de dar saltos desde su sofá sin creerse la cantidad de 12 puntos que le estaba otorgando el jurado. Hizo una actuación impecable, similar a la de la segunda semifinal (en la que quedó en segunda posición), pero, nadie se esperaba que el jurado quisiera verla a dos puntos de distancia del que para ellos era el ganador.

Macedonia del Norte estrenó nombre y una de sus mejores candidaturas hasta la fecha. Sus 237 puntos del jurado y sus 58 puntos (12º) del televoto, le dieron a Macedonia una de sus mejores noches en el festival, terminando en la octava posición.

SUECIA, LA GANADORA DEL JURADO QUE SE LLEVÓ UN GRAN PALO

John Lundvik ya estaba haciendo historia en la final siendo el primer cantante que participaba como cantante y como compositor (la canción de Reino Unido había sido compuesta por él mismo meses antes). Ya estaba haciendo historia, y la noche parecía que aún quería que siguiera haciéndola.

Suecia fue una de las más sonadas, no sólo durante su impresionante actuación, sino, durante el período de los twelve points. Tanto fue así que se convirtió en la ganadora del jurado con 239 puntos. En los últimos minutos del festival, parecía que Suecia estaba a punto de embolsarse su 7ª victoria en el festival e igualar a Irlanda en el récord de victorias. Estaba a punto. Se disputó el micrófono de cristal hasta el último momento con Países Bajos, pero los 93 puntos (9ª posición) del televoto, no fueron suficientes para superarlo.

Para la historia quedará esa cara de sorpresa y decepción al ver como la victoria se les escapaba entre los dedos, quedándose en la 6ª posición final.

EL INTIMISMO DE ESLOVENIA QUE QUEDÓ EN MITAD DE LA TABLA

Zala y Gasper se caracterizan por su poca vida en el escenario y su falta de energía. Es su marca propia. Y a algunos pudo parecer un muermo de actuación y a otros, la canción más intimista de la noche.

El jurado tiró más por la opción de aburrida, ya que decidió dejarla en el puesto 17 con 46 puntos, pero el televoto le dio un empujón hasta el puesto 13 final, dándole 59 puntos (11º posición). Llegaron a empatar con Francia en 105 puntos, pero estos la superaron con diferencia en el televoto.

LA 15º POSICIÓN DE CHIPRE

Tamta es la copia mala de Eleni Foureira. Quizás ese fue uno de los comentarios más repetidos en Twitter la noche de la final. Expectativas muy altas eran las que habían caído sobre los hombros de Tamta, y terminó pasándole factura. Aunque tuvo una gran actuación (de directo en ocasiones dudoso), el televoto decidió castigarla.

El jurado le otorgó 69 puntos (12º posición), pero el televoto la puso número 20 en su ranking con 32 puntos. A ver si Chipre intenta repetir de nuevo la misma fórmula después de este resultado.

PAÍSES BAJOS, LA GANADORA DEL FESTIVAL

Hasta el último momento, parecía que Países Bajos iba a ser la que mayor golpe se iba a llevar. Estaba en las apuestas valorada como la gran favorita para ganar, con un 48% de probabilidades, y, si no lo hacía, iba a ser uno de los mayores batacazos de la historia. Parecía que Suecia le iba a quitar el puesto, que Italia podía ganarla, incluso Rusia o Macedonia. Duncan Laurence salió el primero en recibir 12 votos pero pasaron muchos minutos hasta que se le volvió a ver el pelo. Pero lo consiguió. Fueron los minutos más tensos para él y para todos los que lo estaban viendo. Pero el micrófono de cristal cayó en sus manos.

Su actuación fue sublime. El comienzo fue más nervioso que de costumbre, con la voz un poco más entrecortada que en la semifinal (la cual ganó también). Parecía que Duncan Laurence iba a ser comido por los nervios en una final en la que se jugaba muchísimo, pero supo encauzarlo hasta ser una de las mejores de la noche (o la mejor, visto el premio que se llevó a casa).

