Con la llegada de Vengadores: End game a las salas de cine como algo inminente, es normal que tanto  fans como espectadores casuales están pendientes de trailers, clips o cualquier cosa que siga alimentando sus expectativas de cara al gran estreno. Sin embargo, con necesidad de calmar los ánimos y con necesidad de seguir aportando trasfondo al evento que se nos avecina, toca hablar de un tema que sorpresivamente ha tenido muy poca atención con todo el revuelo que ha levantado la cinta de los vengadores.

Ese tema es la división de la historia en dos partes, por un lado una decisión que puede ser cuestionable por la propensión a alargar la trama excesivamente, pero al mismo tiempo  un camino inteligente que puede permitir a la película un desarrollo propicio. Independientemente de que opción parezca más certera para describir la película, lo cierto es que solo con el resultado final podremos juzgar de forma adecuada.

A pesar de todo, lo cierto es que por el momento esta decisión de fragmentar la historia esta rindiendo, con un formato de derrota inicial en la que los héroes buscan la redención no solo se consigue encender las expectativas de los fans, sino que también se aprecia una sensación de que la primera parte solo fue un mero aperitivo en comparación con todo lo que promete esta épica resolución. Sin embargo es precisamente esa emoción tan intensa tras la primera parte lo que puede echar todo por la borda haciendo que todo lo que veamos se quede corto en comparación con lo esperado, y es que con una vara de medir tan alta será tarea de los directores romper con el mito de “ segundas partes nunca fueron buenas”.

Por todo lo dicho queda claro que la decisión de dividir la historia ha sido todo un acierto, un acierto a corto plazo del que los fans disfrutamos a la espera de que se confirme como una realidad mientras esperamos la épica conclusión de la historia de los héroes más poderosos de la tierra.