Curiosamente, Países Bajos ganó la final de Eurovisión, pero no ganó en puntos ni para el jurado (231 puntos, 3ª posición) ni para el televoto (261 puntos, 2ª posición). Eso sí, se llevó, además del micrófono de cristal a casa, el premio Marcel Bezençon de la prensa a la mejor canción de esta edición.

LA CAÍDA DE GRECIA

Grecia, clara favorita desde su salida, poco a poco fue cayendo hasta acabar en un puesto que nadie se esperaba. Tan solo obtuvo un 12 (y de su vecino Chipre), y, aunque el jurado la colocó en el puesto 16 con 47 puntos, el televoto la arrastró hasta el 21 con 24 puntos, donde se quedó finalmente.

Katerine Duska tuvo uno de los mejores directos de la noche, limpio y con una voz muy inusual. Quizás fueron sus coristas las que chirriaban un poco, pero la puesta en escena sabía taparlas. El caso es que, Grecia, quién este año ha decidido cambiar de estilo, le ha salido un poco por debajo de sus expectativas.

EL ANFITRIÓN

Kobi Marimi era conocido por la prensa como el llorón del festival. El israelí siempre que terminaba un ensayo lloraba a la lágrima viva, y no pudo contenerse en la final. Fue una de las imágenes de la nochey uno de los memes para Twitter. Su actuación, una balada de principio a fin, fue perfecta vocalmente, muy infravalorada para algunos por eso de que era el anfitrión.

Pero, para muchos, era una actuación de las que tenía que acabar por el final de la tabla. El televoto le otorgó 35 puntos (19º) y el jurado tan sólo un 12 (25º posición). Israel, la anfitriona, se conformó con el puesto 23 en la final.

EL SORPASSO NORUEGO

Que el trío KEiiNO había hecho una de las mejores actuaciones de la noche era algo innegable. Su juego de voces final, el tema más movido y el uso de elementos nórdicos les habían hecho enamorar a Europa, les coronaban como posibles ganadores. Pero, ¿por qué el jurado les infravaloraba tanto? Porque les había valorado en la noche anterior, en la que sufrieron un problema técnico y por el que no le dejaron repetir actuación. Así fue como, con el televoto, protagonizaron el sorpasso de la noche.

Los noruegos quedaron el puesto 15º para el televoto (47 puntos), pero ganaron el televoto con 291 puntos (30 puntos por encima del ganador de la noche). Nadie se esperaba que Noruega iba a subir hasta el puesto 5º en la tabla final visto cómo el jurado les estaba tratando, pero, fueron claros ganadores para el público.

REINO UNIDO SIGUE SIN LEVANTAR CABEZA

Parecía que la candidatura de Reino Unido iba a mejorar los malos resultados de los años. Que iba a quedar algo mejor. Pero no. Reino Unido cerró esta década de actuaciones tal y como la empezó, la última y acompañada de Bielorrusia. No fue una mala actuación ni una mala puesta en escena, pero sí coinciden muchos en que se podría haber hecho muchísimo mejor.

Televoto y jurado coincidieron más o menos por diez puntos de diferencia. Michael Rice quedó 24 para el jurado (13 puntos) y 25 para el televoto (3 puntos), pero, el último en la final.

ISLANDIA Y HATARI, LOS MÁS POLÉMICOS

El grupo de punk-rock anticapitalista y de vestuario y performance totalmente BSDM, fue el más polémico de la noche. Y ya lo avisaron desde que fueron escogidos para ir Israel: Iban con intención de dar guerra, no de ganar Eurovisión. Su actuación fue sorprendente (y de miedo para muchos), pero, la nota la dieron con sus mensajes políticos.

Ya dijeron que iban a Israel para expresar un mensaje, y así hicieron. Comenzaron sacando banderas lgtb en una de las veces que fueron enfocados en la Green Room, y terminaron su intervención en otra ocasión siendo enfocados con banderas palestinas. Una imagen que ha dado la vuelta a Europa a pesar de que la realización israelí se apresuró para dejar de enfocarlos. Fueron abucheados durante varios minutos por el público y les requisaron las banderas. La EBU ha anunciado que estudiará este caso.

Hatari no solo reivindicó, sino que también se llevó a casa el puesto número 10 de la final (puesto 14 para el jurado con 48 puntos y puesto 7 con 131 para el televoto).

ESTONIA Y SU GRAN FALLO DE REALIZACIÓN

El mayor fallo de realización de la noche se lo llevó Estonia. Por suerte, no paró su actuación y todo siguió adelante para Victor Crone, pero toda Europa pudo ver como una cámara que tenía que dejar de ser enfocada seguía encendida y enfocaba la zona trasera del escenario durante la actuación. Unos segundos que arruinaron visualmente su actuación a pesar de su buen directo.

Estonia quedó en el puesto 19 (20 para el jurado con 38 puntos y puesto 16 para el televoto con 48 puntos)

BIELORRUSIA DEJÓ SU SUERTE EN SEMIFINALES

La suerte que Zena tuvo para pasar a la final fue la que no tuvo para conseguir un puesto alto en la tabla. Quedó penúltima, a pesar de ser una de las mejores bailarinas de la noche. Pero ni el jurado (puesto 22 con 18 puntos) ni el televoto (puesto 23 con 13 puntos) la salvaron de la posición 25.

AZERBAIYÁN CONSIGUIÓ QUEDARSE DENTRO DEL TOP 10

Chingiz consiguió estar entre los diez primeros. Concretamente, el séptimo. Algo que nadie esperaba al principio de su candidatura. Pero la puesta en escena y la gran demostración vocal en directo le hicieron subir como la espuma.

Quedó mejor para el jurado, en quinta posición con 197 puntos que para el televoto (8º con 100 puntos).

FRANCIA Y SU MENSAJE DE INCLUSIÓN

La puesta en escena de Francia venía a defender la inclusión, a defender que todos somos iguales, que todos somos reinas y reyes. Y, aunque las bailarinas eclipsaron un poco a Bilal Hassani para muchos, sí es cierto que Francia supo mejorar su puesta en escena con respecto a su presentación: más llamativa, más emotiva.

No obstante, Francia se quedó en el puesto 14 tras sumarse sus puntos del jurado (puesto 13 con 67 puntos) y del televoto (puesto 18 con 38 puntos).

ITALIA CASI ROZA EL MICRÓFONO DE CRISTAL

Italia este año mandaba un estilo de música muy nuevo en el festival pero que ya todos conocen en el mundo de la música. Mahmood, el ganador del Festival de San Remo, se presentaba en Tel Aviv con su tema Soldi, uno de los grandes favoritos y que pareció por unos minutos que iba hacerse con el micrófono de cristal.

La puesta en escena fue simple: Tres bailarines y un Mahmood con un directo impresionante y ese estilo tan pasota típico de un cantante de rap/trap durante su actuación. Hasta 18 palmadas dio el público al ritmo de Soldi.

Italia, que en los últimos años siempre está a punto de rozar el premio pero en el último momento, es adelantada, quedó 4ª para el jurado (212 puntos) y 3ª para el televoto (253 puntos), sumando puntos hasta obtener la medalla de plata. Más tarde, fue agraciado con el premio Marcel Bezençon a la mejor composición.

SERBIA Y SU BALADA

Serbia tuvo una actuación a la altura de una final. Una imponente Nevena se presentó sobre el escenario con una gran balada y una puesta en escena brillante y muy luminosa. Pero no fue lo suficientemente grande como para optar a un top 10.

El jurado la dejó en el puesto 19 con 38 puntos y el televoto la intentó acercar con 54 puntos en el puesto número 13. Finalmente, el puesto 17 fue para Serbia.

SUIZA CERRÓ EN LO MÁS ALTO SU PEOR DÉCADA

Los suizos no ganaban para disgustos desde que comenzó esta década. Apenas pasan a las semifinales, con lo que ellos habían sido en otra época del festival, y, este año, tenían claro que tenían que mejorar sí o sí. Luca Hänni hizo justicia con su tema She got me y lo defendió a la perfección en directo. La puesta en escena fue algo criticada por esa mezcla de rojos y negros con vestuario del mismo color, pero el baile y la voz estuvieron de actuación en lo más alto de la tabla.

Suiza quedó 8ª para el jurado (148 puntos) y 5ª para el televoto (212 puntos). Un cuarto puesto muy merecido se llevó el suizo bajo el brazo.

AUSTRALIA VOLÓ, PERO NO HASTA EL PRIMER PREMIO

El Zero Gravity de Kate Miller-Heidke seguía impresionando sobre el escenario. Y no era para menos que se llevara la australiana el premio Marcel Bezençon a la mejor artista de la edición. Su puesta en escena había sido la mejor, la más impresionante y currada, y su voz, de soprano, la que más impactó en el público.

Podría haber sido ganadora aquella noche, pero, el jurado y el televoto decidieron coincidir: 6º puesto para el jurado (154 puntos) y 7º para el televoto (131 puntos). A pesar del 6º y 7º puesto, Australia se quedó con el noveno puesto de la noche.

ESPAÑA, EL CIERRE CON FINAL DECEPCIONANTE

Quizás, el mayor maltratado, fue España. República Checa se llevó el palo del televoto y Noruega el del jurado, pero, España, se lo llevó por los dos lados.

La candidatura de Miki Núñez había devuelto la fe en los eurofans españoles de conseguir con La Venda un puesto cercano al top 10. No se esperaba más pero mucho menos se esperaba el puesto 22 en el que terminó. Todo eran decepciones al ver que España tan sólo conseguía 7 puntos por parte del jurado después del gran cierre que había tenido. La Expo de Tel Aviv había caído rendida a sus pies, y todo eran fiestas cada vez que La Venda sonaba en el repaso. Nadie se esperaba que el español fuera a obtener 7 míseros puntos del jurado y fuera a ser su última posición. Con el televoto, aún se tenía esperanzas, y, siendo el primero en anunciarse, fueron 53 puntos los que hicieron subir a Miki hasta el puesto 22. Sí, el televoto sí lo colocó en la 14º posición, la que todos esperaban, pero, ya era demasiado tarde para conseguirlo en la final.

Sea como fuere, los eurofans españoles están muy contentos con la candidatura de este año y con su representante, quién se ha dejado la piel y ha puesto todas sus ganas y energías en defender su tema en el festival. Además de una puesta en escena muy currada. Lo que España necesitaba para comenzar con el pie derecho esta nueva década que se presenta.

LA ACTUACIÓN DE LOS GANADORES Y LA ACTUACIÓN DE MADONNA

Durante el período de votación, todos los eurofans pudieron disfrutar de actuaciones como la de Netta con su último single Nana Banana o un mix de canciones ganadoras o míticas de Eurovisión cantadas por ganadores como Conchita Wurst (2014) o Mans Zelmerlow (2015) y cantantes icónicas como Eleni Foureira (2018) o Verka Serduchka (2007). Finalmente, todos se unieron cantando la mítica canción israelí ganadora en 1979 Hallelujah, junto a una de las cantantes del grupo.

La actuación de Madonna, una de las más esperadas de la noche, fue, sin embargo, la más comentada. Todos en redes sociales y en sus casas coincidían en que la cantante norteamericana estaba dando el espectáculo pero para mal. Un no parar de gallos y desentones impresionaron a toda Europa, que hizo que Madonna se hiciera viral en forma de de memes. Además, la cantante también reivindicó durante su actuación, sacando la bandera israelí y la palestina en medio de su performance. Sin embargo, la EBU no se pronunciado ante tal acto, como con los Hatari.

Y así, se cerró una década eurovisiva.

Un año nuevo para los eurofans comienza con Ámsterdam 2020, que será el nuevo destino de los futuros representantes de cada país. Un año le queda a Duncan Laurence para disfrutar de esta fama que le ha caído con su primera y única composición propia. Un año para que Arcade pase a la historia.

En VAVEL, seguiremos informando de todas las novedades.

Hasta entonces, larga vida al Festival de Eurovision.